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"Liderazgo y coherencia" son, en este momento, los temas claves de la política exterior para el Partido Republicano, dice el general. Scowcroft fue Asesor Presidencial para Asuntos de Seguridad Nacional durante las administraciones Ford y Bush. Fue también Asesor Militar del presidente Nixon. Durante su carrera militar, Scowcroft ocupó puestos en la Organización del Estado Mayor Conjunto, en el Cuartel General de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y en la Oficina del Secretario de Defensa Adjunto para Asuntos de Seguridad Internacional. Es fundador y presidente del Foro para Política Internacional, organización no partidista y sin fines de lucro que proporciona una perspectiva independiente de las principales cuestiones de política exterior. Es asimismo presidente del Grupo Scowcroft, una compañía consultora que trabaja con corporaciones interesadas en expandir sus operaciones e invertir en el extranjero. Scowcroft fue entrevistado en septiembre por la redactora responsable Dian McDonald.
La política exterior tiene una función mínima en la actual campaña presidencial, y no se prevé que ésta tenga un efecto trascendental en la manera en que los norteamericanos votan a menos que ocurran "acontecimientos dramáticos" e imprevistos en el escenario internacional antes del día de las elecciones, dice el general Brent Scowcroft.
Pregunta:Cómo caracterizaría usted la función de la política exterior en la actual campaña presidencial?
Scowcroft: Diría que es, probablemente, la de menos injerencia que pueda recordar. Se plantea por episodios, pero no es un tema central de la campaña.
P: ¿Cree usted que hay cuestiones de política exterior que puedan tener un efecto potencial sobre el resultado de la elección en este momento?
Scowcroft: No lo creo, a menos que se produzcan acontecimientos dramáticos que puedan tener algún efecto, pero aparte de ello, no lo creo. La política exterior será como una corriente oculta en esta campaña. Creo que el presidente Clinton dirá que, en general, ha sido un buen presidente en lo que se refiere a política exterior, que ha continuado la tradición de la política exterior norteamericana, que ha sido firme y que no ha tenido temor de utilizar la fuerza cuando ha sido apropiado hacerlo.
Y es probable que el senador Dole diga que "no ha habido liderazgo. Nuestra política ha sido una de un cambio tras otro. No ha habido coherencia ni estrategia. Necesitamos una política exterior consecuente, respaldada por la fuerza y el presidente ha permitido la merma de nuestras fuerzas militares".
Creo que ese será el tema fundamental, pero no es uno que haga que muchos votantes cambien de parecer. Ahora bien, si ocurre algo dramático, que suceda algo más en Irak, en China, en la proliferación de misíles o demás, sí podría tener un efecto en la elección, pero sería un acontecimiento imprevisto.
P: Se ha dicho que la política de Estados Unidos hacia los inmigrantes ilegales es una de las cuestiones más conflictivas de la política exterior para el presidente Clinton y para el senador Dole. ¿Está de acuerdo usted con esa aseveración?
Scowcroft: Creo que es un asunto muy cargado de emociones, pero lo que dice me parece demasiado fuerte. En primer lugar, cabe preguntarse si se trata de una cuestión de política exterior. Es una cuestión de política nacional. Y tiene una gran repercusión en varios estados claves como California, Texas y Florida. Pero, en la mayor parte del país me parece que es un tema abstracto y no creo que afecte muchos votos.
P: ¿Cree usted que podría ser un factor importante en la votación en California?
Scowcroft: Sí, creo que podría serlo, pero como bien sabe, la división no siempre es necesariamente por la línea partidista. Pero creo que es más probable que sea una cuestión decisiva en California que en ningún otro lugar, y en segundo lugar, quizás en la Florida.
P: ¿Qué asuntos de política exterior son en este momento de importancia clave para el Partido Republicano?
Scowcroft: Si bien hay algunos asuntos específicos, como Bosnia y Haití, creo que los republicanos destacarán las cuestiones generales de liderazgo y coherencia.
P: ¿Cómo ve usted la función y esencia de la política de seguridad en las elecciones ahora que la Guerra Fría ha pasado a la historia?
Scowcroft: En las elecciones durante la Guerra Fría, era frecuente en los debates el tema de quién no era firme contra el comunismo, quién no mantenía el poderío militar y demás. Estas cuestiones han desaparecido. Y con el fin de la Guerra Fría creo que, en general, el pueblo norteamericano no tiene, en este momento, un interés particular en la polítida exterior. Y, por lo tanto, cuando los diferentes directores de las campañas políticas consideren los temas que más inciten al pueblo, no creo que encontrarán uno en la política exterior, porque no hay nada que indigne al pueblo tanto como lo hizo la cuestión de la amenaza de una Unión Soviética agresiva.
P: ¿Ve usted diferencias ideológicas fundamentales entre republicanos y demócratas en las cuestiones de política exterior?
Scowcroft: Sí, creo que hay diferencias generales entre republicanos y demócratas; pero es un poco más difícil hacer una distinción clara porque hay diferentes tipos de demócratas y diferentes tipos de republicanos. Pero, en la medida en que se puede hacer esa distinción, creo que hay una doble diferencia. Una es la medida en que el poderío militar tiene que desempeñar una función en la política exterior: ¿Cuán fuerte tenemos que ser militarmente en comparación con nuestra economía? Y la otra es la medida en que las cuestiones de derechos humanos y de democracia se convierten en elementos operacionales de la política exterior. Hay elementos que tienen que ver con los principios de ambos partidos. Pero los demócratas tienden a hacerlos más operacionales en nuestra política exterior que los republicanos.
Por ejemplo, tómese el caso de China. Los demócratas suelen decir que "lo más importante con respecto a las relaciones sino-norteamericanas es su historial de derechos humanos y debemos castigarlos hasta que corrijan su historial de derechos humanos".
Los republicanos dicen que "China es una gran potencia. Tenemos muchos intereses en China, muchos intereses muy importantes, entre ellos los derechos humanos, pero éstos no deben ser los que dominen la relación".
P: ¿Cree usted que los republicanos son renuentes ahora a criticar, durante esta campaña, el historial de política exterior del presidente Clinton?
Scowcroft: No, no creo que sean renuentes en absoluto. De hecho, creo que existe la tendencia a criticarlo, especialmente en términos de liderazgo, pero la política exterior, como he dicho antes, no será un tema principal porque no parece tener repercusión en el elector norteamericano.
P: ¿Podría usted resumir brevemente los principales logros de política exterior del presidente Bush, y cree usted que el votante norteamericano se ha olvidado de esos logros durante la campaña presidencial de 1992?
Scowcroft: Creo que hubo un par de logros principales. Uno de los más sobresalientes fue el fin de la Guerra Fría. Ahora bien, George Bush no causó el fin de la Guerra Fría. Fueron elementos fuera del alcance de cualquier persona en particular. Pero el hecho de que una confrontación tan profunda y amarga como la que motivó la Guerra Fría pudiera concluir en un período tan breve de tiempo, sin que se hiciese un solo disparo, creo que es poco menos que asombroso. Y creo que el hecho de que fuera manejado de tal manera que terminó con un débil quejido, si se quiere decir así, y no con una explosión nuclear, fue un logro particular de Geoge Bush. Unido a ello se tiene su capacidad de lograr que la Unión Soviética aceptara no sólo la reunificación de Alemania, sino una reunificación dentro de la OTAN.
El otro logro por el que creo que la gente recordará a Bush es el conflicto del Golfo Pérsico. Y creo que en este respecto hizo una labor tremenda, en cuanto a que reconoció que había una agresión, movilizó una coalición para afrontarla y hacer que retrocediera, y movilizó a la comunidad internacional por medio de las Naciones Unidas para censurarla y aprobar medidas para invertir su marcha. Y luego de haber logrado sus objetivos, le puso fin. Y creo que es un ejemplo tan bueno como otros que hemos tenido de cómo tratar con la agresión no provocada.
En cuanto a si creo que el elector norteamericano no tuvo presente estos logros en 1992, pues creo varias cosas. El final de la Guerra Fría, desde la perspectiva del pueblo norteamericano, ocurrió de manera tan poco trabajosa que parecía un hecho casi inevitable y nadie le prestó mucha atención al esfuerzo que requirió terminarlo de la manera que terminó. Se le dio un reconocimiento enorme a Bush por la Guerra del Golfo. De hecho, su popularidad aumentó a casi un 90 por ciento, pero la memoria del pueblo es corta, y el pueblo sufría de males económicos, y el entonces gobernador Clinton expresó convincentemente que "nuestros problemas verdaderos están aquí en nuestro país, y tenemos un presidente que dedica demasiado tiempo a la política exterior".
P: ¿Cree usted que los republicanos o los demócratas podrían hacer un mejor trabajo de manejar las cuestiones de política exterior durante las campañas presidenciales? De ser así, ¿qué consejo daría usted para mejorar el manejo de la política exterior durante las elecciones en Estados Unidos?
Scowcroft: Es una pregunta difícil de contestar. Creo que, en la medida que es posible, la política exterior debe ser tratada por sus propios méritos en una campaña. Pero es muy difícil hacer esta sugerencia. Hasta la fecha, los partidos han cerrado fila cuando se ha producido una crisis durante una campaña y han actuado al unísono.
Creo que la política exterior se debe debatir como una cuestión de campaña, pero esperemos que se debata por los méritos de lo que vamos a tratar de lograr y cómo lo vamos a hacer, en lugar de que se impongan las personalidades. Pero no tengo mucha esperanza de que así sea.
P: Tomando en cuenta su actual participación en el Foro de Política Exterior y el Grupo Scowcroft, ¿podría comentar sobre los conocimientos que tiene el pueblo norteamericano y el interés que éste tiene en los asuntos de política exterior? ¿Cómo se puede cambiar esta situación y qué recomendación haría para fomentar un mayor interés en los norteamericanos por las cuestiones internacionales?
Scowcroft: Creo que los conocimientos que se tienen hoy día son bastante escasos, y mucho menos que durante gran parte del período de la Guerra Fría. Creo que eso es algo histórico porque el pueblo norteamericano ha sido un pueblo bastante insularista, y la política exterior ha sido como algo lejos entre dos grandes océanos y no una preocupación de su diario vivir. Creo que estamos en un período en el que es probable que se construya o se sienten las bases para un mundo más compatible con nuestros principios o, por otra parte, que se deje que el mundo vaya a la deriva hacia un estado de peligro del cual tendremos que rescatarlo, como sucedió tan a menudo en este siglo.
Hay muchos que pueden ayudar a difundir este mensaje y el Foro es uno de los que intentan hacerlo. Pero, al fin y al cabo, es la responsabilidad particular del presidente norteamericano, tanto decir cuán importante es y por qué es importante, y hacer las cosas que adelanten nuestros intereses.
Nuevamente digo, que en tiempos de paz, el pueblo norteamericano depende del presidente para hacer lo que sea correcto. Y le dan mucho campo de acción. Así que creo que el liderazgo presidencial realmente es la clave.
Agenda de la
política exterior de los Estados Unidos de
América
Publicaciones Electrónicas del
USIS, Vol. 1, No. 14, Octubre de 1996.