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EN PROCURA DE UN "COMERCIO INTERNACIONAL LIBRE Y BIEN CONCEBIDO
Ha llegado el momento de ser franco sobre la posición comercial de Estados Unidos, dice Perot, señalando que "el déficit comercial del año pasado fue de 174.000 millones de dólares", el más grande que haya registrado un país. En su discurso durante la Convención del Partido de la Reforma, celebrada en Long Beach, California, el 11 de agosto, Perot dijo que es partidario de un "comercio internacional libre y bien concebido", pero rechaza "arreglos comerciales unilaterales estúpidos" que le quitan millones de empleos a los estadounidenses. A continuación se transcriben algunos fragmentos de su discurso:
Permítanme decirlo muy claramente, soy partidario de un comercio internacional libre y bien concebido, pero no apoyo arreglos comerciales unilaterales estúpidos que le cuestan a nuestro país millones de empleos.
No se puede destruir este país enviando los empleos al exterior. La mayoría de la gente no comprende los déficit comerciales, pero si un país compra más de otros países de lo que vende en el exterior, tiene un déficit comercial. Estos déficit son malos. Los superávit son buenos. Cuando me oigan decir déficit comercial, se trata de una cosa mala.
El déficit comercial de Estados Unidos el año pasado fue de 174.000 millones de dólares, el más grande registrado por un país en la historia de la humanidad. Esto quiere decir que compramos 174.000 millones de dólares más de naciones extranjeras que lo que les vendimos. ¿Comprenden ahora por qué los 18 bancos más grandes del mundo están en Europa y Asia? Tienen que tener grandes bancos allá para manejar todo el dinero nuestro que ganan. ¿No es así?
En lenguaje texano liso y llano, ellos tienen nuestro dinero, nosotros tenemos lo que solían ser sus productos. Sus productos cada día tienen menos valor, ellos invierten nuestro dinero y cada día se hacen más ricos. ¿Quién gana y quién pierde? Ustedes lo saben. Yo sé porqué losó hacemos, sé que no lo deberíamos hacer y sé que tenemos que ponerle fin.
Estos son 174.000 millones de dólares, que debían haberse quedado aquí, en el viejo y bueno Estados Unidos, para sostener el empleo y las empresas norteamericanas.
En los últimos diez años el total combinado de todos nuestros déficit comerciales sobrepasó el billón de dólares. Se pronostica que nuestro déficit comercial estadounidense con China será de 50.000 millones de dólares este año. Piénsenlo. Todos los demás países industrializados del mundo tienen superávit con China. ¿Interesante, no les parece? Esos otros países saben cómo negociar acuerdos comerciales justos. Nosotros no.
Nuestro déficit comercial con Japón en 1995 fue de 59.300 millones de dólares. Ahora hablemos del NAFTA (Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte), que se nos vendió como dínamo creador de empleos para el viejo y bueno Estados Unidos. Y se me ridiculizó por decir que iba a ser un gigantesco sonido de succión. ¿Lo recuerdan?
Alguien dijo una vez que yo prefería ser acertado a ser presidente, pero creo que nos encontramos en un momento en la historia en que tenemos necesidad de alguien que sea acertado y sea presidente.
En 1995 nuestro déficit comercial con Canadá: 18.100 millones de dólares. Malo. En 1995 nuestro déficit comercial con México: 15.000 millones de dólares. Increíble.
Lo que no les dicen a ustedes es que la mayor exportación de México a Estados Unidos es 120.000 millones de dólares al año en drogas ilícitas, inundándonos a través de la frontera, envenenando nuestros hijos. Esta cifra no está incluida en el déficit comercial mexicano. Esto equivale a una compañía más grande que Exxon, casi tan grande como la Ford Motor Company, 120.000 millones de dólares al año. Esto es una guerra química dirigida contra nuestros hijos. Debe pararse y todos estamos dedicados a ponerle fin.
Bien. ¿Qué tal si, inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, yo me hubiera presentado ante ustedes, aquí en California, y les hubiera dicho que en 1996 Pittsburgh ya no sería la capital del acero del mundo? Que Detroit ya no sería en 1996 la capital del automóvil del mundo. Que perderíamos el predominio en productos electrónicos. Que para entonces habremos perdido nuestro predominio en todos los productos para el consumidor; por ejemplo, dos tercios del calzado del mundo se fabrican en China. Producir zapatos es un trabajo honrado. Fabricar ropa es un trabajo honrado. Esos son los empleos que podrían revitalizar los centros empobrecidos de nuestras ciudades. Ustedes dirán, ¡ah!, pero en cambio nosotros recibimos productos baratos. Un error. El precio al detalle es el mismo o más elevado. Las ganancias son enormes.
Los 18 bancos principales del mundo, como ya dije, están en Europa y Asia. Bien. Ustedes no lo habrían creído si yo se lo hubiera dicho al final de la Segunda Guerra Mundial. Habrían hecho caso omiso, pero esos son hechos. No podemos hacer caso omiso de los hechos ahora.
PRIMERO SE COMPROMETE LA NACION
-- LUEGO SE COMPROMETE LAS TROPAS
Estados Unidos, como la última superpotencia del mundo, tiene la responsabilidad de ser "una fuerza constructiva en todo el mundo", dice Perot. "Es un deber que debemos aceptar, con una condición, que nunca se comprometa a nuestras tropas hasta que el pueblo estadounidense se haya comprometido". A continuación la declaración de Perot sobre su posición en el campo de la defensa:
La defensa de nuestro país es nuestra mayor prioridad y no debe ser comprometida jamás. El final de la Guerra Fría exigió que Estados Unidos cambiara el enfoque de nuestras fuerzas armadas. Nuestros militares todavía necesitan las armas más avanzadas y mejores y debemos estar preparados para el combate en todo momento.
Somos la última superpotencia del mundo. Esta distinción viene acompañada del deber de ser una fuerza positiva y constructiva en todas partes del mundo. Este es un deber que debemos aceptar, con una condición, que nunca se comprometa a nuestras tropas hasta que el pueblo estadounidense se haya comprometido. Primero se compromete la nación -- luego se compromete las tropas. Debemos evitar otro Vietnam a toda costa.
Las misiones como la de Bosnia tienen muchos riesgos. La función del presidente es explicar al pueblo estadounidense lo que está en juego y definir claramente nuestros objetivos. El presidente debe lograr la dedicación total de los estadounidenses siempre que nuestras tropas participen en combates.
Debido a los tratados firmados después de la Segunda Guerra Mundial, las naciones como Japón y Alemania no pueden tener fuerzas militares fuertes. Como consecuencia, Estados Unidos provee su defensa. Ahora que estas dos naciones son superpotencias económicas, deberíamos evaluar esto. Ellos deben pagar el costo total de su defensa. También deben tener que arriesgar vidas en caso de guerra. Todo el dinero del mundo no compensa la pérdida de nuestros soldados.
En 1993 (las últimas cifras disponibles) Estados Unidos gastó 298.000 millones de dólares en defensa, en tanto que Alemania gastó 36.000 millones de dólares y Japón 42.000 millones de dólares. Debemos recoger un total por lo menos de 100.000 millones de dólares anuales de las naciones que protegemos. La mitad de este dinero podría emplearse para ayudar a equilibrar nuestro presupuesto y la otra mitad podría dedicarse a la investigación militar que nos mantuviera a la vanguardia de la tecnología militar.
La mayor amenaza para nuestro país hoy proviene del terrorismo. Nuestras fuerzas armadas deben dedicar sus recursos de inteligencia en ponerle fin a la amenaza terrorista, no sólo dentro de nuestras fronteras, sino en todo el mundo. Si los terroristas asestan un golpe, nuestros militares deben estar preparados para castigar a esos cobardes con toda la fuerza. Debemos hacer que se entienda claramente que Estados Unidos nunca retrocederá ante una amenaza.
La frase "No me pisotee" debe tener un significado real.
GANAR LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS ILICITAS
Se necesita un "liderazgo decidido" para ganar la guerra contra las drogas ilícitas, dice Perot y el esfuerzo antidrogas "no puede limitarse a nuestro territorio, porque la producción tiene lugar en todo el mundo". A continuación se presentan fragmentos de su declaración sobre la política para el control de las drogas:
La guerra estadounidense contra las drogas no ha terminado. El consumo de drogas aumenta en nuestro país, y nuestros líderes, comenzando por el presidente, deben hacer todo lo que esté dentro de sus posibilidades para frenar la guerra química que se libra contra nuestros hijos.
Después de disminuir por unos pocos años, el consumo de las drogas aumenta nuevamente. Estos son sólo unos pocos ejemplos:
-- Desde 1992 el número de estudiantes de último grado de secundaria que usan drogas por lo menos una vez al mes ha aumentado un 52 por ciento.
-- En 1992 había 2,4 millones de menores, entre los 12 y 17 años de edad, que usaban drogas. En 1994 ese número saltó a 3,8 millones.
-- El uso de la cocaína por drogadictos aumenta. En 1982 un gramo de cocaína costaba 286 dólares. En 1995 la misma cantidad cuesta menos de 100 dólares. Las drogas son como cualquier otro negocio, cuando la oferta está alta los precios bajan.
Nuestros líderes no deberían estar debatiendo si necesitamos concentrarnos en la interceptación de las drogas, la educación sobre los peligros de las drogas o el enjuiciamento por cuestiones de drogas. Necesitamos concentrarnos en todos y cada uno de los aspectos porque esto debe tratarse como cualquier otra guerra, se requiere una ofensiva total.
El uso de las drogas ha subido porque hemos aflojado en la lucha de cada una de las batallas individuales de la guerra contra las drogas. Por ejemplo, los aviones del Servicio de Guardacostas volaron más de 23.000 horas en sus misiones de interceptación en 1991. Para 1994 este número bajó a 6.300 horas. Como resultado, el decomiso de cocaína, que había alcanzado las 35,4 toneladas en 1993, descendió a sólo 10,8 toneladas en 1995. ¿Qué debería hacerse? El primer paso es aumentar los fondos para los programas de tratamiento y educación. Debemos ayudar a la gente que consume drogas y necesitamos asegurarnos de que nuestros hijos y todos y cada uno de los estadounidenses se enteren de que las drogas matan.
El próximo paso es sancionar a los que tratan de vender drogas. Deberían ser obligatorias las sentencias estrictas sin libertad condicional para los traficantes en drogas. Especialmente a los que se sorprenda vendiendo drogas a un niño debería sometérseles a un período de encarcelamiento obligatorio más largo.
Luego tenemos que facultar al director del programa antinarcótico con poderes más amplios. Necesitamos que se coordine a los Guardacostas, los militares, las patrullas fronterizas, la Agencia para el Control de las Drogas (DEA), las aduanas, el FBI, las autoridades locales y estatales encargadas de hacer cumplir la ley y los gobiernos extranjeros, a todos ellos, para librar juntos la guerra contra las drogas, para hacer la guerra tan eficaz y exitosa como sea posible. La guerra contra las drogas no puede limitarse a nuestro territorio, porque la producción tiene lugar en todo el mundo. Necesitamos algo equivalente a la Doctrina Monroe para las drogas, que requiera que luchemos contra la producción y contrabando de drogas en todas partes en el Hemisferio Occidental. Debemos luchar y ganar la guerra contra las drogas, pero necesitamos un liderazgo decidido a hacerlo.
Agenda de la
política exterior de los Estados Unidos de
América
Publicaciones Electrónicas del
USIS, Vol. 1, No. 14, Octubre de 1996.