En respuesta a los esc・ticos: r・licas a los argumentos de que el VIH no causa el SIDA
La siguiente hoja informativa, preparada por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), que pertenece a los Institutos Nacionales de la Salud, refuta muchos de los mitos sobre la epidemia del SIDA.
MITO: Los an・isis de anticuerpos del VIH no son de fiar. HECHO: El diagn・tico de infecci・ por medio del an・isis de anticuerpos es uno de los conceptos mejor establecidos en la medicina. Los an・isis de anticuerpos del VIH exceden el desempe・ de la mayor・ de los otros an・isis de enfermedades infecciosas tanto en sensibilidad (la capacidad del an・isis de selecci・ para dar una determinaci・ positiva cuando la persona verdaderamente tiene la infecci・) como en especificidad (la capacidad del an・isis para dar una determinaci・ negativa cuando las personas sometidas a la prueba no tienen la enfermedad que se estudia). Los an・isis actuales de anticuerpos del VIH tienen una sensibilidad y especificidad superior al 98 por ciento y por lo tanto son sumamente de confianza. (OMS, 1998; Sloand et al. JAMA 1991;266:2861). Los progresos en la metodolog・ de an・isis tambi・ han hecho posible la detecci・ de material gen・ico viral, ant・enos y el propio virus en c・ulas y fl・dos corporales. Aunque no se usan ampliamente en el an・isis de rutina debido al alto costo y a los requisitos de equipo de laboratorio, estas t・nicas de an・isis directo han confirmado la validez de los an・isis de anticuerpos. (Jackson et al. J Clin Microbiol 1990;28:16; Busch et al. NEJM 1991;325:1; Silvester et al. J Acquir Immune Defic Syndr Hum Retrovirol 1995;8:411; Urassa et al. J Clin Virol 1999;14:25; Nkengasong et al. AIDS 1999;13:109; Samdal et al. Clin Diagn Virol 1996;7:55). MITO: No hay SIDA en Africa. El SIDA no es otra cosa que un nombre nuevo para enfermedades viejas. HECHO: Las enfermedades que se ha llegado a asociar con el SIDA en Africa --como el s・drome de consunci・, las enfermedades diarreicas y la tuberculosis-- han sido all・cargas muy pesadas desde hace mucho tiempo. Sin embargo, las altas tasas de mortalidad de estas enfermedades, anteriormente confinadas a los ancianos y a los desnutridos, ahora son comunes entre las personas j・enes y de edad intermedia infectadas con el VIH. (UNAIDS, 1999) Por ejemplo, en un estudio en Costa de Marfil, los individuos con diagn・tico de VIH seropositivo que padec・n de tuberculosis pulmonar (TB) ten・n 17 veces m・ posibilidades de morir dentro de los seis meses que los individuos con diagn・tico VIH seronegativo enfermos de TB pulmonar (Ackah et al. Lancet 1995; 345:607). En Malawi, la mortalidad en un per・do de m・ de tres a・s entre ni・s que hab・n recibido las vacunas recomendadas para las enfermedades infantiles y que sobrevivieron al primer a・ de vida fue 9,5 veces m・ alta entre los VIH seropositivos que entre los VIH seronegativos. Las causas principales de muerte fueron consunci・ y condiciones respiratorias. (Taha et al. Pediatr Infect Dis J 1999;18:689). En otras partes de Africa las determinaciones fueron similares. MITO: El VIH no puede ser la causa del SIDA porque los cient・icos son incapaces de explicar la manera precisa en que el VIH destruye al sistema inmunitario. HECHO: Es mucho lo que se sabe sobre la patogenia de la enfermedad del VIH aunque quedan todav・ importantes detalles por aclarar. Sin embargo, una comprensi・ completa de la patogenia de una enfermedad no es requisito esencial para conocer su causa. La mayor・ de los agentes infecciosos fueron sido asociados con la enfermedad que ellos causan mucho tiempo antes de que se hubieran descubierto sus mecanismos patog・icos. Debido a que los estudios de patogenia son dif・iles cuando no hay disponibles modelos animales precisos, no se comprende mucho c・o funcionan los mecanismos que causan las enfermedades en muchos casos, incluso la tuberculosis y la hepatitis B. El razonamiento de los cr・icos podr・ conducir a la conclusi・ de que el bacilo de Koch no causa la tuberculosis o que el virus de la hepatitis B no es el causante de la enfermedad hep・ica. (Evans. Yale J Biol Med 1982;55:193). MITO: El SIDA es causado por el AZT y otras medicinas antirretrovirales, no por el VIH. HECHO: La vasta mayor・ de las personas con SIDA nunca recibi・medicinas antirretrovirales, incluso las que se encontraban en pa・es desarrollados antes del licenciamiento del AZT en 1987, y las personas en los pa・es en desarrollo donde a・ hoy son pocos los individuos que tienen acceso a estas medicinas. (UNAIDS, 1999) Como ocurre con las medicinas para cualquier enfermedad grave, las drogas antirretrovirales pueden tener efectos secundarios t・icos. Sin embargo, no hay pruebas de que las medicinas antirretrovirales causen la supresi・ inmunitaria severa que tipifica al SIDA, mientras que abundan las pruebas de que la terapia antirretroviral, aplicada conforme a las pautas establecidas, puede mejorar el tiempo y calidad de vida de los individuos infectados con el VIH. (Pautas para el uso de agentes antirretrovirales en adultos y adolescentes infectados con el VIH, 2000). En la d・ada de 1980, los estudios cl・icos en pruebas con pacientes con SIDA determinaron que el AZT administrado como terapia con una sola medicina confer・ una modesta (y breve) ventaja de supervivencia en comparaci・ con el uso de un placebo. Entre los pacientes infectados con el VIH que todav・ no hab・n desarrollado el SIDA, las pruebas controladas con placebos determinaron que el AZT administrado como terapia de una sola medicina demoraban un a・ o dos el comienzo de enfermedades relacionadas con el SIDA. Significativamente, los estudios a largo plazo de estas pruebas no mostraron un beneficio prolongado del AZT, pero nunca indicaron que la droga aumentase el progreso o la mortalidad de la enfermedad. La ausencia en estas pruebas controladas con placebos de casos excesivos o de muertes de SIDA debidas al uso del AZT contrarresta efectivamente el argumento de que el AZT causa el SIDA (NIAID, 1995). Estudios cl・icos subsiguientes determinaron que los pacientes que recib・n combinaciones de dos medicinas ten・n hasta el 50 por ciento de aumento en el tiempo de progresi・ hacia el SIDA y de supervivencia al ser comparados con personas que recib・n tratamiento de una sola medicina. En a・s m・ recientes, los tratamientos con una combinaci・ de tres medicinas han producido del 50 al 80 por ciento de mejora adicional en la progresi・ hacia el SIDA y la supervivencia en comparaci・ con los reg・enes de dos medicinas en los estudios cl・icos. (Deeks, Volberding, 1999). El uso de terapias con potentes combinaciones contra el VIH ha contribuido a una reducci・ dr・tica en la frecuencia de muertes debidas al SIDA y relacionadas con esta enfermedad en sectores de la poblaci・ donde estas medicinas son ampliamente asequibles, un efecto que claramente no se ver・ si el SIDA fuese causado por drogas antirretrovirales. (Cuadro 1; CDC. Informe de Vigilancia del VIH y el SIDA 1999;11[2]:1; CDC MMWR 1999;48:1; Palella et al. NEJM 1998;338:853; Mocroft et al. Lancet 1998;352:1725; Vittinghoff et al. J Infect Dis 1999;179:717; Detels et al. JAMA 1998;280:1497). MITO: Los factores de comportamiento como el uso recreativo de drogas y la multiplicidad de parejas sexuales son responsables del SIDA. HECHO: La atribuci・ del SIDA a causas de comportamiento, como tener m・tiples parejas sexuales y el uso recreativo de drogas durante mucho tiempo, ha existido desde hace muchos a・s. La epidemia de SIDA, caracterizada por la ocurrencia de infecciones oportunistas que antes eran muy raras, como la neumon・ Pneumocystis carinii (PCP) no ocurri・en Estados Unidos hasta que un virus humano previamente desconocido -- el VIH -- se propag・a trav・ de ciertas comunidades. (NIAID, 1995a. NIAID 1995b). Recientes estudios que han seguido a grupos de hombres homosexuales durante largos per・dos de tiempo proveen pruebas convincentes contra la hip・esis de que el SIDA es causado por factores de comportamiento, y determinaron que s・o los hombres con el VIH seropositivo desarrollan el SIDA. Por ejemplo, en un grupo de estudio futuro en Vancouver, 715 hombres homosexuales fueron seguidos por una media de 8,6 a・s. Entre los 365 individuos infectados con el VIH, 136 desarrollaron el SIDA. Ninguna enfermedad relacionada con el SIDA se present・entre los 350 que eran VIH seronegativos a pesar del hecho de que estos hombres informaron sobre un uso apreciable de nitritos ("poppers") y otras drogas recreativas, y fueron receptores en frecuentes actos de coito anal. Otros estudios muestran que entre los hombres homosexuales y consumidores de drogas inyectables, el d・icit espec・ico de inmunidad que conduce al SIDA -- una p・dida progresiva y sostenida de c・ulas CD4+ T -- es extremadamente raro en ausencia de otras condiciones de supresi・ inmunitaria. Por ejemplo, en el Estudio de Grupo de SIDA Multicentros, m・ de 22.000 determinaciones de c・ulas T en 2.713 hombres homosexuales VIH seropositivos revelaron la presencia de solamente un individuo con una cuenta de c・ulas CD4+ T persistentemente m・ baja que las 300 c・ulas por mil・etro c・ico (mm3) de sangre, y este individuo estaba recibiendo terapia contra la supresi・ inmunitaria. (Vermund et al. NEJM 1993;328:442). En un estudio de 229 usuarios de drogas inyectables que eran VIH seronegativos en la ciudad de Nueva York, las cuentas medias de c・ulas CD4+ T del grupo estuvieron constantemente por encima de las 1.000 c・ulas por mm3 de sangre. S・o dos individuos tuvieron cuentas de c・ulas CD4+ T de menos de 300/mm3 de sangre, uno de los cuales muri・de una enfermedad al coraz・ y linfoma non-Hodgkin (Des Jarlais et al. J Acquir Immune Defic Syndr 1993;6:820). MITO: El SIDA entre recipientes de transfusiones de sangre se debe a las enfermedades que hicieron necesaria la transfusi・, m・ que al VIH. HECHO: Esta noci・ es contradicha por un informe del Grupo de Estudio de Seguridad en las Transfusiones (TSSG), el cual compar・a personas VIH seronegativas y VIH seropositivas que hab・n recibido transfusiones de sangre por enfermedades similares. Aproximadamente tres a・s despu・ de las transfusiones, el conteo medio de c・ulas CD4+ T en 64 recipientes VIH seronegativos fue de 850 por mm3 de sangre, mientras que los VIH seropositivos ten・n un promedio de conteo de CD4+ T de 375 por mm3 de sangre. Hasta 1993 hubo 37 casos de SIDA en el grupo infectado con el VIH, pero ni una sola enfermedad definitoria del SIDA en los recipientes VIH seronegativos de las transfusiones. (Donegan et al. Ann Intern Med 1990;113:733; Cohen. Science 1994;266:1645). MITO: El alto uso de concentrado de factor coagulante, no el VIH, conduce al agotamiento de c・ulas CD4+ T y al SIDA en los hemof・icos. HECHO: Muchos estudios contradicen esta opini・. Por ejemplo, entre los pacientes de hemofilia A que son VIH seronegativos y est・ registrados en el Estudio de Seguridad en las Transfusiones, no se percibieron diferencias importantes en la cuenta de c・ulas CD4+ T, entre 79 pacientes con terapia de factor m・ima o inexistente, y 52 con la cantidad mayor de tratamientos vitalicios. Los pacientes de ambos grupos tuvieron conteos de c・ulas CD4+ T dentro de los par・etros normales (Hasset et al. Blood 1993;82:1351). En otro informe del Estudio de Seguridad en las Transfusiones, no se vieron casos de enfermedades definitorias del SIDA entre los 402 hemof・icos VIH seronegativos que hab・n recibido terapia de factor (Aledort et al. NEJM 1993;328:1128). En un grupo en el Reino Unido, los investigadores compararon 17 hemof・icos VIH seropositivos con 17 hemof・iacos seronegativos en relaci・ con el uso de concentrado de factor coagulante durante un per・do de 10 a・s. Durante este tiempo, se registraron 16 casos cl・icos definitorios del SIDA en nueve pacientes, todos ellos VIH seropositivos. No se registraron enfermedades definitorias del SIDA en los pacientes VIH negativos. En cada par, el conteo medio de c・ulas CD4+ T durante los estudios posteriores fue en promedio 500 por mm3 m・ baja en los pacientes VIH seropositivos. (Sabin et al. BMJ 1996;312:207). Entre los hemof・icos infectados con el VIH, los investigadores del Estudio de Seguridad en las Transfusiones determinaron que ni la pureza ni la cantidad de terapia con el Factor VIII tuvo un efecto perjudicial en el conteo de c・ulas CD4+ T. (Gjerset et al., Blood 1994;84:1666). De la misma manera, el Estudio de Grupos Multicentros de Hemofilia no encontr・asociaci・ entre la dosis acumulativa de plasma concentrado y la frecuencia del SIDA entre hemof・icos infectados con el VIH. (Goedert et al. NEJM 1989;321:1141). MITO: La distribuci・ de casos de SIDA pone en tela de juicio que el VIH se la causa. Los virus no atacan espec・icamente a personas de un mismo sexo y, sin embargo, hay una proporci・ peque・ de casos de SIDA entre las mujeres. HECHO: La distribuci・ de casos de SIDA, ya sea en Estados Unidos o en cualquier otra parte del mundo, refleja invariablemente el predominio del VIH en un sector de la poblaci・. En Estados Unidos, el VIH apareci・primero en sectores de la poblaci・ de hombres homosexuales y consumidores de drogas inyectables, la mayor・ de los cuales son hombres. Debido a que el VIH se contagia primordialmente por medio de actos sexuales o por el intercambio de agujas contaminadas con el VIH durante la aplicaci・ de drogas inyectables, no es sorprendente que la mayor・ de los casos de SIDA en Estados Unidos haya ocurrido entre hombres (Oficina Nacional del Censo, E.U. 1999; UNAIDS, 1999). Cada vez m・, sin embargo, las mujeres de Estados Unidos se est・ infectando con el VIH, generalmente por medio del intercambio de agujas contaminadas con el VIH o actos sexuales con hombres infectados con el VIH. Los Centros de Control de Enfermedades (CDC) estiman que el 30 por ciento de las infecciones nuevas con el VIH en Estados Unidos en 1998 se dieron en mujeres. A medida que aumenta la cantidad de mujeres contaminadas con el VIH, tambi・ ha aumentado la cantidad de mujeres enfermas de SIDA en Estados Unidos. Aproximadamente el 23 por ciento de los casos de SIDA entre adultos y adolescentes en Estados Unidos informados a los CDC en 1998 afectaron a mujeres. En 1998 el SIDA fue la quinta causa importante de muerte entre las mujeres de 25 a 44 a・s en Estados Unidos, y la tercera causa principal de muerte entre mujeres afronorteamericanas en ese grupo de edad (Hoja informativa de NIAID: Estad・ticas VIH/SIDA). En Africa, el VIH fue reconocido primero entre los heterosexuales activos sexualmente, y los casos de SIDA en Africa se han registrado con la misma frecuencia tanto entre mujeres como entre hombres. En general, la proporci・ de la distribuci・ mundial de la infecci・ con el VIH y el SIDA entre hombres y mujeres es de aproximadamente uno a uno (Oficina del Censo, E.U., 1999; UNAIDS, 1999). MITO: El VIH no puede ser la causa del SIDA porque el cuerpo desarrolla una vigorosa respuesta de anticuerpos ante el virus. HECHO: Este razonamiento pasa por alto numerosos virus distintos al del VIH que pueden ser pat・enos despu・ que aparece la prueba de inmunidad. El virus del sarampi・ puede persistir durante a・s en las c・ulas cerebrales, causando eventualmente una enfermedad neurol・ica cr・ica a pesar de la presencia de anticuerpos. Los virus como el citomegalovirus, el herpes simple y la varicela zoster podr・n activarse despu・ de a・s de haber permanecido latentes, incluso ante la presencia de abundantes anticuerpos. En animales, los parientes virales del VIH con per・dos largos y variables de latencia, como el virus visna de las ovejas, causan da・ al sistema nervioso central incluso despu・ de la producci・ de anticuerpos (NIAID, 1995). Asimismo, el VIH ha sido bien reconocido por su capacidad de mutar para evitar la respuesta inmunitaria continua del cuerpo anfitri・ (Levy. Microbiol Rev 1993;57:183). MITO: S・o un n・ero peque・ de c・ulas CD4+ T son infectadas con el VIH, y eso no es suficiente para da・r el sistema inmunitario. HECHO: Las nuevas t・nicas como la reacci・ en cadena de polimerasa (PCR) han permitido a los cient・icos demostrar que est・infectada una proporci・ mucho m・ grande de c・ulas CD4+ T que lo que se cre・ previamente, particularmente en los tejidos linfoides. Las c・ulas macr・agas y de otros tipos tambi・ se infectan con el VIH y act・n como reservorios del virus. Aunque la fracci・ de c・ulas CD4+ T infectada con el VIH en un momento dado nunca es extremadamente alta (s・o un peque・ subgrupo de c・ulas activadas sirven de blancos ideales de infecci・), varios grupos han mostrado que durante el curso de la enfermedad ocurren ciclos r・idos de muerte de c・ulas infectadas y de infecci・ de nuevas c・ulas (Richman J Clin Invest 2000;105:565). MITO: El VIH no es la causa del SIDA porque muchos individuos con el VIH no han desarrollado el SIDA. HECHO: La enfermedad del VIH tiene un curso prolongado y variable. El plazo promedio entre la infecci・ con el VIH y el comienzo de la enfermedad cl・icamente aparente es de aproximadamente 10 a・s en los pa・es industrializados, seg・ los estudios de futuro de hombres homosexuales en los cuales se conocen las fechas de seroconversi・. Se han hecho estimados similares de per・dos sin s・tomas para receptores infectados con el VIH que recibieron transfusiones de sangre, consumidores de drogas inyectables y hemof・icos adultos (Alcabes et al. Epidemiol Rev 1993;15:303). Como en el caso de muchas enfermedades, una cantidad de factores pueden influir en el curso de la enfermedad del VIH. Factores como la edad o las diferencias gen・icas entre individuos, el nivel de virulencia de la cepa, as・como influencias externas como la coinfecci・ con otros microbios pueden determinar la tasa y severidad de la expresi・ de la enfermedad del VIH. De la misma manera, algunas personas infectadas con hepatitis B, por ejemplo, no muestran s・tomas o s・o ictericia y terminan su infecci・, mientras que otras sufren la enfermedad desde la inflamaci・ cr・ica del h・ado hasta la cirrosis y el carcinoma de las c・ulas hep・icas. Los cofactores probablemente determinan tambi・ por qu・algunos fumadores desarrollan c・cer pulmonar y otros no (Evans. Yale J Biol Med 1982;55:193; Levy. Microbiol Rev 1993;57:183; Fauci. Nature 1996;384:529). MITO: Algunas personas tiene muchos s・tomas asociados con el SIDA pero no est・ infectadas con el VIH. HECHO: La mayor・ de los s・tomas del SIDA resultan del desarrollo de enfermedades oportunistas y c・ceres asociados con severa supresi・ inmunitaria secundaria del VIH. Sin embargo, la supresi・ inmunitaria tiene muchas otras causas potenciales. Los individuos que toman medicinas glucocorticoides y/o inmunosupresoras para impedir el rechazo de un trasplante o para tratar enfermedades autoinmunes, pueden tener un aumento de la susceptibilidad a las infecciones poco comunes, al igual que los individuos con ciertas condiciones gen・icas, desnutrici・ severa y ciertas clases de c・ceres. No hay pruebas que sugieran que la cantidad de esos casos haya aumentado, pero hay amplias pruebas epidemiol・icas que muestran un impresionante aumento de casos de supresi・ inmunitaria entre personas que comparten una caracter・tica: la infecci・ con el VIH (NIAID, 1995; UNAIDS, 1999). MITO: El espectro de las infecciones relacionadas con el SIDA visto en distintos sectores de poblaci・ prueba que el SIDA consiste en realidad en muchas enfermedades que no se deben al VIH. HECHO: Las enfermedades asociadas con el SIDA como la neumon・ PC y el complejo Mycobacterium avium (MAC) no son causadas por el VIH sino que resultan de la supresi・ inmunitaria causada por la enfermedad del VIH. A medida que el individuo infectado con el VIH se debilita, se hace m・ susceptible a las infecciones virales, fungosas y bacterianas particulares m・ comunes en la comunidad. Por ejemplo, las personas infectadas con el VIH en ciertas regiones mesooccidentales y mesoatl・ticas son mucho m・ propensas que la gente de la ciudad de Nueva York a desarrollar histoplasmosis, causada por un hongo. Una persona en Africa est・expuesta a agentes pat・enos diferentes en comparaci・ con una persona en una ciudad estadounidense. Los ni・s podr・n estar expuestos a diferentes agentes pat・enos que los adultos (AIDS Knowledge Base, 1999a; 1999b). _____
Una versi・ ampliada de esta hoja informativa se encuentra disponible en el sitio web de NIAID
http://www.niaid.nih.gov/factsheets/evidhiv.htm. NIAID es un componente de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) que apoya las investigaciones sobre el SIDA, tuberculosis, malaria y otras enfermedades infecciosas, as・como alergias e inmunolog・. El NIH es un organismo del Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos.
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