Contenci・ del crimen internacional- cuestiones mundiales


Crimen organizado y crimen cibern・ico:
sinergias, tendencias, y respuestas

Por Phil Williams
Profesor de Estudios de Seguridad Internacional,
Universidad de Pittsbugh
Cient・ico invitado en 2001 y 2002 a CERT/CC,
centro de ense・nza en Seguridad de la Internet
de la Universidad Carnegie Mellon

Muchos gobiernos, empresas comerciales y personas particulares en todas partes del mundo reci・ est・ empezando a aprender c・o aprovechar al m・imo las ・timas tecnolog・s inform・icas. Pero las empresas del crimen organizado ya han descubierto que estas tecnolog・s ofrecen nuevas oportunidades de explotaci・ y ganancias ilegales.


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Las capacidades y oportunidades provistas por la Internet han transformado muchas actividades comerciales leg・imas, al aumentar la rapidez, la facilidad y el alcance con que se pueden llevar a cabo las transacciones, reduciendo al mismo tiempo muchos de los costos. Los delincuentes han descubierto tambi・ que la Internet puede ofrecer nuevas oportunidades y multiplicar los beneficios de los negocios il・itos. El lado sombr・ de la Internet no solamente incluye fraude y robo, pornograf・ y redes de pedofilia, sino tambi・ narcotr・ico y organizaciones criminales m・ inclinadas a la explotaci・ que a la desorganizaci・ que procuran los piratas de la inform・ica.

En el mundo virtual, igual que en el mundo real, las actividades criminales son iniciadas mayormente por individuos o grupos peque・s y se las puede entender mejor como "cr・enes desorganizados". Pero hay pruebas crecientes de que existen grupos del crimen organizado que explotan las nuevas oportunidades ofrecidas por la Internet. El crimen organizado y el crimen cibern・ico nunca ser・ sin・imos. El crimen organizado seguir・actuando mayormente en el mundo real y no en el mundo cibern・ico, y el crimen cibern・ico ser・perpetrado por individuos y no por organizaciones criminales. Sin embargo, el grado de coincidencia entre los dos fen・enos probablemente aumentar・considerablemente durante los pr・imos a・s.

Crimen organizado y crimen cibern・ico

El crimen organizado trata principalmente de la b・queda de ganancias y se lo puede entender, en t・minos Clausewitzianos 1 como una continuaci・ de los negocios por medios delictivos. Por consiguiente, igual que las compa骰as de ladrillos y argamasa trasladan sus empresas al World Wide Web en procura de nuevas oportunidades de ganancias, las empresas delictivas est・ haciendo lo mismo. Las organizaciones criminales no son los ・icos participantes en los mercados il・itos, pero muchas veces son los m・ importantes, no s・o debido a la "competitividad" adicional que provee la amenaza de la violencia organizada. Adem・, las organizaciones criminales tienden a ser excepcionalmente h・iles en identificar y aprovechar oportunidades para nuevas empresas y actividades ilegales. En este contexto, la Internet y el crecimiento continuo del comercio electr・ico ofrecen nuevas y enormes perspectivas de ganancias il・itas.

En a・s recientes los grupos del crimen organizado y del narcotr・ico se han refinado enormemente. Las organizaciones narcotraficantes colombianas, por ejemplo, emplean pr・ticas empresariales regulares de diversificaci・ de mercados y productos, y explotan los nuevos mercados en Europa Occidental y la ex Uni・ Sovi・ica. Las organizaciones delictivas y del narcotr・ico emplean en forma creciente especialistas financieros para llevar a cabo sus transacciones de lavado de dinero. Esto agrega una capa extra de protecci・, al utilizar expertos jur・icos y financieros informados en transacciones financieras y en la existencia de refugios en jurisdicciones financieras extraterritoriales. Al mismo tiempo, el crimen organizado no necesita desarrollar su experiencia t・nica en cuanto a la Internet. Puede contratar a aquellos de la comunidad de piratas inform・icos que tienen esa experiencia, asegur・dose mediante una combinaci・ de recompensas y amenazas de que lleven a cabo en forma efectiva y eficiente las tareas que les son asignadas.

Los grupos del crimen organizado generalmente tienen bases en los estados d・iles que les proveen un refugio desde el que pueden realizar sus operaciones transnacionales. En efecto, esto les da un grado adicional de protecci・ contra las autoridades y les permite operar con un m・imo de riesgo. La inherente naturaleza transnacional de la Internet se ajusta perfectamente a este modelo de actividad y al esfuerzo de aumentar al m・imo las ganancias con un grado de riesgo aceptable. En el mundo virtual no existen fronteras, una caracter・tica que lo hace muy atractivo para las actividades criminales. Pero cuando las autoridades tratan de controlar este mundo virtual, descubren que las fronteras y las jurisdicciones nacionales son grandes--lo que hace que una investigaci・ a fondo sea, en el mejor de los casos, lenta y tediosa y en el peor de los casos imposible.

La Internet misma ofrece oportunidades para varios tipos de robos, ya sea de bancos que operan en l・ea o de propiedades intelectuales. Pero ofrece tambi・ medios nuevos para cometer cr・enes antiguos como fraude, y ofrece nuevas vulnerabilidades en lo que respecta a comunicaciones y a informaci・, lo que proporciona v・timas propicias para la extorsi・, que siempre ha sido un delito cl・ico de la Mafia.

La anonimidad de la Internet hace que ・ta sea tambi・ un conducto y un instrumento ideal para muchas actividades del crimen organizado. La noci・ del hampa connota tenebrosidad o falta de transparencia. El secreto generalmente es una parte clave de la estrategia del crimen organizado y la Internet ofrece oportunidades excelentes para mantenerlo. Se puede ocultar los actos detr・ de un velo de anonimidad, el que puede abarcar desde el uso de los caf・ cibern・icos omnipresentes hasta los complejos intentos de encubrir el encaminamiento en la Internet.

El crimen organizado ha escogido siempre industrias particulares como objetivos de infiltraci・ y para ejercer su influencia il・ita. En el pasado, figuraron entre ・tas las industrias del transporte de basura y de la construcci・ en Nueva York, las industrias de la construcci・ y de la eliminaci・ de desperdicios t・icos en Italia, y las industrias de la banca y del aluminio en Rusia. Desde el punto de vista del crimen organizado, la Internet y el crecimiento del comercio electr・ico presentan nuevos objetivos de infiltraci・ y ejercicio de influencia -- perspectiva que sugiere que la tecnolog・ y las firmas de servicios de la Internet deben cuidarse particularmente de sus socios y financiadores futuros.

En pocas palabras, la sinergia que existe entre el crimen organizado y la Internet no solamente es muy natural sino que tambi・ es propensa a florecer y desarrollarse a・ m・ en el futuro. La Internet provee los conductos y tambi・ las v・timas para el crimen y permite que ・tas sean explotadas para proveer ganancias considerables con muy poco riesgo. El crimen organizado no puede pedir m・. Por lo tanto, es vital que se identifiquen algunas de las maneras en que el crimen organizado ya coincide con el crimen cibern・ico.

Tendencias principales del crimen organizado y crimen cibern・ico

Los grupos del crimen organizado utilizan la Internet para fines de fraude y robo. Tal vez el ejemplo m・ notable de esto - si bien uno que no tuvo ・ito - ocurri・en octubre de 2000 y tuvo que ver con el Banco de Sicilia. Un grupo de aproximadamente veinte personas, algunas conectadas con familias de la Mafia, en combinaci・ con un empleado del banco, crearon un clon digital del elemento en l・ea del banco. El grupo se propuso utilizar esto para desviar unos 400 millones de d・ares que la Uni・ Europea hab・ asignado para proyectos regionales en Sicilia. El dinero habr・ de ser lavado por intermedio de varias instituciones financieras, incluso el banco del Vaticano y bancos en Suiza y Portugal. El plan fue desbaratado cuando uno de los miembros del grupo inform・a las autoridades. Pero revel・claramente que el crimen organizado percibe que hay enormes oportunidades de ganancias como resultado del crecimiento de la banca y comercio electr・icos.

En efecto, la diversificaci・ del crimen organizado en varias formas de cr・enes en la Internet est・estrechamente relacionada con una segunda tendencia discernible - el involucramiento del crimen organizado en lo que anteriormente se categorizaba como cr・enes financieros. Las actividades de la Mafia norteamericana y las organizaciones criminales rusas en Wall Street pertenecen a esta categor・. Durante los ・timos a・s de la d・ada de 1990 hubo numerosos casos en que organizaciones criminales manipularon acciones de microfichas, empleando las t・nicas cl・icas de "recoger y descargar". Aunque una gran parte de esto se hac・ mediante la coerci・ o el control de las firmas burs・iles, se utilizaba tambi・ la Internet para distribuir informaci・ que inflaba artificialmente el precio de las acciones.

Entre los involucrados hab・ miembros de las familias criminales de Bonnano, Genovese y Colombo, as・como inmigrantes rusos miembros del grupo criminal Bor. Al apartarse las organizaciones criminales de sus "actividades de fuerza" m・ tradicionales y concentrarse m・ en las oportunidades que les brindan los cr・enes financieros, las actividades basadas en la Internet se extender・ m・ a・. Puesto que el fraude burs・il relacionado con la Internet resulta para los inversionistas en una p・dida de 10.000 millones de d・ares anuales, el mismo ofrece un ・ea particularmente lucrativa para el crimen organizado.

Esto no sugiere que el crimen organizado cambiar・de car・ter. Su disposici・ inherente a usar la fuerza y la intimidaci・ se presta bien para el desarrollo de refinadas maquinaciones de extorsi・ cibern・ica con las que tratan de interrumpir los sistemas de informaci・ y comunicaci・ y destruir datos. En efecto, el crecimiento de la extorsi・ cibern・ica es una tercera tendencia significativa. Algunas veces se chapucean los planes de extorsi・, pero se los puede llevar a cabo en forma an・ima incurriendo solamente en peque・s riesgos, mientras siguen produciendo grandes ganancias. En efecto, ・ta ya puede ser una forma de delito sobre el que no se informa suficientemente. Pero es tambi・ una forma de delito que podemos anticipar que se expandir・considerablemente al dedicarse el crimen organizado a explotar con entusiasmo las vulnerabilidades que acompa・n la creciente dependencia de los sistemas concatenados.

Una cuarta tendencia es la utilizaci・ de lo que inicialmente fueron instrumentos de fastidio para la realizaci・ de actividades criminales m・ abiertas. Quiz・ el ejemplo m・ notable de esto ocurri・a fines del 2000, cuando se utiliz・una variaci・ del virus conocido como "love bug" en un intento de ganar acceso a contrase・s de cuentas del Union Bank de Suiza y por lo menos dos bancos en Estados unidos. Si bien este episodio recibi・poca atenci・ - y no se sabe bien qui・es fueron los perpetradores - hace m・ cre・le la teor・ de que el crimen organizado se est・relacionando con piratas t・nicamente especializados.

Una quinta tendencia cuya aparici・ podemos anticipar es lo que podr・ llamarse arbitraje jurisdiccional. El crimen cibern・ico - ciertamente si est・vinculado con el crimen organizado - comenzar・cada vez m・ en jurisdicciones que tienen pocas o ningunas leyes dirigidas contra ・. Esta fue una de las lecciones del virus "love bug". Aunque el virus se propag・por todo el mundo y cost・al sector comercial miles de millones de d・ares, cuando agentes de la FBI lograron identificar al perpetrador, un estudiante en las Filipinas, descubrieron tambi・ que no hab・ leyes para enjuiciarlo. Las Filipinas, subsecuentemente, adoptaron medidas para prohibir los cr・enes cibern・icos, y otros pa・es las siguieron. Pero todav・ existen vac・s jurisdiccionales que permiten a delincuentes y piratas operar impunemente.

En efecto, es posible que algunas de las jurisdicciones procuren asumir una actitud tolerante con el fin de atraer negocios y crear santuarios inform・icos (parecidos a los para・os tributarios extraterritoriales y las jurisdicciones de confidencialidad bancaria) que hacen que sea dif・il para las autoridades seguirle los rastros a la informaci・, y ofrezcan proteger las transacciones comerciales cibern・icas mediante las cuales las empresas il・itas pueden operar con un m・imo de interferencia.

Una sexta tendencia es que se utilice la Internet para el lavado de dinero. A medida que la Internet se convierte en el medio con que el comercio internacional lleva a cabo m・ y m・ negocios, aumentar・ probablemente las oportunidades de lavar dinero mediante la facturaci・ fraudulenta. Las subastas en l・ea ofrecen oportunidades similares para mover el dinero a trav・ de compras aparentemente leg・imas, pero pagando mucho m・ que lo que valen los bienes. El juego de azar en l・ea tambi・ hace posible mover dinero - especialmente hacia los centros financieros extraterritoriales en el Caribe. Adem・, al propagarse el dinero electr・ico y la banca electr・ica, tambi・ aumentan las oportunidades de ocultar el movimiento de los productos del crimen en un fondo creciente de transacciones ilegales.

Una s・tima tendencia incluye la creciente concatenaci・ entre los piratas cibern・icos o delincuentes de poca monta y el crimen organizado. En septiembre de 1999, por ejemplo, se conden・y encarcel・a dos miembros de un grupo establecido en Estados Unidos conocido como "Phonemasters", por haber penetrado los sistemas inform・icos de las compa骰as de telecomunicaciones MCI, Sprint, AT&T y Equifax. Uno de los convictos, Calvin Cantrell, hab・ descargado miles de n・eros de tarjetas de llamadas de Sprint. Los n・eros fueron vendidos a un canadiense, vueltos a pasar por Estados Unidos, revendidos a otro individuo en Suiza y, por ・timo, las tarjetas de llamadas terminaron en manos de grupos criminales en Italia. Las concatenaciones entre los dos tipos de grupos probablemente aumentar・.

Adem・, el crimen organizado utiliza la Internet con fines de comunicaci・ (usualmente codificada) y con otros prop・itos cuando considera que su uso es ・il y lucrativo. En efecto, el crimen organizado demuestra ser flexible y adaptable en su aprovechamiento de las oportunidades cibern・icas, igual que lo hace con otras oportunidades de actividades ilegales. Las implicaciones son de gran alcance y requieren del gobierno una respuesta de naturaleza estrat・ica, de muchos niveles, multilateral y transnacional.

Respuestas nacionales e internacionales a la
sinergia del crimen organizado y el crimen cibern・ico

La respuesta a la creciente coincidencia entre el crimen organizado y el crimen cibern・ico exige una estrategia completa. Existen precedentes y modelos para esto que pueden ser particularmente ・iles, que incluso toman en cuenta la necesidad de equilibrar los intereses policiales y de seguridad nacional con consideraciones tales como la confidencialidad personal. Un buen modelo para esto pueden ser los principios claves que han servido de gu・ a las respuestas de la comunidad internacional al crimen organizado y lavado de dinero transnacionales.

El Grupo de Trabajo de Acci・ Financiera (GTAF), organismo establecido por el G-7, ha intentado crear normas y pautas que los gobiernos e instituciones financieras pueden utilizar en la creaci・ de leyes, reglamentos y mecanismos de aplicaci・ a nivel nacional. Si bien se puede criticar al GTAF, ・te inici・en 2000 una campa・ eficaz de "nombrar y avergonzar", la que identific・a 15 jurisdicciones "no cooperadoras" cuyos esfuerzos para combatir el lavado de dinero eran extremadamente insuficientes. En algunos casos, los resultados fueron notables y resultaron en programas m・ estrictos contra el lavado de dinero y en una mayor transparencia de las actividades financieras.

Aunque la campa・ del GTAF fue la culminaci・ de diez a・s de trabajo, ofrece, sin embargo, un planteamiento que la comunidad internacional puede emular con provecho al dedicarse a combatir el crimen cibern・ico. La Convenci・ sobre el Crimen Cibern・ico aprobada por el Consejo de Europa y respaldada principalmente por Estados Unidos, se・la el primer paso importante en esta direcci・ y se la puede considerar el comienzo del proceso de fijar normas y pautas que por ・timo se esperar・que los gobiernos nacionales satisfagan en sus gestiones legislativas, regulatorias y policiales.

El planteamiento de la Convenci・ se basa en el reconocimiento fundamental de que se necesita armonizar las leyes nacionales. En a・s recientes, se ha logrado la cooperaci・ internacional en materia de aplicaci・ de la ley mediante una serie de tratados de extradici・ y ayuda jur・ica mutua, que permite a los gobiernos intercambiar informaci・ y pruebas. Sin embargo, para que los los tratados de extradici・ y ayuda jur・ica mutua entren en vigor, generalmente existe un requerimiento de criminalidad doble (es decir, el acto delictivo debe ser calificado como tal en ambas jurisdicciones). En otras palabras, la cooperaci・ internacional se facilita enormemente con la convergencia de lo que es penalizado en las jurisdicciones nacionales.

Adem・, seg・ lo se・l・Ernesto Savona, director del Centro de Investigaci・ de Cr・enes Transnacionales en Trento, Italia, la imposici・ de leyes similares en varios pa・es propaga los riesgos que las organizaciones delictivas deben confrontar y al mismo tiempo sirve para igualar los riesgos a trav・ de las jurisdicciones. De hecho, cuanto m・ alcance tengan las leyes, tanto menor ser・el n・ero de refugios desde los que los piratas controlados por el crimen organizado (o en efecto piratas individuales) puedan operar con impunidad.

La armonizaci・ es necesaria tanto para las leyes substantivas como las procesales. Todos los pa・es deben reevaluar y revisar sus reglamentos acerca de las pruebas, el registro y decomiso, la escucha electr・ica oculta y otras actividades similares, que abarquen la informaci・ digital, los sistemas modernos de computaci・ y comunicaci・ y la naturaleza mundial de la Internet. Una mayor coordinaci・ de las leyes procesales facilitar・, por lo tanto, la cooperaci・ en las investigaciones que trasciendan jurisdicciones m・tiples.

Adem・ de tener las leyes apropiadas, es importante tambi・ que los gobiernos y las instituciones de aplicaci・ de la ley desarrollen la capacidad para poner en vigor esas leyes. Esto requiere que se adquiera experiencia en el ・ea del crimen cibern・ico y que tambi・ se establezca un intercambio eficaz de informaci・ entre las instituciones, tanto dentro de un pa・ como a trav・ de las fronteras nacionales. Asimismo, este intercambio deber・extenderse m・ all・de los organismos tradicionales de aplicaci・ de la ley y deber・incluir a los organismos de seguridad nacional y de inteligencia.

Es esencial tambi・ que se formen unidades policiales especializadas para abordar cuestiones del crimen cibern・ico a nivel nacional. Estas unidades pueden servir tambi・ de base tanto para una cooperaci・ internacional formal o una cooperaci・ informal basada en redes transnacionales de confianza entre los agentes de aplicaci・ de la ley. La cooperaci・ ad hoc y los grupos especiales multinacionales pueden resultar ser particularmente ・iles - y ya hay casos en que la cooperaci・ internacional ha sido muy efectiva. De hecho, la cooperaci・ puede engendrar emulaci・ y ・itos adicionales.

El otro elemento importante de una estrategia para combatir el crimen cibern・ico es la asociaci・ entre los gobiernos y la industria, especialmente en el sector de la tecnolog・ inform・ica. En esto tambi・ hay precedentes. En a・s recientes, las principales compa骰as petroleras, si bien muy competitivas las unas con las otras, establecieron sistemas de intercambio de informaci・ y colaboraron estrechamente con las autoridades policiales para reducir al m・imo la infiltraci・ de figuras del crimen organizado y de empresas delictivas. Este tipo de cooperaci・ de los sectores gubernamentales y privados no siempre es f・il, pero no hay duda que un grado de confianza mutua puede significar mucho.

Para que se extienda la cooperaci・, las autoridades de aplicaci・ de la ley deben ser muy cuidadosas y discretas en el sentido de no exponer las vulnerabilidades de la compa骰a, y al mismo tiempo las compa骰as mismas deben estar dispuestas a denunciar cualesquiera actividades criminales en contra de sus sistemas de informaci・ y comunicaci・.

Aun si se lograra un progreso considerable en todas estas ・eas, el crimen organizado y el crimen cibern・ico seguir・ floreciendo. Pero, si se toman medidas en estos sentidos, habr・por lo menos una posibilidad de que se pueda contener el crimen cibern・ico dentro de l・ites aceptables, de modo que no socave la confianza en el comercio electr・ico, que no enriquezca a los grupos del crimen organizado de modo que puedan pervertir y amenazar a・ m・ a los gobiernos, y que no sea el crimen organizado el que gane m・ con la Internet.

1 Se refiere al fil・ofo alem・ Karl von Clausewitz, reconocido por la m・ima "La guerra es una continuaci・ de la pol・ica por otros medios". al texto


El profesor Williams es catedr・ico del Colegio de Estudios en Asuntos P・licos e Internacionales de la Universidad de Pittsburgh. Tambi・ es director de la publicaci・ Transnational Organized Crime en http://www.pitt.edu/~rcss/toc.html. Se puede obtener informaci・ adicional sobre seguridad en la Internet en http://www.cert.org/

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Cuestiones Mundiales, agosto 2001 -- Contenido
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