contenci・ del crimen transnacional - cuestiones mundiales


Tanto la sociedad
como la democracia son v・timas del crimen

Por la profesora Louise Shelley, Directora del Centro
para el Crimen y la Corrupci・ Transnacionales, American University

En algunas sociedades en surgimiento, la corrupci・ y el poder del crimen organizado se han vuelto tan corrosivos que ponen en peligro la fe de los ciudadanos en su naci・ y sus l・eres.・/FONT>

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La visibilidad, los bienes materiales y la influencia pol・ica en aumento que tienen los grupos criminales organizados se han convertido en a・s recientes en motivo de preocupaci・ internacional. Los grupos del crimen transnacional controlan miles de millones de d・ares en activos. Su enorme poder・ econ・ico facilita la corrupci・ nacional e internacional. Socavan gobiernos y la transici・ a la democracia de las sociedades que antes eran socialistas y autoritarias. Minan los intentos de los pa・es en desarrollo y transici・ de desarrollar democracias y convertirse en econom・s de mercado libre.

El crimen organizado transnacional ser・un tema definitorio para los responsables de trazar las pol・icas del siglo XXI -- tan definitorio como lo fue la Guerra Fr・ en el siglo XX y el colonialismo en el siglo XIX. Ning・ aspecto de los asuntos internacionales permanecer・intocable, a medida que la urdimbre social y los sistemas pol・icos y financieros de muchos pa・es se deterioran bajo el creciente poder econ・ico de los grupos del crimen organizado internacional.

El comercio il・ito de materiales nucleares amenaza la seguridad de Estados Unidos y otras naciones. El contrabando de armas en gran escala puede encender o alimentar conflictos regionales. Se anticipa que el tr・ico de drogas y la introducci・ de extranjeros indocumentados extraigan un costo humano siempre creciente, en cantidades cada vez mayores de pa・es de origen y destino. La proliferaci・ de la prostituci・ y la pornograf・ internacionales tiene graves consecuencias sociales y de salud. El comercio il・ito de madera y el tr・ico de especies raras y desechos nucleares ya ha causado grave da・ al medio ambiente mundial.

Las ganancias masivas que obtienen los diversos grupos del crimen organizado transnacional, lavadas en los mercados financieros internacionales, socavan la seguridad del sistema financiero mundial. Entre tanto, la competitividad de las empresas leg・imas se ve disminuida por la participaci・ del crimen organizado en el espionaje industrial y tecnol・ico.

Ninguna forma de gobierno es inmune al desarrollo de las organizaciones criminales transnacionales, ning・ sistema legal es capaz de controlar totalmente el crecimiento de ese crimen, y ning・ sistema econ・ico o financiero est・seguro frente a la tentaci・ de obtener ganancias a niveles muy superiores a los que son posibles con las actividades legales.

Las consecuencias son aun m・ devastadoras en los estados en transici・, donde el pueblo trata de establecer la democracia, la autodeterminaci・ y el imperio del derecho. En muchas partes del mundo hay naciones en esta situaci・, pero en este art・ulo examinaremos aquellos estados que fueron parte de la ex Uni・ Sovi・ica y Europa Oriental. Muchos de esos pa・es luchan ahora con econom・s estancadas, gobiernos d・iles y una limitada capacidad de ejecuci・ de la ley que no haya sido corrompida. Son terreno f・til para el crimen organizado.

En los que fueron estados sovi・icos, el crimen organizado ha surgido con una intensidad y una diversidad de actividades que no alcanzan a igualar los otros grupos del crimen transnacional en el terreno internacional. En estos estados recientemente independizados, los grupos criminales se cuentan por millares. M・ bien que la r・ida estructura jer・quica de las familias protot・icas del crimen organizado, los grupos se basan en estructuras funcionales y a menudo utilizan la violencia como parte de su estrategia empresarial. Al contrario de otros pa・es donde las organizaciones criminales establecidas se han especializado en bienes y servicios particulares, el crimen organizado postsovi・ico ha infiltrado una gama completa de actividades il・itas. Estos grupos han penetrado tambi・ profundamente en la econom・ leg・ima, incluso en muchas compa骰as que pertenecieron al estado y han sido privatizadas.

El crimen organizado postsovi・ico explota el mercado tradicional de bienes y servicios il・itos, que incluye la prostituci・, el juego, las drogas, los asesinatos por precio, el suministro de mano de obra ilegal barata, el robo de autom・iles y la extorsi・ de las empresas leg・imas. Tambi・ se ha ramificado para incluir actividades tan diversas como la exportaci・ ilegal de petr・eo y materias primas y el contrabando de armas, materiales nucleares y seres humanos.

Estos grupos est・ formados a menudo por una ins・ita coalici・ de criminales profesionales, ex miembros de la econom・ clandestina y miembros de la ・ite del Partido Comunista y el aparato de seguridad. Sus filas incluyen especialistas sumamente adiestrados (tales como estad・ticos o expertos en lavar dinero), a los que no tienen f・il acceso los grupos del crimen transnacional en otras partes del mundo.

El crimen organizado ha penetrado estos estados, desde el nivel municipal hasta el federal, a trav・ del financiamiento de campa・s pol・icas selectas y la elecci・ de sus miembros como parlamentarios. Los grupos criminales han designado funcionarios de gobierno. En algunos casos, han suplantado al estado al proporcionar la protecci・, el empleo y los servicios sociales que ya no pueden obtenerse del nuevo gobierno que lucha por sobrevivir.

El crimen organizado y la corrupci・ end・ica amenazan la estabilidad y la transici・ a una econom・ de mercado. En esos pa・es, el problema del crimen nacional es significativo, pero la actividad criminal que se extiende por toda la regi・ empeora la situaci・. En toda la ex Uni・ Sovi・ica operan v・culos criminales y los grupos, cada vez m・, act・n rec・rocamente con sus hom・ogos de todo el mundo.

Cuando termin・el periodo sovi・ico, muchas de estas naciones en surgimiento quedaron sin la capacidad institucional de ocuparse del crimen organizado. La mayor parte de la pericia y las instituciones que bregan con el problema se qued・en Rusia, que hered・las instituciones centralizadas del estado sovi・ico. Los pa・es nuevos tuvieron que crear sus propias normas y estructuras legales.

En los primeros a・s de la transici・, el crimen organizado y la corrupci・ crecieron sin que les pusieran trabas las leyes o el personal capaz de ocuparse de ellos. El desarrollo econ・ico a menudo se detuvo por falta de una estructura legal apropiada y mecanismos apropiados de ejecuci・ de la ley. Los recursos siguieron yendo a manos de la ・ite como resultado de la corrupci・ de alto nivel, lo que dej・a la masa de la ciudadan・ empobrecida y sin fe en sus nuevos gobiernos.

Los grupos criminales, en combinaci・ con funcionarios corruptos, vaciaron con impunidad los erarios nacionales, rob・doles a los ciudadanos comunes y corrientes los bienes que, mediante la privatizaci・, tendr・n que haber heredado del estado sovi・ico.

La corrupci・ y la actividad criminal disuadieron tambi・ a los inversionistas extranjeros, reduciendo el crecimiento econ・ico y privando al estado de los ingresos necesarios para reparar la infraestructura gastada y crear nuevas oportunidades econ・icas. Criminales refinados lavaron en el extranjero miles de millones de d・ares en activos, lo que priv・al estado de recursos que se necesitaban para pagar salarios y pensiones. Muchos inversionistas en potencia han decidido que hay lugares m・ f・iles y seguros donde poner su dinero. Para los que invierten, el alto nivel de corrupci・ se ha convertido en una preocupaci・ adicional, especialmente para las empresas norteamericanas que deben observar la Ley de Pr・ticas Corruptas en el Extranjero. Esa ley declara delito una diversidad de pr・ticas, entre ellas el soborno, que son comunes en la regi・.

El secuestro de los procesos de privatizaci・ por parte del crimen organizado y los funcionarios corruptos ha resultado, en muchos de los estados sucesores de la Uni・ Sovi・ica, en sociedades econ・icamente polarizadas. En lugar de una clase media en surgimiento, hay ahora una nueva ・ite peque・ y extremadamente rica, y una gran poblaci・ empobrecida. Esto es un problema particular en las ex sociedades socialistas donde los ciudadanos fueron educados en una ideolog・ consagrada a la igualdad social. Aunque durante el periodo sovi・ico exist・ la desigualdad econ・ica, estaba m・ oculta a la vista que la de la nueva ・ite, que hace ostentaci・ de su riqueza tanto en el pa・ como en el extranjero.

Los costos pol・icos del crimen organizado son impresionantes. La corrupci・ y la penetraci・ del crimen organizado en el proceso pol・ico inhiben que se aprueben nuevas leyes que son necesarias como base de una econom・ democr・ica de mercado libre. Una autoridad impositiva a menudo sumamente corrupta, y los v・culos del personal del gobierno con el crimen organizado privan al estado de los ingresos que necesita. Cantidades substanciales de ciudadanos han perdido la fe en la integridad y capacidad del proceso legal, y en la capacidad de sus nuevos gobiernos de cumplir con obligaciones b・icas tales como el pago de salarios y beneficios jubilatorios y la provisi・ del cuidado de la salud.

Estos estados de reciente surgimiento no pueden separar sus problemas del crimen de los que sufren los pa・es b・ticos, Rusia o los estados cercanos. La actual diversificaci・ y flexibilidad de los grupos criminales postsovi・icos que operan en todos los estados sucesores y la penetraci・ de la corrupci・ sugieren que el fen・eno no desaparecer・r・idamente, seg・ cada uno de esos pa・es va en busca de su transici・ de la condici・ de sat・ite sovi・ico a la de naci・ independiente.

As・como las entidades corporativas ganan poder e influencia mediante la adquisici・ y asociaci・ con otras compa骰as en el mundo de los negocios leg・imos, los grupos criminales entablan alianzas con sus hom・ogos de otras naciones. Los traficantes de drogas colombianos se vinculan con grupos criminales de Nigeria que les proveen correos para las entregas en Europa, correos que, para minimizar ser detectados, se encaminan a trav・ de Europa Oriental o la ex Uni・ Sovi・ica. Las ganancias provenientes de estos cr・enes pueden lavarse en cuatro pa・es diferentes, antes que lleguen a su destino final, un refugio extraterritorial en el Caribe.

Los agentes de la ley local, ya sea en una naci・ en surgimiento o en uno de los pa・es de Organizaci・ para la Cooperaci・ y el Desarrollo Econ・icos, se ven en aprietos para rastrear sospechosos y pruebas en este retorcido laberinto. S・o los esfuerzos bilaterales y multilaterales pueden dar resultados efectivos para inhibir el crimen organizado que invade cada regi・ del mundo. Es evidente que, a pesar de los retos que plantean los grupos criminales en todo el mundo, la comunidad internacional tiene en juego un gran inter・ en ayudar a las naciones a que sean capaces de hacer frente a su creciente poder・ pol・ico y econ・ico.

El nuevo vigor que ha adquirido el crimen organizado a trav・ de las alianzas internacionales es tambi・ su debilidad. Las redes de estas empresas son brutales pero fr・iles. Aunque esos grupos pueden explotar vac・s en la legislaci・ y la ejecuci・ de la ley en el extranjero, tambi・ pueden verse gravemente debilitadas cuando la ejecuci・ de la ley y los fiscales de muchas naciones coordinan sus esfuerzos y estrategias. Si se unen en una causa com・, los gobiernos pueden prevalecer contra los grupos criminales y proteger la democracia, los mercados libres y el pueblo.


Louise I. Shelley es profesora del Departamento de Justicia, Ley y Sociedad y de la Escuela de Servicio Internacional de la American University, y autora de numerosos art・ulos y cap・ulos de libros sobre el crimen internacional.

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Cuestiones Mundiales, agosto 2001 -- Contenido
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