El desarrollo sostenible | cuestiones mundiales |
Un nuevo pacto por el desarrollo en la batalla contra la pobreza mundialPor George W. Bush Presidente de los Estados Unidos El presidente, al renovar el compromiso de Estados Unidos de luchar contra la pobreza, propone un nuevo pacto de desarrollo definido por una mayor responsabilidad de parte de las naciones ricas y pobres por igual. A continuaci・, algunos fragmentos de las palabras que prounci・el 22 de marzo de 2002 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Financiamiento y Desarrollo, celebrada en Monterrey, M・ico).Buenos d・s. Nos reunimos en un momento de nuevas esperanzas y de una lucha antiqu・ima, la lucha contra la pobreza. Me honra estar con tantos l・eres distinguidos que est・ comprometidos con esta causa. Estoy aqu・hoy para reafirmar el compromiso de Estados Unidos de llevar esperanza y oportunidad a los pueblos m・ pobres del mundo y para hacer un llamado a un nuevo acuerdo para el desarrollo, definido por una mayor responsabilidad por parte de todas las naciones, ricas y pobres, por igual. Muchos de los que est・ aqu・hoy han dedicado sus vidas a la lucha contra la pobreza mundial, y ustedes saben lo que est・en juego. Luchamos contra la pobreza porque la esperanza es una respuesta al terrorismo. Luchamos contra la pobreza porque la oportunidad es un derecho fundamental de la dignidad humana. Luchamos contra la pobreza porque la fe lo requiere y la conciencia lo demanda. Y luchamos contra la pobreza con una convicci・ creciente de que un avance muy importante est・a nuestro alcance. No obstante, este progreso requerir・cambios. Durante d・adas, el ・ito de la ayuda al desarrollo se midi・solamente por los recursos invertidos, no por los resultados alcanzados. Sin embargo, invertir dinero en un statu quo que ha fracasado ayuda muy poco a los pobres y puede realmente demorar el progreso de la reforma. Debemos aceptar un llamado m・ alto, m・ dif・il, m・ prometedor. Las naciones desarrolladas tenemos la obligaci・ no s・o de compartir nuestra riqueza sino tambi・ de fomentar las fuentes que producen riqueza: libertad econ・ica, libertad pol・ica, el imperio de la ley y los derechos humanos. La lecci・ de nuestro tiempo es clara: cuando las naciones cierran sus mercados y las oportunidades las aprovechan unos pocos privilegiados, ninguna cantidad de ayuda al desarrollo, ninguna cantidad, es suficiente. Cuando las naciones respetan a su gente, abren los mercados, invierten en un mejor cuidado de la salud y una mejor educaci・, cada d・ar de ayuda, cada d・ar de los ingresos del comercio y del capital interno se usa m・ eficientemente. Debemos vincular una mayor ayuda a las reformas pol・icas, legales y econ・icas. E insistiendo en la reforma hacemos la labor de la compasi・. Estados Unidos mostrar・el camino con el ejemplo. He propuesto un aumento del 50 por ciento durante los pr・imos tres a・s fiscales en nuestra asistencia b・ica al desarrollo. Finalmente, esto significar・un aumento anual de 5.000 millones de d・ares con respecto a los niveles actuales. Estos nuevos fondos ir・ a la nueva Cuenta del Reto del Milenio, dedicada a proyectos en naciones que gobiernan con justicia, invierten en su pueblo y fomentan la libertad econ・ica. Promoveremos el desarrollo desde abajo, ayudando a los ciudadanos a encontrar las herramientas, la capacitaci・ y las tecnolog・s para aprovechar las oportunidades de la econom・ mundial. He pedido al secretario de Estado Powell, al secretario de Hacienda O'Neill, que consulten con la comunidad mundial para desarrollar un criterio de objetivos claros y concretos para la Cuenta del Reto del Milenio. Aplicaremos ese criterio de manera justa y rigurosa. Y para poner en marcha esta iniciativa, trabajar・con el Congreso estadounidense para poner recursos a disposici・ de los pa・es que califiquen al cabo de 12 meses. Muchas naciones en desarrollo ya han venido trabajando arduamente para seguir ese camino, y est・ en el camino de la reforma y de ofrecer beneficios a sus pueblos. El nuevo Acuerdo para el Desarrollo recompensar・a esas naciones y alentar・a otras a seguir sus ejemplos. La meta de nuestra ayuda al desarrollo ser・que las naciones crezcan y prosperen m・ all・de la necesidad de cualquier ayuda. Cuando las naciones adoptan reformas, cada d・ar de ayuda atrae dos d・ares de inversiones privadas. Cuando la ayuda est・vinculada con buenas pol・icas, la cantidad de personas que salen de la pobreza es cuatro veces mayor que cuando se usan m・odos viejos de asistencia. Todos los que estamos aqu・debemos concentrarnos en los beneficios reales para los pobres, en vez de discutir los niveles arbitrarios de los aportes de los ricos. Tenemos que invertir con miras a mejorar la salud e intensificar nuestros esfuerzos para combatir el SIDA, que amenaza con destruir sociedades enteras. Debemos dar una parte mayor de nuestra ayuda en forma de donaciones, en vez de pr・tamos que nunca pueden ser pagados. La labor del desarrollo es mucho m・ amplia que la ayuda al desarrollo. La mayor parte del financiamiento del desarrollo proviene no de la ayuda, sino del comercio, el capital nacional y la inversi・ extranjera. Los pa・es en desarrollo reciben en ayuda aproximadamente 50.000 millones de d・ares todos los a・s. Esta cifra hay que compararla con la inversi・ extranjera de casi 200.000 millones de d・ares en ingresos anuales por concepto de exportaciones que tienen un valor de 2,4 billones de d・ares. Por lo tanto, si queremos luchar seriamente contra la pobreza, debemos decidir seriamente ampliar el comercio. El comercio ayud・a pa・es tan diversos como Corea del Sur, China y Chile a trocar la desesperanza en que estaban sumidos millones de sus ciudadanos por nuevas oportunidades para millones de sus ciudadanos. El comercio trae nueva tecnolog・, nuevas ideas y el comercio trae expectativas de libertad. El mayor acceso a los mercados de los pa・es ricos tiene un efecto directo e inmediato en las econom・s de los pa・es en desarrollo. Para citar un ejemplo, en un solo a・ la Ley de Crecimiento y Oportunidad Africanos ha incrementado las exportaciones africanas a Estados Unidos en m・ de mil por ciento, generando cerca de mil millones de d・ares en inversiones y creando miles de puestos de trabajo. Sin embargo, nos queda mucho m・ por hacer. Los pa・es en desarrollo necesitan m・ acceso a los mercados de los pa・es ricos. Tambi・ tenemos que reducir los elevados aranceles que se interponen en el comercio entre los pa・es en desarrollo mismos. Las negociaciones de comercio mundial iniciadas en Doha encaran estos desaf・s. El ・ito de esas negociaciones se traducir・en una prosperidad mayor tanto para los ricos y los de ingresos medianos como para las naciones pobres. Seg・ un estimado, un nuevo pacto de comercio podr・ sacar de la pobreza a 300 millones de personas. Cuando el comercio avanza es incontestable el hecho de que la pobreza retrocede. La tarea del desarrollo es urgente y ardua y, sin embargo, el camino es claro. En nuestros planes y actividades debemos recordar que la verdadera fuente del progreso econ・ico es la creatividad de los seres humanos. Los recursos naturales m・ importantes de las naciones se hallan en la mente, los conocimientos y la iniciativa de sus ciudadanos. La grandeza de una sociedad se logra al liberar la grandeza de un pueblo. Los pobres del mundo necesitan recursos para hacer frente a sus necesidades y, como todas las personas, merecen contar con instituciones que alienten sus sue・s. Todos merecen tener gobiernos instituidos por su propio consentimiento; reg・enes jur・icos que distribuyan las oportunidades, en vez de proteger los intereses mezquinos de unos pocos; y reg・enes econ・icos que respeten la ambici・ y recompensen el esfuerzo de la gente. La libertad, la ley y las oportunidades son requisitos del desarrollo y son esperanzas que comparten todos los seres humanos. La iniciativa empresarial no est・limitada por la geograf・, la religi・ o la historia. Hombres y mujeres fueron creados para la libertad, y la prosperidad ocurre con el triunfo de la libertad. Por eso los Estados Unidos de Am・ica lideran el esfuerzo para combatir para ser libres del terrorismo. Agradecemos a nuestros amigos en todo el mundo por ayudarnos en esta gran causa. La historia nos ha llamado a librar una lucha tit・ica, cuyo desaf・ no puede ser m・ grande, porque estamos combatiendo por la misma libertad. Estamos persiguiendo grandes y nobles objetivos para hacer el mundo m・ seguro y, por ende, un lugar mejor. Combatiremos la pobreza y la desesperanza y la falta de educaci・ y los gobiernos fracasados que, con demasiada frecuencia, permiten las condiciones que los terroristas aprovechan para usarlas en provecho propio. Nuestro nuevo enfoque del desarrollo hace recaer la responsabilidad en los pa・es en desarrollo y en todas las naciones. Tenemos que establecer las instituciones de la libertad, no subvencionar los fracasos del pasado. Tenemos que hacer algo m・ que sentirnos satisfechos con lo que hacemos, tenemos que hacer el bien. Al tomar partido por la libertad y el buen gobierno liberaremos a millones de la prisi・ de la pobreza. Ayudaremos a derrotar la desesperanza y el resentimiento. Colocaremos a naciones enteras en el creciente c・culo de la oportunidad y la empresa. Ganaremos verdaderos socios en la tarea del desarrollo y a・diremos un nuevo y esperanzador cap・ulo a la historia de nuestro tiempo. .
Cuestiones Mundiales, abril 2002 -- Contenido |