UN MERCADO PARA PRACTICAMENTE CUALQUIER COSA

Por el vicepresidente Al Gore

Fragmentos de las palabras pronunciadas por el vicepresidente el 1 de julio en ocasi・ de la publicaci・ del informe de la Casa Blanca sobre la "Estructura del Comercio Electr・ico Mundial".

Uno de los efectos m・ perdurables de la Internet puede estar desenvolvi・dose ahora mismo. La supercarretera de la informaci・ promete transformar totalmente las transacciones comerciales. C・o compramos y vendemos lo que sustenta nuestras vidas.

Hace m・ de un siglo, si uno quer・ conseguir dinero para establecer una empresa -- inclusive una grande -- pr・ticamente ten・ que ir de puerta en puerta buscando alguien que comprara una participaci・. Pero Wall Street y el mercado de valores cambiaron eso. Establecieron un mercado de capital, vinculando a gente que quer・ comprar acciones en una compa骰a con gente que quer・ venderlas.

De la misma manera, en muchos sentido, la Internet puede crear un mercado, un mercado mundial, para pr・ticamente cualquier cosa.

Ahora mismo uno usa la Internet para enviarle flores al c・yuge, o para ordenar un libro, o para reservar un viaje y comprarun pasaje. Y eso es apenas el comienzo. Muy pronto uno podr?comprar cualquier cosa "en la l・ea". Podr?encontrar el mejor precio del mundo, casi instant・eamente, a trav・ de la computadora dom・tica. Y podr?hacerlo en un centro comercial virtual que estar?abierto todo el d・, toda la noche, todos los d・s, en todo el mundo.

En este mercado digital en surgimiento, casi todo aquel que tenga una idea ・il y una peque・ cantidad de programas de computadora puede instalar un negocio y convertirse en la tienda de la esquina para todo el planeta. Eso promete desatar una revoluci・ del esp・itu de empresa y la innovaci・, una cascada de nuevos productos y servicios que hoy apenas si imaginamos.

Con la estructura (del comercio electr・ico) ayudamos a asegurar que el comercio se vuelva digital, que los negocios se vuelvan mndiales, y que el ingenio rompa sus ataduras.

En esencia, redefinimos el papel del gobierno en estos d・s iniciales de la Internet. Decimos que nuestra estrategia (gubernamental) del comercio electr・ico debe guiarse por el juramento hipocr・ico digital: "No hacer da・".

La Internet avanza demasiado r・idamente en comparaci・ con las pesadas regulaciones gubernamentales. Si hubi・amos de aplicarle reglas a este mercado en surgimiento, las reglas ser・n probablemente obsoletas antes de llegar a los libros de derecho, ser・n un obst・ulo a la creatividad individual m・ bien que una salvaguardia del bien com・.

Si procedemos a regular con rigidez algo cuya forma cambia tan r・idamente y tan a menudo, corremos el riesgo de sofocar la esencia misma de la Internet.

Para hacer realidad la plenitud de su promesa, debemos darle a la Internet espacio para que respire y siga creciendo. Pero, lo que es igualmente importante, debemos asegurar que en la Internet haya espacio para todos.

Una estructura apropiada de promoci・ del comercio privado requiere una consagraci・ inconmovible a proteger el inter・ p・lico, y aqu? el gobierno tiene una funci・ (que desempe・r), al trabajar con el sector privado para preservar la intimidad personal, proteger la propiedad intelectual, promover la competencia leal y asegurar el acceso abierto

Cuestiones Mundiales
Publicación Electrónica del USIS, Vol. 2, No. 4, Octubre de 1997