BILL CLINTON, CANDIDATO DEMOCRATA A LA PRESIDENCIA:
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ELABORACION DE UNA POLITICA EXTERIOR
QUE PROMUEVA LOS VALORES NORTEAMERICANOS
El presidente Clinton desea "tender un puente al siglo XXI" que asegure que nuestra política exterior siga promoviendo los valores de nuestra comunidad estadounidenses en la comunidad de las naciones". Al aceptar la nominación de su partido para presentarse a la reelección, Clinton declaró ante la Convención Nacional Demócrata en Chicago, el 29 de agosto, que es preciso lograr una paz verdadera en Irlanda del Norte y que Cuba "debe, por fin, unirse a la comunidad de las democracias". A continuación, fragmentos del discurso del presidente.
El liderazgo mundial de Estados Unidos
Conciudadanos, deseo tender un puente al siglo XXI que asegure que sigamos siendo el país con la defensa más fuerte del mundo; que nuestra política exterior siga promoviendo los valores de nuestra comunidad estadounidense en la comunidad de las naciones. Nuestro puente al futuro debe incluir puentes a otros países, porque seguimos siendo el país indispensable para promover la prosperidad, la paz y la libertd, y mantener a nuestros propios hijos a salvo de los peligros del terror y las armas de destrucción en masa.
Hemos contribuido a llevar la democracia a Haití y la paz a Bosnia. Ahora, la paz firmada en la Casa Blanca entre israelíes y palestinos debe abarcar a más vecinos de Israel. El profundo anhelo de paz que Hillary y yo sentimos al andar por las calles de Belfast y Derry tiene que realizarse para todo el pueblo de Irlanda del Norte. Y Cuba debe, finalmente, unirse a la comunidad de las democracias.
Ningún acontecimiento de nuestra vida ha sido tan alentador como el que se produjo cuando los pueblos de la antigua Unión Soviética y Europa Central rompieron el yugo del comunismo. Hemos contribuido al progreso de esos pueblos, y estoy orgulloso de ello. Continuaré nuestra firme asociación con una Rusia democrática. Incorporaremos algunas de las nuevas democracias de Europa Central en la OTAN, para que en el futuro nunca pongan en duda su propia libertad.
Nuestras exportaciones han alcanzado cifras sin precedentes. En los próximos cuatro años tenemos que eliminar otras barreras que todavía se oponen a ellas, acercarnos a América Latina, Africa, a otros países de Asia, y asegurar a nuestros trabajadores y nuestros productos, los mejores del mundo, el disfrute de un comercio libre y en condiciones de igualdad.
En los últimos cuatro años, hemos congelado el programa de armas nucleares de Corea del Norte. Y estoy orgulloso de decir que esta noche no hay un solo proyectil nuclear ruso que esté apuntando a un niño estadounidense. Ahora tenemos que aplicar y ratificar sin demora medidas que reduzcan aun más los arsenales nucleares, prohíban los gases tóxicos y los ensayos nucleares para siempre.
Defensa
Hemos hecho inversiones, nuevas inversiones, en nuestro principal efectivo de defensa, nuestros magníficos hombres y mujeres en uniforme. Para el año 2000 también habremos incrementado los fondos dedicados a modernizar nuestros sistemas de armas en un 40 por ciento. Estos compromisos garantizarán que nuestras fuerzas militares sigan siendo la fuerza de combate mejor preparada, mejor equipada del mundo entero.
Estamos en el proceso de crear una prudente defensa nacional de misíles, pero no debemos, ni ahora, ni para el año 2000, despilfarrar 60.000 millones de dólares en un ineficaz programa de Guerra de las Galaxias, no demostrado, que puede quedar anticuado mañana.
Terrorismo
Estamos combatiendo al terrorismo en todos los frentes con una estrategia triple. Primero, tratamos de establecer una coalición mundial con una tolerancia cero por el terrorismo. Este mes he firmado una ley que prevé la imposición de duras sanciones a las empresas extranjeras que inviertan en sectores clave de las economías de Libia e Irán. Mientras Irán entrene, apoye y proteja a terroristas, mientras Libia se niegue a entregar a quienes hicieron explotar Pan AM 103, pagarán un precio impuesto por Estados Unidos.
Segundo, debemos dar a los encargados del cumplimiento de la ley los medios que necesitan para combatir a los terroristas. Necesitamos nuevas leyes para luchar contra el lavado de dinero y enjuiciar y castigar a quienes cometen actos de violencia contra ciudadanos estadounidenses en el extranjero; añadir marcadores químicos a la pólvora usada en las bombas para poder seguir la pista de quienes las fabrican; extender la misma autorización de que ahora disfruta la policía contra el crimen organizado a salvar vidas mediante la intervención de todos los teléfonos que usan los terroristas. Los terroristas constituyen una amenaza tan grande para nuestro futuro, tal vez mayor, que el crimen organizado.
Tercero, mejoraremos la seguridad de los aeropuertos y del transporte aéreo. He pedido al vicepresidente que establezca una comisión y me rinda un informe sobre los medios de lograr esto.
Pero, de momento, instalaremos el equipo de detección de bombas más refinado en todos los aeropuertos principales. Registraremos cada avión que vuele a o de Estados Unidos de cualquier otro país, cada vuelo, cada bodega, cada cabina, cada vez.
LA NEUTRALIZACION DE RIESGOS EN "UNA EDAD DE NUEVAS AMENAZAS"
En "una edad de nuevas amenazas", afirma el presidente Clinton, nuestra tarea tiene dos facetas: aprovechar "las oportunidades para que un mayor número de personas disfrute de la paz y la libertad" y "actuar con firmeza y rapidez contra los peligros que ha traído consigo el cambio". En su discurso ante la 51ra Asamblea General de las Naciones Unidas, el 24 de septiembre, Clinton pidió una campaña sin cuartel contra los terroristas y los traficantes de drogas y también instó a que se emprendiesen renovados esfuerzos para combatir la amenaza de las armas químicas y biológicas. A continuación, fragmentos de sus observaciones:
La tarea que tenemos por delante
Nos encontramos ahora en un punto decisivo de la historia, cuando los bloques y las barreras que durante largo tiempo habían definido el mundo están dando paso a una edad de sorprendentes posibilidades; un momento en que más países y un mayor número de nuestros hijos podrán vivir sus sueños que en cualquier otro momento anterior.
Pero ésta es también una edad de nuevas amenazas: amenazas de los terroristas, de estados desaprensivos que los apoyan; amenazas de los odios étnicos, religiosos, raciales y tribales; amenazas de los delincuentes internacionales y los traficantes de drogas, todos los cuales serán más peligrosos si obtienen acceso a armas de destrucción en masa.
La tarea que se nos presenta tiene dos facetas: aprovechar las oportunidades para que un mayor número de personas disfrute de la paz y la libertad, seguridad y prosperidad, y actuar con firmeza y rapidez contra los peligros que ha traído consigo el cambio. Esta semana, en este lugar, daremos un importante paso hacia adelante. Por abrumador consenso general, haremos un compromiso solemne para poner fin para siempre a todos los ensayos nucleares.
Antes de entrar en esta sala, he tenido el gran honor de ser el primer mandatario en firmar el Tratado sobre la prohibición completa de los ensayos. Lo he hecho con orgullo con esta pluma, pues esta pluma es la misma que usó el presidente Kennedy para ayudar a dar vida al Tratado de prohibición limitada hace 33 años.
Este Tratado sobre la prohibición completa de los ensayos contribuirá a impedir a las potencias nucleares diseñar o fabricar armas más modernas y más peligrosas. Limitará la capacidad de otros estados de adquirir esas armas. Nos pone en camino a un siglo en el que las funciones y los riesgos de las armas nucleares pueden reducirse aun más, y finalmente eliminarse.
Los objetivos del control de armamentos más allá del Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares
Estados Unidos tiene seis objetivos principales para mitigar la amenaza de las armas nucleares y la amenaza de las armas de destrucción en masa, y limitar su peligrosa propagación. Primero, tenemos que proteger a nuestros pueblos contra ataques químicos y hacer más difícil a los estados desaprensivos y a los terroristas esgrimir gases tóxicos mediante la entrada en vigor, tan pronto como sea posible, de la Convención sobre armas químicas.
Segundo, tenemos que reducir el riesgo de que un estado o una organización fuera de la ley pueda fabricar un dispositivo nuclear mediante la negociación de un tratado para congelar la producción de material físil apto para ser usado en armas nucleares. La Conferencia del desarme debería emprender esta tarea inmediatamente. Estados Unidos, Rusia, Francia y el Reino Unido ya han cesado la producción de material físil para armas. Insto a otros países a poner fin a la producción no sujeta a salvaguardias de estos materiales en espera de la conclusión del tratado.
Tercero, tenemos que continuar reduciendo los arsenales nucleares. Cuando Rusia ratifique el START II, el presidente Yeltsin y yo estamos preparados a examinar las posibilidades de nuevas reducciones, y limitar y vigilar las ojivas y los materiales nucleares. Esto contribuirá a hacer profundas reducciones irreversibles.
Cuarto, tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para impedir la propagación de las armas nucleares mediante el fortalecimiento del Tratado sobre la no proliferación. Debemos dar al Organismo Internacional de Energía Atómica una función más importante y mejores medios para realizar inspecciones en todo el mundo. Nuestros agentes del cumplimiento de la ley y de aduanas deben cooperar más intensamente en la lucha contra el contrabando nuclear. Yo insto a todos los países que aun no lo hayan hecho a firmar sin demora el Tratado sobre la no proliferación.
Quinto, tenemos que proteger mejor a nuestros pueblos contra quienes usan la enfermedad como arma de guerra al dotar a la Convención sobre las armas biológicas de los medios de reforzar su cumplimiento, incluidas las investigaciones in situ cuando creamos que se puedan haber utilizado dichas armas, o cuando se produzcan brotes sospechosos de enfermedades. Debemos tratar de concluir esta tarea para 1998.
Finalmente, tenemos que poner fin a la carnicería causada por las minas terrestres antipersonales, los asesinos ocultos que matan y mutilan más de 25.000 personas al año.
Objetivos regionales
En Bosnia, donde la guerra ha terminado, y sólo hace diez días su pueblo acudió a las urnas en paz, hemos dado un paso en el camino recto. Ahora tenemos que ayudar a Bosnia a crear un futuro unificado, democrático y pacífico. En Haití, donde los dictadores se han ido, la democracia ha retornado y el éxodo de refugiados ha terminado, hemos dado un paso en el camino correcto. Ahora tenemos que ayudar al pueblo de Haití a aprovechar plenamente los beneficios de la libertad y forjar un futuro más próspero.
En el Oriente Medio y en Irlanda del Norte se ha progresado hacia una paz duradera, y estamos dando un paso en el camino recto. Ahora tenemos que apoyar el continuo progreso entre Israel y los palestinos, y tenemos que ampliar el círculo de paz para incluir a más vecinos de Israel. Tenemos que ayudar a dar a los niños de Belfast una oportunidad de vivir vidas normales.
Aquí en las Américas, todos los países, salvo uno, han izado la bandera de la libertad. En Europa Central, en Rusia, Ucrania, en los demás Nuevos Estados Independientes, las fuerzas de la reforma se han hecho merecedoras de todo nuestro respeto y continuarán teniendo el apoyo de Estados Unidos. Ahora tenemos que comenzar a acoger a las nuevas democracias de Europa en la OTAN, reforzar la asociación de la OTAN con Rusia y construir una Europa segura e indivisa.
En Asia: Corea del Sur, Japón, China y América juntos persuadieron a Corea del Norte a congelar su programa nuclear bajo la vigilancia internacional. Ahora, a raíz de acciones provocadoras de Corea del Norte, tenemos que buscar una paz permanente para todo el pueblo coreano.
Nuestro planeta es más seguro gracias a nuestra labor común en cerrar Chernobyl, hacer frente a las amenazas del cambio climático, proteger los bosques y los océanos del mundo. Ahora tenemos que cumplir nuestro deber como custodios de nuestro medio ambiente para que nuestros hijos hereden un planeta aun más saludable.
Todos nosotros tenemos que continuar nuestra tarea histórica de construir un sistema de comercio mundial mejor para el siglo XXI. Hemos realizado un progreso considerable, pero todavía queda más por hacer para abrir mercados, para crear millones de nuevos empleos para todos nuestros pueblos.
En este momento de dificultades y cambio, las Naciones Unidas son más importantes que nunca, porque nuestro mundo es más interdependiente que nunca.
Permítanme tranquilizarlos a todos ustedes, la inmensa mayoría de los estadounidenses apoyan a las Naciones Unidas, no sólo porque es un organismo que refleja nuestros propios ideales, sino porque refuerza nuestros intereses. Tenemos que continuar trabajando para manifestar el apoyo que siente nuestro pueblo.
Agenda de la
política exterior de los Estados Unidos de
América
Publicaciones Electrónicas del
USIS, Vol. 1, No. 14, Octubre de 1996.