EL SURGIMIENTO DE LA JUSTICIA COMUNITARIAPor Dennis Maloney
Considere las siguientes circunstancias. Una noche, luego de trabajar hasta tarde, usted alcanza a tomar el ・timo autob・. Luego de bajar del autob・ en la parada acostumbrada, usted comienza a caminar hacia su casa. Al acercarse a su casa, observa una situaci・ perturbadora. Oye a un grupo de ni・s que lloran. Est・ de pie junto a una mujer que yace sobre la acera. Cuando usted corre hasta all・ nota lo que parece ser una figura masculina que se escurre entre las sombras hacia el callej・. ・u・har・ usted? Les he planteado esta pregunta a millares de ciudadanos en docenas de estados norteamericanos. La respuesta es constante. Primero, usted atiende a la mujer, verifica sus signos vitales y determina la naturaleza de sus lesiones. Segundo, observa los ni・s para averiguar si ellos tambi・ han sido agredidos. Tercero, recurre a un vecino para que llame al n・ero telef・ico de ayuda de emergencia apropiado y despache a la polic・ para que ubique y arreste al delincuente. Esta secuencia, atender a la v・tima del crimen, tomarle el pulso a la comunidad circundante y, luego, ocuparse del delincuente, parece ser un protocolo norteamericano en respuesta a un delito. Fallas del sistema Si ・ta es, en realidad, la serie de acciones que se emprenden en el momento en que ocurre el crimen, ・or qu・la justicia penal estadounidense parece adherirse a un protocolo que es virtualmente opuesto? En Estados Unidos establecemos servicios legales, financiados por el gobierno, en beneficio del delincuente, le proporcionamos consejo e intervenciones terap・ticas y, aun despu・ de encarcelarlo, le proveemos amplios servicios educativos y vocacionales. Entre tanto, las v・timas del crimen languidecen mientras se las entienden por s・mismas con sus traumas. En consecuencia, el p・lico norteamericano ha llegado a la conclusi・ de que el sistema de justicia penal se ha vuelto tan concentrado en el delincuente que, en esencia, nos hemos convertido defensores del delincuente. Muchos hasta nos perciben como defensores del delincuente a expensas de la v・tima y de las necesidades de la comunidad. Esta paradoja no deber・ aceptarse nunca, y nunca lo ser・ El sistema estadounidense ha dependido del encarcelamiento como el medio preferido y, en muchos casos, el ・ico de hacer que los delincuentes sean responsables de su comportamiento. Hay pruebas crecientes de que podemos imprimir m・ profundamente en el delincuente los efectos personalizados de su comportamiento si involucramos a la v・tima en todo el procedimiento. Esto, a su vez, puede despertar en el delincuente un sentido mucho m・ profundo de responsabilidad. Reconozcamos en primer lugar que las c・celes ocupan un lugar indiscutible para controlar a los delincuentes peligrosos durante las deliberaciones antes del juicio y, subsecuentemente, para castigar a esos delincuentes por sus actos perversos. Estos criminales requieren que se los coloque en prisiones seguras durante largos per・dos. Pero es necesario recordar tambi・ que una gran cantidad de v・timas sufren p・didas materiales a manos de delincuentes que no presentan una tendencia demostrada hacia la violencia. Estos delitos incluyen actos tales como el robo, el allanamiento de morada, el vandalismo y el giro de cheques sin fondos. Estos delitos representan el 90 por ciento de todos los que se cometen en Estados Unidos. En estos casos puede ser m・ satisfactorio y, por cierto, menos costoso, hacer que el delincuente sea directamente responsable ante la v・tima y la comunidad. Esto puede lograrse permiti・dole a la v・tima determinar un nivel apropiado de restituci・, identificar una cantidad significativa de servicio de trabajo comunitario y, con la ayuda de un mediador entrenado, hacer arreglos para que la v・tima le exprese al delincuente, cara a cara, el trauma que sufri・como resultado del delito. De hecho, si el sistema de justicia penal reservara el espacio que hay en las prisiones para los delincuentes peligrosos que causan da・s personales a otros y para aquellos delincuentes cr・icos e imparables que cometen delitos contra la propiedad, podr・mos tomar lo que ahorrar・mos y proveerles a las v・timas amplios y muy necesarios servicios de tratamiento. Podr・mos tambi・ financiar enfoques viables de prevenci・ del delito, por mucho la mejor manera de impedir que haya v・timas. Esto nos lleva a un tercer elemento del sistema de justicia penal estadounidense: la prevenci・ del delito. Tenemos un sistema con la informaci・ m・ abarcadora que haya disponible en lo que respecta a lugares, ocasiones, frecuencia y patrones de la actividad delictiva. Pero si examinamos los recursos dedicados a prevenir el delito, encontramos que hay amplia oportunidad de mejorar. As・como el sistema, en su mayor parte, le presta tradicionalmente poca atenci・ a la v・tima, tambi・ le ha prestado demasiado poca atenci・ a una verdadera discusi・ en torno a la prevenci・ del delito. El sistema se ocupa primordialmente del movimiento de los delincuentes, dependiendo a menudo de respuestas muy costosas. Este enfoque, opinan algunos, es miope. Justicia comunitaria En el Condado de Deschutes, en Oreg・, y en un pu・do de otras jurisdicciones en Estados Unidos, un grupo de funcionarios judiciales ha formado equipo con funcionarios locales elegidos, representantes legislativos y ciudadanos particulares para identificar las deficiencias del sistema y, lo que es m・ importante, para construir un sistema de justicia penal mejor, un sistema que hemos llegado a reconocer como la "justicia comunitaria". Dentro de la estructura judicial de una comunidad, a la v・tima se la considera el principal "cliente" del sistema de justicia, a los delincuentes se los hace responsables de modos constructivos y significativos, y a la prevenci・ del delito se le asigna una prioridad elevada. La participaci・ del ciudadano en la atenci・ de las necesidades de las v・timas, la determinaci・ de prioridades, la mediaci・ en los requerimientos de restituci・ y la supervisi・ de los proyectos de servicio de trabajo comunitario son de primera importancia en la estrategia de justicia de una comunidad. Los funcionarios del sistema judicial recalcan con mucho cuidado que este cambio es posible mientras permanecen invariables los requisitos del debido proceso de ley. El Condado de Deschutes ha tomado varias medidas para demostrar que procede con seriedad respecto de su nueva visi・ del sistema judicial. Luego de una serie de reuniones convocadas por el juez presidente del Tribunal de Circuito, Stephen Tiktin, en relaci・ con la necesidad de que el sistema de justicia local realzara los servicios a las v・timas y la prevenci・ del delito, el condado aprob・una "resoluci・ oficial" para responder al liderato del grupo. Esta resoluci・, a su vez, acicate・una serie de acciones que han hecho avanzar r・idamente el sistema hacia un modelo de justicia comunitaria. He aqu・algunos ejemplos de ideas que se han puesto en pr・tica desde la aprobaci・ de la resoluci・: Mejor atenci・ a las v・timas La Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Deschutes ha desarrollado un complemento completo de servicios a las v・timas. El departamento atiende las necesidades de las v・timas desde el momento en que se informa sobre el crimen hasta el momento en que se hace el ・timo pago de restituci・. Este programa de ayuda a las v・timas sigue el patr・ del "c・igo" estadounidense de emergencias hospitalarias. Los delitos en que una persona es v・tima de actos de violencia se clasifican en el c・igo azul, y el programa asegurar・que la v・tima tenga a su lado un voluntario de apoyo a los pocos minutos de recibida una llamada. A los delitos de menos gravedad se les da una respuesta en cuesti・ de horas, y en un par de d・s, luego de recibido el informe, se entra en contacto con las v・timas de delitos menores. Las v・timas reciben tambi・ otros servicios, tales como consejo en casos de trauma, alojamiento temporal de ser necesario, informaci・ y ayuda legal en registrar las p・didas. Las v・timas del crimen reciben un mensaje claro: "Usted es un miembro honesto de nuestra comunidad; usted ha sido agraviado, y es nuestra tarea hacer todo lo podamos para asegurar que se le restaure en la mayor medida posible. Estaremos de su lado hasta que recupere una sensaci・ de seguridad". El Tribunal de Circuito de Deschutes ha impulsado una gama completa de oportunidades para que las v・timas se involucren directamente en el proceso judicial. El tribunal le ha dado una prioridad particularmente alta a los servicios de mediaci・ entre v・tima y delincuente. De acuerdo con este enfoque, las v・timas pueden optar por enfrentarse cara a cara con los delincuentes para explicarles las consecuencias humanas de sus p・didas, manifestar su necesidad de recuperar p・didas financieras y determinar los requerimientos apropiados de servicios comunitarios. Voluntarios sumamente entrenados hacen m・ f・il la sesi・. El Departamento de Justicia Comunitaria, formado recientemente, coordina el programa para el tribunal. Los primeros resultados de esta estrategia son muy alentadores. Las v・timas dan cuenta de un nivel de satisfacci・ mucho m・ alto con la mediaci・ que con los procesos judiciales tradicionales. Y los acuerdos a que se llega son mucho m・ durables que las ・denes corrientes de libertad condicional. Los delincuentes pagan restituci・ a una tasa mucho m・ elevada, que se acerca al 90 por ciento, en comparaci・ con el promedio nacional de libertad condicional de apenas el 33 por ciento. El Departamento de Justicia Comunitaria convierte posturas que en una ocasi・ se concentraban en ofrecerles consejo a los delincuentes, en otras que recalcan el apoyo y el consejo a las v・timas. El viejo sistema preguntaba en cada caso de aplicaci・ de la ley: "・n qu・condiciones est・el delincuente? ・u・es son sus necesidades? ・u・servicios se requieren para cambiar su comportamiento?". El nuevo sistema pregunta: "・u・ es la situaci・ de la v・tima? ・e qu・grado son sus padecimientos? ・u・tiene que hacer el delincuente para compensar a la v・tima?" El departamento sigue administrando y supervisando el comportamiento del delincuente. Pero el contexto primordial de la supervisi・ tiene que ver con la responsabilidad del delincuente de restituir a la v・tima y pagar la restituci・. La responsabilidad, y no el consejo, es la prioridad m・ima de la supervisi・ del delincuente. Una manera m・ creativa de abordar los delitos contra la propiedad La comunidad empresarial del Condado de Deschutes ha unido fuerzas con el Departamento de Justicia Comunitaria para formar lo que ha llegado a conocerse como la Junta de Rendici・ de Cuentas al Comerciante. La junta se ha formado por varias razones:
Como resultado de estas circunstancias, los comerciantes organizaron un programa en el que uno de ellos actuar・ como v・tima sustituta en una docena de casos y determinar・ el nivel de restituci・ apropiado. De esta manera, se maneja el caso sin necesidad de un enjuiciamiento costoso, el comerciante v・tima tiene una oportunidad de hacerles sentir a los rateros de tienda y a los ladronzuelos la gravedad de lo que le hacen a la familia de las peque・s empresas, y los comerciantes reciben su restituci・ con m・ rapidez, y a una tasa m・ elevada, que a trav・ de los procedimientos judiciales tradicionales. Construcci・ de comunidades m・ viables Uno de los cambios destacados que han ocurrido debido al compromiso del departamento con la justicia comunitaria es que ahora se considera a la sentencia de servicio a la comunidad como un recurso para construir comunidades m・ viables. El servicio a la comunidad se ha usado tradicionalmente como medida punitiva. En el Condado de Deschutes, de acuerdo con la filosof・ general de la justicia comunitaria, el servicio de trabajo se considera un medio de restituirles a las v・timas y la comunidad. Dentro de este contexto, el departamento ha colaborado diligentemente con agencias comunitarias sin fines de lucro para abordar una gama de proyectos innovadores. Estos incluyen:
Con este enfoque, la comunidad del departamento recibe beneficios tangibles y los delincuentes comienzan a forjar un v・culo con la comunidad, reduciendo en consecuencia la probabilidad de que cometan actos de vandalismo. La comunidad ha demostrado apoyo abrumador a este enfoque. Estrategias de prevenci・ Esta cuesti・ puede muy bien haber inspirado el modo de pensar m・ creativo del condado. Al analizar el sistema de correcci・ juvenil del estado, el condado determin・que Oreg・, por inadvertencia, cre・un incentivo para que los condados usen las instalaciones de correcci・ estatales. En Oreg・ los condados no pagan nada por usar las instituciones estatales, de modo que, en esencia, los condados pueden optar por colocar a los delincuentes juveniles, molestos pero no necesariamente peligrosos, en las instalaciones de correcci・ estatales. No es sorprendente que haya y, probablemente, siempre habr・presi・ a favor de ampliar las instituciones juveniles para alojar a los delincuentes juveniles de los condados. Si bien aparentemente esto parece ser financieramente beneficioso para los gobiernos de los condados, s・o sirve para empujar hacia arriba la poblaci・ y los costos de las prisiones, con lo que amenaza otros servicios estatales esenciales, tales como la educaci・. El Condado de Deschutes y la Administraci・ de Asuntos Juveniles de Oreg・ elaboraron una manera de revertir esta tendencia. El condado ofreci・cambiar a una base de subsidios en bloque seg・ la cual pod・ administrar sus propias instalaciones para delincuentes juveniles no peligrosos que, de otro modo, habr・n sido colocados en instituciones estatales. Los programas locales se pagan con fondos procedentes de los subsidios en bloque, con el acuerdo de que cualquier ahorro puede reinvertirse en estrategias de prevenci・ del delito. Y el ahorro puede ser significativo, tanto como varios centenares de miles de d・ares al a・. Una Comisi・ de ciudadanos para Ni・s y Familias administra el dinero. Estos ciudadanos aportan al programa una fuerte perspectiva empresarial, y hacen diferencias claras entre gastos e inversiones. Este enfoque innovador gan・el apoyo de la legislatura estatal y del gobernador John A. Kitzhaber. Si este programa da resultados y se extiende a otros condados, Oreg・ saldr・ganando de dos maneras. La actual poblaci・ carcelaria puede, por lo menos, disminuir, y los d・ares que una vez se destinaron a costosas operaciones carcelarias pueden reinvertirse en estrategias comunitarias de prevenci・ del delito. Estos son apenas unos pocos ejemplos de los esfuerzos emprendidos desde que se inici・la iniciativa de justicia comunitaria. Al involucrarse m・ los ciudadanos y las v・timas, hay disponible una inagotable energ・ creativa para transformar el sistema de justicia penal en un sistema de justicia comunitaria. Es evidente que la justicia comunitaria responde en primer t・mino a las necesidades de las v・timas, ofrece soluciones creativas para responsabilizar a los delincuentes no violentos y destaca la prevenci・ del delito como un aspecto importante de las actividades diarias del sistema de justicia penal. La participaci・ activa de los ciudadanos en todos los aspectos del sistema judicial es un elemento central de esta filosof・. Esta participaci・ ciudadana sirve para expandir el sentido de responsabilidad con miras a conseguir comunidades m・ seguras, mucho m・ all・de los profesionales del sistema de justicia. Con este nuevo sentido de pertenencia y responsabilidad, los ciudadanos aportar・ gustosos energ・ y recursos que nunca han estado disponibles a trav・ medios financiados con el dinero de los contribuyentes. Armados de una nueva filosof・ y equipados con liderazgo y recursos provistos por los mismos ciudadanos, el futuro aparece m・ brillante y seguro para aquellos lugares que van en procura de la justicia comunitaria. __________Resoluci・ sobre Justicia Comunitaria Resoluci・ No. 96-122 Por cuanto los ciudadanos del Condado de Deschutes deben tener derecho al m・ alto nivel de seguridad p・lica, y Por cuanto las crecientes tasas de delincuencia juvenil y adulta plantean una amenaza a la condici・ y sensaci・ de seguridad de nuestros ciudadanos, y Por cuanto una estrategia general de reducci・ del delito requiere hacer hincapi・ de manera equilibrada, en la prevenci・ del delito, la intervenci・ temprana y los esfuerzos de correcci・ efectivos, y Por cuanto la Justicia Comunitaria encarna una filosof・ que involucra a la comunidad para liderar todas las estrategias de prevenci・ y reducci・ del delito, Por tanto, la Junta de Comisionados del Condado de Deschutes adopta la Justicia Comunitaria como la misi・ y prop・ito centrales de los esfuerzos de correcci・ comunitarios del condado. Adem・, el condado crea por la presente un Departamento de Justicia Comunitaria para reemplazar el Departamento de Correcci・ Comunitaria. SE RESUELVE que el Departamento de Justicia Comunitaria trabajar・en asociaci・ con la ciudadan・ del condado para llevar a cabo iniciativas efectivas de prevenci・ del delito, control del delito y reducci・ del delito. SE RESUELVE, ADEMAS, que el condado construir・un Centro de Justicia Comunitaria para proveer servicios y programas para que se restituya a las v・timas del delito, para que los delincuentes se responsabilicen y ganen las competencias para convertirse en ciudadanos responsables y productivos, y para que la comunidad tenga acceso un centro organizativo de la amplia gama de esfuerzos de lucha contra el crimen. DADO EN ESTE 25to. d・ de septiembre de 1996 por la Junta de Comisionados del Condado de Deschutes (Oreg・, Estados Unidos de Am・ica). Volver a art・ulo principal.
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