Entrevista con el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID).
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El doctor Anthony Fauci, uno de los principales investigadores del SIDA en Estados Unidos, dice que la investigación básica provee nuevas herramientas para proteger al hombre del ataque de las enfermedades infecciosas. Al mismo tiempo, los adelantos en biología molecular estimulan el desarrollo de una nueva generación de vacunas para prevenir y, posiblemente, erradicar una legión de enfermedades mortales, que van desde la tuberculosis hasta el SIDA. El editor gerente Jim Fuller entrevistó al doctor Fauci.
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Pregunta: Los brotes de enfermedades infecciosas están en auge. ¿Querría usted discutir algunas de estas enfermedades y el por qué de que sean causa de preocupación?
Fauci: Si simplemente se observan, en todo el mundo, las infecciones que han causado mayor devastación, la tuberculosis es con certeza una de ellas. Aunque en Estados Unidos la tuberculosis es tratable, todavía causa alrededor de tres millones de muertes anuales. La gente tiende a no pensar en la tuberculosis como algo necesariamente tan importante. Pero es el principal asesino infeccioso de los adultos en el mundo de hoy.
El paludismo ha sido, durante décadas, sino durante siglos, uno de los principales asesinos, y todavía lo es, ya que mata de uno a dos millones de personas al año. Las víctimas son en su mayoría bebés de los países en desarrollo, particularmente bebés africanos.
Después, si se considera acumulativamente todas las enfermedades tropicales que son parasitarias, enfermedades de tipo helmíntico -- la esquistosomiasis, la filariasis, etc. --, si las pone todas juntas, se tiene una importante carga de enfermedades que tiene en los países en desarrollo un impacto enorme física, social y económicamente.
Y luego hay otras infecciones que son asesinos muy importantes. Por ejemplo, la neumonía pneumocóccica en ciertos países africanos es todavía una fuente muy importante de infección. Hay cada año un agobio constante de influenza que generalmente pasa inadvertida y entonces, cada tantos años, la curva de las muertes excesivas vinculadas a la influencia sube bruscamente para volver a bajar.
Y, lo que no es menos importante aunque lo citemos en último lugar, tenemos el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el SIDA. Para el año 2000 por lo menos 30 o 40 millones de personas, si no más, estarán infectadas, y eso significa todavía una epidemia importante que sigue fuera de control.
Tenemos también que preocuparnos por el surgir y resurgir constantes de organismos resistentes a los antibióticos y substancias antimicrobianas. El hecho es que los microbios que tradicionalmente deberíamos tener bien controlados, de repente aparecen en cepas bastante resistentes. Y eso es válido para todo, desde la tuberculosis hasta las infecciones estafilocóccicas y estreptocóccicas. De modo que hay todavía una cantidad significativa de infecciones responsables de una carga realmente inaceptable de enfermedades en todo el mundo.
Pregunta: ¿Cuán significativa es la amenaza del virus de Ebola que apareció en Zaire el año pasado, y más recientemente en Gabón?
Fauci: El virus de Ebola es atemorizador y no se puede mirarlo con despreocupación. Pero lo que tiene ese virus que impediría que se convierta en una epidemia arrolladora es lo mismo que le impidió llegar a ser una epidemia arrolladora en Zaire, y consiste en que virtualmente lo transmiten pesonas que presentan síntomas muy claros.
De modo que el hecho de que se puede poner en cuarentena a los enfermos y mantenerlos fuera de contacto con otros es una manera muy efectiva de frenar la epidemia. Es lo contrario de lo que ocurre con otras enfermedades como la influenza, con la cual uno puede sentirse bien y toser -- tan sólo aclararse la garganta -- cerca de otro y transmitirle la influenza. O una enfermedad de transmisión sexual como el VIH que puede hacer que alguien sea infeccioso durante 10 o 15 años y pueda, razonablemente, infectar a otros durante ese largo periodo.
En el caso del Ebola, el intervalo en que una persona infectada es capaz de transmitirlo está muy bien definido, de modo que es improbable que vaya a presentarse una epidemia arrolladora que involucre a centenares de miles de personas. No es imposible, pero es improbable.
Pregunta: ¿Qué papel desempeña la investigación básica en la batalla contra las enfermedades infecciosas?
Fauci: Hay varias maneras de prepararse para afrontar la amenaza de los microbios que surgen y vuelven a surgir. Una de ellas resulta más apropiada para los Centros de Control de Enfermedades (CDC), en tanto que la otra corresponde mejor a los Institutos Nacionales de la Salud (NIH). Ambos se complementan muy bien recíprocamente.
Por ejemplo, todo el problema de observar una enfermedad y poder detectar la aparición de una epidemia en sus etapas tempranas cae dentro de la categoría amplia de la vigilancia y la epidemiología, cosa que los CDC hacen muy bien. Pero lo que hacen los NIH es mantener la matriz de investigación básica -- el basamento de biología molecular, microbiología, vaccinología -- y otros tipos de investigación al nivel de refinamiento más alto, de modo que cuando aparece un microbio, podamos caerle encima.
Un ejemplo clásico de eso fue la investigación básica que intervino con los virus de tumores a principios de la década de los 70, cuando los investigadores descubrieron las enzimas de transcriptasa revertida, y Robert Gallo descubrió el HTLV-1 como la causa del linfoma humano de las células T, Tipo 1. Eso, por sí mismo, suministró las herramientas necesarias para poder reconocer el VIH como una enfermedad nueva. Eso se debe a que si no se hubiera dispuesto de la prueba de la transcriptasa revertida, nunca se habría podido identificar este nuevo virus, que se caracteriza por la enzima de transcriptasa revertida -- la enzima que usa el VIH usa cuando infecta una célula.
Si no hubiéramos respaldado a principios y mediados de la década de los 70 la investigación biomédica básica en microbiología y virología, aun cuando no sabíamos que nos estábamos preparando para la epidemia del SIDA, no estaríamos tan adelantados, como lo estamos ahora mismo, en el desarrollo de las pruebas de diagnóstico y de varios fármacos y en nuestro camino hacia una vacuna.
De modo que en lo que se refiere a lo que podemos hacer ahora, en 1996, para prepararnos para la gran epidemia que puede ocurrir en el año 2010 es más una cuestión de lo que haremos para asegurarnos de que nuestra investigación básica en microbiología, inmunología, antimicrobianos y vaccinología se encuentra a su nivel más alto.
Pregunta: ¿Cómo se desenvuelve nuestra colaboración con investigadores de otras partes del mundo para atender estas amenazas a la salud?
Fauci: Hay toda una amplia gama de cooperación y colaboración. Por ejemplo, hay investigadores extranjeros que se adiestran en Estados Unidos y luego regresan a sus propios países. El NIAID financia también en Estados Unidos unidades dedicadas a las enfermedades tropicales que trabajan en problemas correspondientes a los países en desarrollo. Y tenemos en los países extranjeros unidades que colaboran con investigadores extranjeros.
Por ejemplo, colaboramos muy estrechamente con Uganda, Haití y Brasil. Apoyamos la investigación básica fundamental que se hace justo en el borde del bosque pluvial en Brasil, justo en medio de la jungla en Uganda, y justo en el centro de las ciudades haitianas. También hacemos investigación en Tailanda y Sudáfrica y otras naciones. De modo que el esfuerzo de investigación se integra en alto grado con los países extranjeros.
Pregunta: ¿Se desarrollan nuevas generaciones de vacunas para prevenir y, posiblemente, erradicar algunas de estas enfermedades?
Fauci: Sí. Un ejemplo típico de la vacuna de nueva generación es lo que ocurrió en los pasados dos años con el desarrollo de una vacuna acelular contra la tos ferina, que es mucho menos tóxica que la que hemos usado con éxito durante varias décadas. La tos ferina o tos convulsa es una enfermedad extremadamente contagiosa que causa cada año en todo el mundo alrededor de 350.000 muertes.
Debido a la preocupación por la toxicidad de la vacuna contra la tos ferina -- se trata más bien de una preocupación que de algo real -- varios países, entre ellos Italia, Suecia y otros, han hecho más laxas las exigencias de la vacunación contra la tos ferina. Esto ha llevado a una reaparición de nuevas epidemias de tos ferina en esos países.
En colaboración con algunos gobiernos extranjeros y compañías farmacéuticas, desempeñamos una importante función en el desarrollo y ensayo de la nueva vacuna acelular contra la tos ferina, que no contiene los componentes tóxicos de la bacteria que causa la enfermedad. En los ensayos, la vacuna ha demostrado no sólo ser más segura sino también más efectiva que las anteriores vacunas contra la tos ferina. Estos resultados señalan un progreso hacia la meta final de desarrollar vacunas de combinación acelulares que puedan proteger a los niños de numerosas enfermedades con un mínimo de inoculaciones y efectos secundarios.
Hay también una nueva técnica, llamada inmunización ADN, en la que se toma el ADN de un microbio patógeno y se lo inyecta en el músculo de un individuo, el fibroblasto. Las proteínas del microbio se manifiestan entonces y son reconocidas de una manera que induce una respuesta de inmunidad mucho más robusta y duradera.
Estas vacunas serían aplicables a todas las enfermedades -- las mismas que ahora mismo podemos prevenir, al igual que las nuevas. Me imagino que en los próximos 10 a 20 años todas nuevas vacunas serán reemplazadas por la nueva generación de vacunas ADN. Es muy probable.
Pregunta: ¿Qué puede decirnos de las plantas transgenética que pueden llevar al desarrollo de vacunas "comestibles"? En estudios preliminares, se ha usado tales plantas para inmunizar ratones contra la hepatitis B y la toxina E. coli.
Fauci: Podemos ahora, mediante la ingeniería genética, crear plantas que expresen proteínas que son agentes inmunizantes para una enfermedad particular. Por ejemplo, se puede colocar el gen de un microbio en particular -- hepatitis, tos ferina, poliomielitis -- en una planta y hacer que esas cosas crezcan en cantidades ilimitadas. Si demuestran ser innocuas y efectivas, tales plantas podrían permitirnos preparar una vacuna muy buena a un costo prácticamente nulo, nos ayudarían a poner estas vacunas a disposición de los países en desarrollo.
Eso es simplemente otro ejemplo del poder extraordinaria de la biología molecular. Ahora podemos manipular genéticamente células, animales y plantas de modo de poder codificarlas para preparar todo un conjunto de proteínas que se usan como vacunas.
Pregunta: ¿Cuáles, según usted, son las buenas y malas noticias acerca del SIDA? ¿Estamos ya cerca del final de esta epidemia mortal?
Fauci: Se trata de una cuestión complicada. Si uno se refiere a la aceleración de casos nuevos, entonces en los países occidentales desarrollados, como Estados Unidos, Canadá y los de Europa Occidental, la curva se ha vuelto horizontal en cifras totales. Aun cuando el nivel a que se mantiene la curva sea inaceptable, no es tan acelerado como lo era hace apenas unos pocos años.
Pero en regiones como el Africa al sur del Sahara y Asia, en particular la India y Tailandia, todavía se acelera. Y particularmente en Asia va a acelerarse todavía más. Esa es la mala noticia.
También es una mala noticia que podamos empezar a volvernos un poco despreocupados y que no apreciemos que la demografía de la epidemia -- particularmente en Estados Unidos -- cambia un poco. Se va convirtiendo cada vez más en una enfermedad que afecta a mujeres heterosexuales y a los hijos de madres infectadas.
Pregunta: ¿Qué puede usted decirnos acerca de los informes de resultados positivos cuando se usan combinaciones de drogas para tratar el SIDA? Algunos investigadores han despertado la tentadora esperanza de que la terapia de combinación puede eliminar el VIH en los pacientes.
Fauci: Ha habido avances extraordinarios en los últimos años, no sólo en nuestr acomporensión de lo que llamamos la patogénesis de la enfermedad del VIH -- o sea cómo el virus destruye el sistema inmunitario -- sino también en el desarrollo de una serie de fármacos que ahora se usan en combinaciones, particularmente combinaciones que incluyen inhibidores de proteasa. Estas terapias de combinación tienen un efecto profundo en el nivel de virus dentro del organismo, hasta el punto de que ahora tenemos un control mucho más potente de la réplica del virus. Y eso comienza a mostrar un impacto significativo en los resultados clínicos.
Lo que no sabemos es cuán buena va a ser la noticia. Sabemos que lo que tenemos ahora en materia de terapia a base de fármacos es mejor que lo que teníamos antes. No estamos seguros de si esto va a traducirse en algo que verdaderamente pondrá la enfermedad bajo control, hará que pueda ser tratada como una enfermedad crónica manejable, o si vamos a tropezar con uno de los eternos problemas que surgen con los microbios: la toxicidad acumulativa de los fármacos o la aparición de resistencia microbiana.
Pregunta: ¿Hay algo bueno que anunciar en relación con la situación del SIDA en los países en desarrollo?
Fauci: Por cierto que sí. Los países en desarrollo muestran ya que la educación y la modificación del comportamiento tienen un efecto. Hay un par de ejemplos clásicos de esto. Uno de ellos ocurre en Tailandia. En una época, la tasa de infección entre los reclutas militares, particularmente en el norte de Tailandia, era un desastre, del 15 al 18 por ciento estaba infectado. El gobierno, junto con organizaciones no gubernamentales y las fuerzas armadas, comenzó una campaña de educación intensiva en relación con las prostitutas y el uso de preservativos. En los dos últimos años han reducido esa tasa de infección de dos dígitos a apenas un pequeño porcentaje de los nuevos reclutas militares.
Empezamos a comprobar también que la modificación del comportamiento en algunos segumentos de la población del Africa al sur del Sahara va teniendo efecto. De modo que, evidentemente, la educación y la prevención son importantes.
Sin embargo, cuando se observa el cuadro mundial, particularmente los países en desarrollo, se ve que es necesaria una vacuna que ponga la enfermedad bajo la clase de controles que tenemos ahora para la viruela y la polio.
Pregunta: ¿Está próximo el desarrollo de una vacuna contra el SIDA?
Fauci: Por cierto que logramos buenos progresos científicos en el desarrollo de una vacuna, pero me resultaría difícil decir que eso está cerca.
Logramos progresar paso a paso en la obtención de mejores candidatos a llegar a ser vacunas. En los últimos años, la acumulación de datos sobre vacunas de segunda generación indican un espectro amplio de respuestas, lo que sugiere que, en último término, serán más efectivas que las anteriores.
Pregunta: ¿Puede temerse que enfermedades como el SIDA ocurran en el futuro con mayor frecuencia?
Fauci: Yo no diría necesariamente "con mayor frecuencia". El surgimiento de la epidemia del SIDA no es algo diferente de lo que ha ocurrido durante toda la historia de la humanidad. Uno recuerda la extraordinaria epidemia de gripe de 1918, que fue aun más devastadora que el VIH y, antes que eso, la viruela y, antes que la viruela, la peste, y la tuberculosis y el cólera.
Aparecerán nuevas enfermedades. Aun si no ocurre nada peor, vamos a ver otra epidemia de SIDA causada por un microbio diferente, y quizás un tipo de enfermedad totalmente diferente. Estoy seguro de que va a aparecer en algún momento.
El doctor Richard Crause, ex director del NIAID, describe en su libro "The Restless Tide" (La Marea Incesante) cómo el hombre vive en un mar microbiano de bacterias, virus y parásitos. Algunos de estos microbios causan enfermedad que están en constante evolución, yendo hacia adelante y hacia atrás, a lo largo de décadas y siglos. De manera tal que en la historia de la humanidad hay una batalla consatantae entre la especie humana y los microbios.
Cuestiones
Mundiales
Publicaciones Electrónicas del USIS,
Vol. 1,
No. 17, Noviembre de 1996.