AQUI PUEDE SUCEDER LO MISMO:
LA LUCHA CONTRA EL PROBLEMA DE LA DROGA
EN LOS PUEBLOS PEQUE・S

Por Charlene Porter

Hazleton es una ciudad peque・ y tranquila escondida entre las verdes y ondulantes colinas del nordeste de Pensilvania. Tiempos atr・ se extra・ carb・ de esas colinas. Hace d・adas miles de inmigrantes europeos abandonaban los principales centros urbanos de Filadelfia, en Pensilvania, y de Nueva York para trabajar en las minas. Los campanarios y las c・ulas de las iglesias cristianas, occidentales u orientales, marcan el paisaje urbano de esta ciudad, no los rascacielos. Pero esta apariencia benigna esconde un lado m・ oscuro en Hazleton. La adicci・ a substancias t・icas -- alcohol o drogas -- est・consumiendo vidas, especialmente vidas j・enes.

Hace treinta a・s, la hero・a era la droga preferida de los centros urbanos importantes y pr・ticamente desconocida en peque・s ciudades como Hazleton. El alcalde Mike Marsicano, oriundo de la ciudad, recuerda cuando los consumidores potenciales no pod・n conseguir hero・a, pero ahora las cosas han cambiado. "Es tan com・ y corriente como la marihuana", dice. "Hoy es muy f・il conseguirla". Este funcionario p・lico de 51 a・s, que anteriormente fue polic・, dice que la facilidad de acceso, por autopista, a Nueva York (a 210 kil・etros) y a Filadelfia (a 140 kil・etros) contribuye a la disponibilidad de hero・a y de otros estupefacientes.

Dos pisos m・ abajo de la oficina del alcalde, en el s・ano, est・la sala de pruebas de la polic・. Los art・ulos que ah・se guardan -- todos cuidadosamente marcados y envueltos para poder posteriormente ser presentados en los juzgados -- prueban que muchos son los vicios que han llegado a Hazleton. La hero・a, la marijuana, las anfetaminas, la coca・a en polvo, la coca・a en piedra y las pistolas casi desbordan las repisas de esta peque・ habitaci・.

El sargento de polic・ de Hazleton Ralph Lindsey lleva a un visitante a la sala de pruebas. La mayor・ de los habitantes del pueblo jam・ ver・ prueba alguna de que se consume drogas en su comunidad, pero, dice ・: " qu・est・. No podemos negarlo".

Desde principios de 1999 han muerto cerca de 20 personas de sobredosis de hero・a en una regi・ que comprende tres condados que rodean a Hazleton. En esta zona, donde las familias se conocen desde hace muchas generaciones, esas muertes adquieren un importancia mucho mayor que la que tendr・n en una zona urbana donde la poblaci・ m・ numerosa genera el anonimato. Dice Lindsey: "La gente supuso que ・te no era su mundo. Ahora ven que s・es su mundo. Quiz・esta creciente toma de conciencia es lo que necesitamos".

El principal objetivo de la Misi・ Especial de la Lucha Contra la Droga del Gran Hazelton, establecida en 1997, fue la creaci・ de esa toma de conciencia. El concejal Lou Barletta, que ahora es candidato a alcalde de dicha ciudad, fue uno de sus primeros integrantes. Est・de acuerdo con Lindsey, otro integrante de la Misi・ Especial, en que la gente de la zona no quer・ creer que un problema de drogas hab・ llegado a su peque・ ciudad. Barletta dice que la misi・ se dispuso a cambiar eso. "La Misi・ Especial abord・este problema y lo sac・a la luz, lo puso delante de sus narices, lo puso en los diarios".

El p・lico hab・ respondido de un modo positivo a un proyecto anterior de la Misi・ Especial: una l・ea de tel・ono para que los ciudadanos puedan, de modo an・imo, alertar a las autoridades de cualquier sospecha de actividades relacionadas con drogas. Los investigadores policiales reciben un promedio de doce llamadas al mes y han llevado a cabo detenciones basadas en la informaci・ provista por el p・lico a trav・ de la l・ea.

Traspasando los l・ites

Ed Pane es el fundador de la Misi・ Especial de la Lucha Contra la Droga del Gran Hazelton y el presidente y oficial ejecutivo de Serento Gardens, organizaci・ privada sin fines de lucro que proporciona tratamiento para el alcoholismo y la drogadicci・ desde una oficina que se encuentra tan s・o a dos cuadras de la alcald・.

En s・o 18 meses desde que se fund・la Misi・ Especial, Pane dice que el grupo ha logrado superar uno de los problemas que enturbiaban los anteriores esfuerzos dirigidos a solucionar el problema de la adicci・ a sustancias t・icas en la zona: los l・ites jurisdiccionales que dividen la gran comunidad de aproximadamente 80.000 personas en un mosaico de peque・s municipios y ayuntamientos que rodean a la misma ciudad de Hazelton. "No existen l・ites para los narcotraficantes", dice Barletta, y subraya la persistencia del problema.

La Misi・ Especial trascendi・los l・ites jurisdiccionales por medio de campa・s exitosas de cabildeo para ganarse adeptos en la lucha contra las drogas en muchas de las diferentes instituciones gubernamentales de la zona. El cabildeo a alto nivel obtuvo apoyo de 16 gobiernos locales y regionales para participar en la campa・ de promoci・ de "Hazleton: Zona Libre de Droga".

Lindsey llama a esto "un paso importante" debido a la presi・ comunitaria que cre・para que los funcionarios p・licos le presten m・ atenci・ al tema.

El ・ito llev・a que la Misi・ Especial presionara a los gobiernos locales a emprender iniciativas legislativas m・ vigorosas. El grupo obtuvo el apoyo de la regi・ para la aprobaci・ de una ordenanza que proh・e la venta y la posesi・ de objetos relacionados con estupefacientes, los aparatos y accesorios que se utilizan para el consumo de drogas, su almacenamiento y ocultamiento.

Al aprobar la ordenanza, estos gobiernos locales se han adentrado en un territorio desconocido en lo que respecta a las actividades del control de las drogas, seg・ afirma el fiscal de Hazleton John Rogers, el cual escribi・la ordenanza en su condici・ de integrante de la Misi・ Especial. Rogers afirma que la ordenanza es m・ estricta que la ley estatal que regula el mismo tipo de cuestiones, pero los gobiernos locales estuvieron de acuerdo en su aprobaci・ porque "los retamos a que lo hicieran".

Rogers dice que con la ordenanza la posesi・ de objetos relacionados con drogas se convierte en un delito menor, el cual es la forma delictiva m・ grave que cae bajo el control de los poderes legislativos de los gobiernos locales. La sentencia implica una pena de encarcelamiento de noventa d・s como m・imo y trescientos d・ares de multa.

El juez del distrito Joe Zola dice que dicha ordenanza es un "principio fundamental" del componente de lucha contra la droga de la campa・ de la Misi・ Especial para la prevenci・ de la adicci・ a substancias t・icas. Desde que la ordenanza se aprob・en la ciudad de Hazleton hace menos de un a・, se ha sentenciado a m・ de 30 individuos por posesi・ de objetos relacionados con las drogas.

La victoria m・ grande lograda con esta ordenanza, seg・ afirman algunos integrantes de la Misi・ Especial, fue la citaci・ de una tienda de la zona que almacenaba objetos relacionados con drogas para que compareciera ante el tribunal. La respuesta del due・ del negocio fue la de quitar dichos objetos de sus estantes.

La lucha de todos los d・s

El consumo de hero・a y otros estupefacientes puede que sea la forma m・ mortal y siniestra de la adici・ a sustancias t・icas que plaga a la ciudad de Hazleton, pero muchos creen que el abuso del alcohol entre los j・enes es un problema a・ mayor.

El descubrimiento de que su hijo de 17 a・s era alcoh・ico fue lo que hizo que Sharon Rish se comprometiera a trabajar con la Misi・ Especial de Hazleton. Rish, que est・inmersa en la campa・ de educaci・ p・lica, dice que "hoy d・, cualquier chico de 13 a・s sabe exactamente a d・de ir y con qui・ entrar en contacto para conseguir cerveza. Es demasiado f・il y debido a eso estamos viendo que hay j・enes de 15 y 16 a・s que est・ total y f・icalmente adictos al alcohol".

A medida que se acercaba la ・oca de los bailes y fiestas de graduaci・, la Misi・ Especial reclut・a muchos de los distribuidores de cerveza de la zona para que ayudaran en la campa・ contra el beber alcohol por los adolescentes. Sesenta por ciento de los principales vendedores de cerveza de la zona se unieron a la Misi・ Especial para comunicar un severo mensaje a sus clientes sobre el consumo de alcohol por los j・enes.

"Atenci・, padres de los graduados", dice el panfleto que se encuentra encima de la caja registradora en Keystone Case and Keg, una tienda de cerveza. La Misi・ Especial imprimi・estos panfletos para los clientes de las tiendas de cerveza con el aviso de que suministrar bebidas alcoh・icas a menores es, de acuerdo con la ley estatal de Pensilvania, un delito que implica una pena de hasta cinco a・s de encarcelamiento y diez mil d・ares de multa.

La due・ de Keystone, Amy Urban, dice que "hay m・ gente de la que esper・amos que se lleva un panfleto de esos. No saben que puede caerles una multa de diez mil d・ares. Eso es mucho dinero".

Rish dice: "S・o quer・mos que la gente viera que la ley es bastante estricta". La madre cuyo hijo se encontraba en un centro de rehabilitaci・ de alcoh・icos a los 17 a・s a・de: "Infunde un poco de temor en la gente".

El compromiso y la seriedad de los integrantes de la Misi・ Especial es evidente. Ahora bien, que sus esfuerzos hayan de hecho reducido el abuso de substancias t・icas entre la poblaci・ de Hazleton es dif・il de calcular. Un representante de la organizaci・ nacional Coaliciones Comunitarias de Am・ica en contra de las Drogas dice: "Sus logros son excelentes", pero el presidente de la Misi・ Especial, Paul Brenner, no canta victoria. "S・ vamos mejorando la situaci・", dice, "pero ・ue vamos ganando la batalla? Por supuesto que no".

Muchos de los integrantes de la Misi・ Especial conocen demasiado bien los destrozos que la adicci・ a substancias t・icas puede ocasionar como para esperar que sus iniciativas vayan a producir un cambio dr・tico en su comunidad en tan s・o 18 meses. Frank Katona viene a su trabajo en la Misi・ con recuerdos de un primo y un sobrino que murieron de una sobredosis de hero・a. Tiene dos hijos adictos a las drogas. "Me parte el coraz・. Lo hago porque me duele. Se trata de mi familia, y yo salgo todos los d・s a luchar contra ello".

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Charlene Porter escribe sobre temas mundiales para el Servicio Informativo y Cultural de Estados Unidos.

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