Informe de ONUSIDA/OMS: panorama mundial de la epidemia del SIDA

Actualizaci・ sobre la epidemia del SIDA

Diciembre 2001

Panorama mundial

Veinte a・s despu・ de la notificaci・ de la primera prueba cl・ica del s・drome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), esa enfermedad ha pasado a ser la m・ devastadora que jam・ haya afrontado la humanidad. Desde que comenz・la epidemia, m・ de 60 millones de personas se han infectado por el VIH, y el SIDA ha pasado a ser la principal causa de mortalidad en ・rica subsahariana. En todo el mundo, es la cuarta causa de mortalidad.

Se estima que al final de 2001 en todo el planeta hab・ 40 millones de personas viviendo con el VIH. En muchas partes del mundo en desarrollo, la mayor・ de las nuevas infecciones se producen en adultos j・enes, siendo particularmente vulnerables las mujeres j・enes. Cerca de una tercera parte de las personas que actualmente viven con el VIH/SIDA tienen entre 15 y 24 a・s de edad.

En su mayor parte no saben que son portadoras del virus. Muchos otros millones de personas no saben nada o saben muy poco acerca del VIH para protegerse a s・mismas contra ・.

Europa oriental y Asia central siguen con el crecimiento m・ r・ido

Europa oriental -particularmente la Federaci・ de Rusia- sigue teniendo la epidemia de crecimiento m・ r・ido en el mundo, con un aumento brusco en el n・ero de nuevas infecciones por el VIH. En 2001, en esa regi・ se estima que se produjeron 250 000 nuevas infecciones, de modo que el n・ero de personas que viven con el VIH alcanz・la cifra de un mill・. Habida cuenta de las elevadas proporciones de otras infecciones de transmisi・ sexual, y de las elevadas tasas de consumo de drogas intravenosas entre los j・enes, presumiblemente la epidemia aumentar・considerablemente.

Asia y el Pac・ico: se reducen las posibilidades

En Asia y el Pac・ico, se estima que en la actualidad hay 7,1 millones de personas viviendo con el VIH/SIDA. En 2001, la epidemia se cobr・435 000 vidas en la regi・. Las tasas nacionales de prevalencia aparentemente bajas que presentan muchos pa・es de la regi・ son peligrosamente enga・sas. Ocultan epidemias localizadas en diferentes zonas, incluidos algunos de los pa・es m・ poblados del mundo. Existe una grave amenaza de epidemias importantes y generalizadas. No obstante, como han mostrado Camboya y Tailandia, los programas de prevenci・ en gran escala establecidos prontamente pueden mantener a raya la epidemia. En Camboya, los esfuerzos concertados, impulsados por un liderazgo pol・ico y un compromiso p・lico firmes, redujeron la prevalencia del VIH entre las mujeres embarazadas en cerca de una tercera parte desde 1997, pasando a ser del 2,3% al final de 2000.

・rica subsahariana: aumenta la crisis

En 2001, el SIDA quit・la vida a 2,3 millones de africanos. Los 3,4 millones de nuevas infecciones por el VIH estimadas en ・rica subsahariana el a・ pasado significan que ahora hay 28,1 millones de africanos que viven con el virus. Sin el tratamiento y la asistencia adecuados, la mayor・ de ellos no sobrevivir・ m・ all・del pr・imo decenio. Recientes datos de dispensarios prenatales ponen de manifiesto que algunas partes de ・rica austral han alcanzado el nivel de Botswana, con tasas de prevalencia entre las mujeres embarazadas superiores al 30%. En ・rica occidental, por lo menos cinco pa・es sufren epidemias graves, con una prevalencia del VIH entre adultos de m・ del 5%. Sin embargo, la prevalencia del VIH entre adultos sigue reduci・dose en Uganda, mientras que en algunas partes del continente existen indicios de que la prevalencia entre los j・enes (particularmente las mujeres) est・descendiendo.

Oriente Medio y ・rica del Norte: una propagaci・ lenta pero acusada

En Oriente Medio y ・rica del Norte, el n・ero de personas que viven con el VIH alcanza la cifra ahora de 440 000. El progreso de la epidemia es m・ acusado en pa・es (como Djibouti, Somalia y el Sud・) que ya est・ viviendo emergencias complejas. Si bien la prevalencia del VIH sigue siendo baja en la mayor parte de los pa・es de la regi・, se est・detectando un creciente n・ero de infecciones por el VIH en diversos pa・es, como es el caso de la Rep・lica Isl・ica del Ir・, la Jamahiriya ・abe Libia y el Pakist・.

Pa・es de ingresos elevados: la amenaza de una epidemia resurgente

En los pa・es de ingresos elevados, donde en 2001 m・ de 75 000 personas contrajeron el VIH, pende tambi・ la amenaza de desarrollarse una epidemia m・ importante. En la actualidad el total de personas que viven con el VIH/SIDA en esos pa・es es de 1,5 millones. Los recientes progresos alcanzados en el tratamiento y la atenci・ en esos pa・es no se corresponden de forma congruente con suficientes progresos en el frente de la prevenci・. Han aparecido nuevos indicios del aumento de las tasas de infecci・ por el VIH en Am・ica del Norte, algunas partes de Europa y Australia. Las relaciones sexuales peligrosas, que se manifiestan en brotes epid・icos de infecciones de transmisi・ sexual, y el consumo generalizado de drogas intravenosas est・ propulsando esas epidemias, que al mismo tiempo se est・ desplazando m・ hacia las comunidades desfavorecidas.

Am・ica Latina y el Caribe: diversas epidemias

Se calcula que en Am・ica Latina y el Caribe, una regi・ que est・sufriendo diversas epidemias, hay 1,8 millones de adultos y ni・s que est・ viviendo con el VIH. Con una prevalencia promedio del VIH en adultos de cerca del 2%, el Caribe es la segunda regi・ m・ afectada en el mundo. Pero las tasas nacionales de prevalencia del VIH relativamente bajas en la mayor parte de los pa・es de Am・ica del Sur y Central ocultan el hecho de que la epidemia ya se ha instalado firmemente entre grupos de poblaci・ espec・icos. Esos pa・es pueden evitar epidemias de mayor envergadura intensificando sus respuestas inmediatamente.

Un mayor compromiso

Es necesario establecer iniciativas de prevenci・, tratamiento y atenci・ m・ amplias y m・ eficaces. Durante el a・ 2001, la determinaci・ para poner en juego esos esfuerzos pas・a ser m・ firme que nunca.

El periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA celebrado en junio de 2001 hizo historia con la adopci・ de un marco de trabajo para la gesti・ responsable nacional e internacional de la lucha contra la epidemia. Todos los gobiernos se comprometieron a perseguir una serie de m・tiples metas de referencia relativas a la prevenci・, asistencia, apoyo y tratamiento, as・como a la reducci・ del impacto y a los ni・s hu・fanos y en situaci・ vulnerable por causa del VIH/SIDA, como parte de una respuesta integral al SIDA. Entre esas metas figuran las siguientes:

• Reducir la infecci・ por el VIH entre los j・enes de 15 a 24 a・s de edad en los pa・es m・ afectados en un 25% para el a・ 2005 y, mundialmente, para 2010;

• Para 2005, reducir el n・ero de lactantes infectados por el VIH en un 20%, y para 2010 en un 50%;

• Para 2003, desarrollar estrategias nacionales para fortalecer los sistemas de atenci・ de salud y abordar los factores que afectan el suministro de medicamentos relacionados con el VIH, incluidas la accesibilidad financiera y la fijaci・ de precios de esos medicamentos. Adem・, realizar urgentemente los esfuerzos necesarios para asegurar las normas de calidad m・ altas posibles en el tratamiento del VIH/SIDA, incluida la terapia antirretrov・ica proporcionada en forma cuidadosa y vigilada para reducir el riesgo de desarrollo de farmacorresistencia;

• Para 2003, elaborar y para 2005, poner en pr・tica estrategias nacionales para proporcionar un entorno de apoyo a los ni・s hu・fanos y a las ni・s y ni・s infectados y afectados por el VIH/SIDA;

• Para 2003, establecer estrategias que comiencen a abordar los factores que hacen particularmente vulnerables a la infecci・ por el VIH a las personas, entre ellos el subdesarrollo, la falta de seguridad econ・ica, la pobreza, la falta de potenciaci・ del papel de la mujer, la falta de educaci・, la exclusi・ social, el analfabetismo, la discriminaci・, la falta de informaci・ y/o de productos b・icos para protegerse, y todo tipo de explotaci・ sexual de la mujer, las ni・s y los ni・s.

• Para 2003, desarrollar estrategias multisectoriales para abordar el impacto de la epidemia de VIH/SIDA en los planos individual, familiar, comunitario y nacional.

De forma creciente, otras partes interesadas, entre las que figuran organizaciones no gubernamentales y empresas privadas de todo el mundo, est・ haciendo patente su determinaci・ para dar un fuerte impulso a esos esfuerzos.

Se est・ preparando nuevos recursos para cubrir los gastos a los niveles necesarios, que el ONUSIDA estima en US$ 7-10 mil millones anuales en los pa・es de ingresos bajos y medianos. El fondo mundial propuesto por Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, ha atra・o cerca de US$ 1,5 mil millones en promesas de contribuciones. Adem・, el Banco Mundial est・planeando nuevos importantes pr・tamos en 2002 y 2003 para el VIH/SIDA, con una equivalencia en subsidios de m・ de US$ 400 millones anuales. Mientras tanto, crece el n・ero de pa・es que est・ dando un mayor impulso a sus asignaciones presupuestarias nacionales para la respuesta al SIDA. Algunos "pa・es menos desarrollados" han recibido o est・ a la espera de recibir una reducci・ de su deuda que podr・ ayudarlos a aumentar su desembolso para el VIH/SIDA.

Un mayor n・ero de empresas privadas tambi・ est・intensificando sus esfuerzos. Orientar apropiadamente algunas de sus intervenciones es un nuevo c・igo internacional de conducta sobre el SIDA y el lugar de trabajo, ratificado este mismo a・ por los Estados Miembros de la Organizaci・ Internacional del Trabajo (OIT). (Hay que se・lar aqu・que la OIT ha pasado a ser recientemente la octava organizaci・ copatrocinadora del ONUSIDA.)

El desaf・ ahora es consolidar el compromiso de nueva fundaci・ y convertirlo en una acci・ sostenida, tanto en los pa・es y regiones que est・ ya muy afectados como en los que la epidemia empez・m・ tarde pero est・cobrando fuerza.

El peligro del exceso de confianza

La diversidad que presenta la propagaci・ del VIH en el mundo es impresionante. Pero en muchas regiones del mundo, la epidemia de VIH/SIDA est・a・ en sus primeras fases. Si bien a finales de 1999 en ・rica subsahariana hubo 16 pa・es que notificaron una prevalencia general del VIH en adultos de m・ del 10%, en otros 119 pa・es del mundo esa tasa a・ no alcanzaba el 1%.

No obstante, las tasas nacionales de prevalencia bajas pueden ser muy enga・sas. A menudo ocultan graves epidemias que inicialmente se concentran en algunas localidades o en grupos de poblaci・ espec・icos y que amenazan con propagarse a la poblaci・ general.

En Myanmar, por ejemplo, la prevalencia nacional se ha situado en el 2%. Sin embargo, se han registrado tasas nacionales del VIH de por lo menos el 60% entre los consumidores de drogas intravenosas y de casi el 40% entre los profesionales del sexo. Adem・, en pa・es grandes y muy poblados, como es el caso de China, la India e Indonesia (donde una sola provincia o estado a menudo tienen m・ habitantes que la mayor parte de los pa・es del mundo), la prevalencia nacional no se ajusta a la realidad. Los estados indios de Maharashtra, Andhra Pradesh y Tamil Nadu (cada uno de ellos con por lo menos 55 millones de habitantes) han registrado tasas de prevalencia del VIH de m・ del 2% entre las mujeres embarazadas en uno o dos centros centinela y de m・ del 10% entre los pacientes con infecciones de transmisi・ sexual: unas tasas mucho m・ elevadas que el promedio nacional, que no alcanza el 1%. En los lugares donde no se realizan esfuerzos de prevenci・ vigorosos hay un margen considerable para la propagaci・ m・ amplia del VIH. Incluso en la regi・ de Asia y el Pac・ico, que alberga aproximadamente al 60% de la poblaci・ mundial, donde las tasas de prevalencia no alcanzan el 1% o el 2%, la falta de esos esfuerzos podr・ hacer que el n・ero de personas que viven con el VIH/SIDA aumente bruscamente.

En alg・ momento de la historia de sus epidemias, todos los pa・es han tenido una prevalencia baja. La prevalencia del VIH entre las mujeres embarazadas que en 1990 acudieron a dispensarios prenatales en Sud・rica era inferior al 1% (casi un decenio despu・ del diagn・tico del primer caso de infecci・ por el VIH en ese pa・ en 1982). No obstante, un decenio m・ tarde, el pa・ est・experimentando una de las epidemias con crecimiento m・ r・ido en el mundo, con una prevalencia entre las mujeres embarazadas del 24,5% a finales de 2000.

Los lugares con una prevalencia baja presentan dificultades especiales. Al mismo tiempo, ofrecen oportunidades para prevenir cifras importantes de infecciones futuras. Actualmente estamos presenciando epidemias que emergen r・idamente en pa・es que anteriormente presentaban tasas de infecci・ por el VIH relativamente bajas, una prueba de que la epidemia puede surgir veloz e inesperadamente, y de que no hay ninguna sociedad inmune. En Indonesia, donde hasta hace muy poco las tasas de infecci・ registradas eran insignificantes (incluso entre algunos grupos de alto riesgo), hay nuevos indicios de aumentos impresionantes en las tasas de infecci・ por el VIH. La prevalencia ha aumentado de forma significativa entre las mujeres profesionales del sexo en tres ciudades situadas en extremos opuestos del archipi・ago indonesio, con aumentos similares tambi・ evidentes en otros lugares. En 2000, la prevalencia del VIH entre las mujeres que trabajaban en salones de masajes en la capital, Yakarta, era del 18%. La prevalencia actual del VIH entre los donantes de sangre se ha multiplicado por diez desde 1998 (v・se la figura 1). En todas partes, las epidemias m・ arraigadas podr・n hallarse al borde de propagarse m・ r・idamente y con mayor amplitud. Nepal y Viet Nam, por ejemplo, han registrado acusados aumentos de la infecci・ por el VIH en a・s recientes, mientras que en China -que alberga a una quinta parte de la poblaci・ mundial- el virus parece desplazarse hacia nuevos grupos de poblaci・.

Tambi・ en otras zonas del planeta se est・agotando r・idamente el tiempo si se quieren evitar epidemias de SIDA mucho mayores. En la Federaci・ de Rusia, por ejemplo, en 1991 solamente se diagnosticaron 523 infecciones por el VIH. Un decenio m・ tarde, esa cifra hab・ subido a m・ de 129 000 casos. En un pa・ donde el consumo de drogas intravenosas entre los j・enes es corriente (y en el cual hay elevados niveles de infecciones de transmisi・ sexual en la poblaci・ en general), existe la necesidad urgente de actuar para evitar un n・ero mayor a・ de nuevas infecciones.

Prevenci・ inmediata y orientada

Los pa・es que a・ presentan bajos niveles de infecci・ por el VIH deber・n prevenir la propagaci・ potencial de la epidemia en lugar de contentarse con las tasas de infecci・ actuales. La clave del ・ito en los lugares con baja prevalencia donde el VIH no es todav・ un riesgo para la poblaci・ general es hacer posible que los grupos m・ vulnerables adopten comportamientos sexuales y de inyecci・ de drogas m・ seguros, interrumpir la propagaci・ del virus dentro de esos grupos y entre ellos, y ganar tiempo para reforzar la capacidad de la poblaci・ en general de protegerse a s・misma contra el virus.

Esto significa, en primer lugar, determinar qu・grupos de poblaci・ corren mayor riesgo de infectarse y, en segundo lugar, reunir la voluntad pol・ica para protegerlos contra la epidemia. Al mismo tiempo, es vital hacer desaparecer el estigma y la culpa que tan a menudo acompa・n a los grupos vulnerables y aumentar el conocimiento y la comprensi・ de la epidemia por parte del p・lico general.

Los j・enes son una prioridad en este frente. Tras 20 a・s de epidemia, millones de j・enes saben muy poco, si acaso saben algo, acerca del VIH/SIDA. De acuerdo con el UNICEF, m・ del 50% de los j・enes (entre 15 y 24 a・s de edad) en m・ de una docena de pa・es, entre los que se incluyen Bolivia, Botswana, C・e d'Ivoire, Rep・lica Dominicana, Ucrania, Uzbekist・ y Viet Nam, no han o・o nunca hablar del SIDA o tienen graves ideas err・eas sobre c・o se transmite el VIH. Proporcionar a la gente joven informaci・ correcta y aptitudes para la vida es un requisito previo para el ・ito de cualquier respuesta al SIDA.