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La educación para la sustentabilidad es el refinamiento continuo del conocimiento y las destrezas que resulten en una ciudadanía informada comprometida a tomar medidas individuales y colectivas para lograr una sociedad ecológicamente sana, económicamente próspera y equitativa -- para las generaciones actuales y las generaciones futuras. Los principios fundamentales de la educación para la sustentabilidad incluyen, sin limitarse a, cursos esenciales completos, entendimiento de la relación entre las disciplinas, pensamiento sistemático, aprendizaje continuo de toda la vida, aprendizaje por experiencia práctica, aprendizaje con base en la comunidad, la tecnología, las asociaciones, la participación familiar y la responsabilidad personal.
En una democracia, el acceso a la información resulta crucial pero esa información es útil únicamente cuando los ciudadanos pueden incluirla dentro de un marco de conocimientos y utilzarla para resolver problemas, crear sistemas de valores y tomar decisiones. Es ahí cuando la educación resulta útil. La educación para la sustentabilidad puede darle a la gente las herramientas, habilidades y experiencia necesarias para comprender, procesar y utilizar la información sobre el desarrollo sostenible. Le ayudará a tomar decisiones individuales y colectivas que beneficien y promuevan el desarrollo de las comunidades sostenibles. Y proporcionará el medio para crear una fuerza laboral con mayores conocimientos prácticos y mayor capacidad para competir mundialmente y desarrollar una ciudadanía más informada, activa y responsable. Estos objetivos dejan bien sentado por qué la educación para la sustentabilidad es parte integral de la estrategia de largo plazo que el Consejo tiene para reconstruir las comunidades y el país para el siglo XXI.
¿Cómo se puede lograr la educación para la sustentabilidad?
La educación para la sustentabilidad debe involucrar a todos. Debe fluir de la escuela a la comunidad y de ésta a la primera. Los educadores de todos los niveles deben llegar más allá de las muros de la escuela, como muchos programas exitosos lo hacen ya, para lograr la participación de los padres, las industrias, las comunidades y el gobierno en el proceso educativo. Los colegios universitarios y universidades deben trabajar en conjunto con las escuelas y las comunidades - para brindar información, identificar temas de investigación y ofrecer servicios directos para ayudar a resolver los problemas de la comunidad. Por su parte, las comunidades deben tomar un mayor interés en educar a sus ciudadanos sobre la sustentabilidad, al reconocer que las generaciones actuales y futuras necesitarán estar versadas en este tema si han de lograr un futuro sostenible.
La educación para la sustentabilidad debe ser un proceso continuo de aplicación amplia. Florece en todo tipo de aula, al exponer al alumno a los problemas locales, estatales, nacionales e internacionales mediante un aprendizaje práctico y por experiencia en ambientes educativos no tradicionales - como vadear en la corriente para efectuar análisis de la calidad del agua, ofrecerse de voluntario en la comunidad, o participar en programas de la escuela al trabajo. Puesto que la sustentabilidad lo abarca todo, su aprendizaje no puede ni debe limitarse a los ambientes formales como las escuelas, universidades e instituciones de capacitación. Los ambientes educativos informales como los museos, zoológicos, programas de educación popular, bibliotecas, parques y medios de comunicación, proporcionan oportunidades importantes para complementar y aumentar la enseñanza en el aula. Esto significa que los encargados de la educación formal y no formal deben trabajar en conjunto para producir una ciudadanía educada.
La educación para la sustentabilidad significa conexiones. No se guía por teorías académicas de una sola disciplina sino que acentúa las conexiones entre todas las áreas de estudio, así como las relaciones geográficas y culturales. En lugar de debilitar el rigor de las disciplinas individuales, la educación para la sustentabilidad ofrece la oportunidad de fortalecerlas, al demostrar sus interrelaciones vitales. Por ejemplo, Darmouth College requiere que sus estudiantes tomen un curso de liderazgo internacional en el que se acentúan los componentes comerciales y ambientales. La Escuela Kellog de la Universidad Northwestern auspicia un curso electivo que incluye un viaje durante las vacaciones de primavera a lugares como Costa Rica para investigar iniciativas como la industria del ecoturismo y la producción del papel de meidante residuos del procesamiento del banano. La Escuela de Administración Crouse de la Universidad de Syracuse tiene un curso obligatorio que se centra en temas que los estudiantes de comercio deben saber sobre el medio ambiente; ofrece también cursos sobre derecho de desarrollo agrario y derecho ambiental, como parte del programa de estudios de la escuela de comercio. Los alumnos deben esforzarse por lograr niveles altos dentro de las disciplinas esenciales, aun cuando desarrollan sus conocimientos sobre las conexiones entre esas disciplinas. Además, la educación para la sustentabilidad implica la consideración de perspectivas diversas, incluso las de grupos étnicos, empresas, ciudadanos, trabajadores, agencias gubernamentales y otros países.
La educación para la sustentabilidad es práctica. A la vez que explora muchas disciplinas, ayuda a los estudiantes a aplicar en sus vida diaria lo que han aprendido. Engendra un sentido de eficacia. Una parte de la educación para la sustentabilidad es aprender conocimientos de ciudadanía y comprender que los ciudadanos tienen el poder de moldear sus vidas y sus comunidades en vista de su visión de un futuro próspero y saludable.
La educación para la sustentabilidad es para toda la vida. Deben realizarse esfuerzos continuos para instituir programas sobre sustentabilidad en ambientes educativos formales, incluso el lugar de trabajo, centros comunitarios y por los medios de comunicación. Una ciudadanía que conozca los beneficios de vivir de manera sostenible tendrá la capacidad de crear y mantener un cambio perdurable. Los beneficios para el individuo incluyen la comprensión y la capacidad de participar en los cambios económicos que afectarán su vida. Por ejemplo, muchas comunidades han utilizado procesos de planificación que involucran a los ciudadanos en la definición de un plan deseado para el futuro de su comunidad. Al utilizar este plan, los ciudadanos se esfuerzan en lograr un futuro sostenible para sí mismos y para sus hijos.
Un público educado es uno de los recursos más poderosos de Estados Unidos para abordar los problemas creados por las crecientes demandas ambientales, económicas y sociales. Nuestras recomendaciones de políticas se refieren tanto a los ambientes educativos formales como a los no formales y reconocen la naturaleza perdurable de una educación efectiva. Estas recomendaciones se refieren también a una gama de cuestiones relacionadas tanto a la educación formal como a la no formal - como la tecnología, las asociaciones, la equidad y los problemas internacionales. Juntas, estas recomendaciones forman una estrategia completa que promete ayudar a dirigir a la nación hacia un futuro más sostenible.