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Funcionarios de Estados Unidos, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) entrevistados por USIS afirmaron que este plan --propuesto en junio en la Cumbre de Lyon, Francia, del Grupo de los siete países industriales principales (G-7), tras muchos meses de estudio-- es el primero que trata de manera completa la carga de la deuda de los países más pobres. Su éxito, según ellos, dependerá de la labor conjunta de los acreedores bilaterales y las instituciones multilaterales para prestar niveles de asistencia en condiciones muy favorables superiores a los que se habían concedido en el pasado.
"Sin una labor integral para reducir la deuda a niveles sostenibles, los problemas de la deuda de los países más pobres seguirán monopolizando los recursos tanto monetarios como humanos, socavando la iniciativa y desalentando a los inversionistas", manifestó el secretario adjunto de Hacienda de Estados Unidos, Lawrence Summers, en un discurso pronunciado recientemente.
Según el FMI, la deuda externa a mediano y largo plazo de 41 países en desarrollo muy endeudados pasó de 77.000 millones de dólares en 1984 a 200.000 millones de dólares en 1994, último año para el que se dispone de datos. Más de la mitad de esta cifra corresponde a deuda bilateral a otros gobiernos, casi la tercera parte se adeuda a instituciones financieras internacionales, y el 15 por ciento restante a acreedores privados.
Los funcionarios del FMI afirman que una razón principal del aumento vertiginoso de la deuda externa de los países más pobres fue el descenso considerable de los precios de sus productos de exportación en relación con el costo de las importaciones a mediados de los años ochenta, lo que provocó un aumento de los empréstitos externos. Los ingresos por las exportaciones se han recuperado, pero las cargas promedio de la deuda siguen siendo muy elevadas. Pese a que tres cuartas partes de la deuda son de carácter concesionario, en 1994 el servicio de la deuda fue superior al ingreso público anual en 13 países gravemente endeudados.
Un Plan de Tres Partes
Los arquitectos del plan de alivio de la deuda, que constará de tres partes bien diferenciadas, esperan que se llegue a un acuerdo final a tiempo para la reunión anual del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que se celebrará en Washington a fines de septiembre. El plan todavía no tiene un nombre oficial.
Los funcionarios calculan que sólo ocho de los 20 países más pobres sumamente endeudados, principalmente en Africa, serán elegibles con arreglo al plan.
Entre los países elegibles están Bolivia, Burundi, Camerún, Congo, Costa del Marfil, Etiopía, Guinea-Bissau, Guyana, Madagascar, Mozambique, Nicaragua, Niger, Rwanda, Santo Tomé y Príncipe, Sudán, Tanzania, Uganda, Zaire, y Zambia. El total de su deuda asciende a cerca de 97.000 millones de dólares.
Representantes de los países acreedores principales se reunirán a medidos de septiembre para ultimar los detalles de la primera parte de la nueva estrategia de la deuda.
Esta parte de la iniciativa se ocupará del alivio de la deuda oficial bilateral mediante el llamado "Club de París", grupo no oficial de gobiernos acreedores fundado hace 40 años que se reúne para llegar a posiciones comunes sobre el alivio de la deuda de países individuales.
Para el nuevo plan, el Club de París tratará de llegar a un acuerdo más allá de los actuales "términos de Nápoles" para el alivio de la deuda de esos países pobres sumamente endeudados que necesitan incluso más alivio.
Los términos de Nápoles, establecidos en la cumbre de 1995 de los G-7 en Nápoles, Italia, permiten la reducción de hasta el 67 por ciento de la deuda oficial de los países elegibles en términos de valor actual neto. Incluso la deuda previamente reprogramada en términos muy favorables podría calificar para una nueva reprogramación con arreglo a los términos de Nápoles. Los acreedores tienen varias opciones para lograr la reducción del 67 por ciento: Reducir el nivel del saldo de la deuda; reducir la carga del servicio de la deuda mediante la rebaja de la tasa de interés sobre el préstamo; o ampliar el plazo de pago.
Un funcionario explicó que el funcionamiento de este sistema se basa en la reprogramación de la deuda de cada país a lo largo de un período de tres años. Cada año se actúa con arreglo a una de las tres opciones. Al final de los tres años, el Club de París considera una reducción del saldo de la deuda de los países que, entre tanto, se han adherido a sus acuerdos del FMI.
Si bien no se ha establecido un límite máximo a la magnitud del alivio que se ofrecerá conforme a lo que se conoce por los "términos de Lyon" o las "opciones de Lyon" con arreglo a los términos de Nápoles, un funcionario de Estados Unidos que pidió no ser identificado, dudó que alcanzara el 100 por ciento. Los funcionarios del FMI y del Banco Mundial han mencionado la cifra del 90 por ciento.
"Todavía no tenemos términos de Lyon per se", declaró el funcionario de Estados Unidos, "Lo que hemos conseguido en la cumbre de Lyon es aliento para que el Club de París vaya más allá de los términos de Nápoles cuando sea apropiado... Todavía no está concluido. Es un proceso que se está iniciando".
El funcionario subrayó que los países industriales consideran la labor del Club de París como un elemento esencial de un enfoque común e integral para abordar los problemas de la deuda de los países más pobres.
Desde 1994, el Congreso de Estados Unidos ha autorizado al gobierno a participar en la actividades del Club de París para la reducción de la deuda de los países más pobres, y ha renovado anualmente esta autorización como parte del proyecto de ley de asignaciones presupuestarias. Debido a cambios recientes en las normas presupuestarias de Estados Unidos, la mayoría de las medidas de reducción de la deuda deben ser contrarrestadas por una nueva asignación que compense la diferencia entre lo que Estados Unidos podría esperar recibir con arreglo a la obligación original y después de la reducción de la deuda.
Las leyes de Estados Unidos también limitan específicamente esta clase de alivio de la deuda a los miembros más pobres de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) --organismo del Banco Mundial para la concesión de préstamos en condiciones muy favorables-- y sólo a aquéllos que han negociado programas de reforma económica con el FMI. La ley prohíbe, además, el alivio de la deuda de los países que se dedican al terrorismo, se niegan a cooperar en la lucha contra el narcotráfico, hacen gastos militares excesivos, cometen abusos contra los derechos humanos o han expropiado bienes de Estados Unidos.
Segunda y Tercera Partes del Plan
La segunda parte de la nueva iniciativa de alivio de la deuda entrañaría condiciones aun más favorables de los préstamos dentro del Mecanismo reforzado de ajuste estructural (ESAF), programa de crédito para los países pobres dispuestos a emprender reformas económicas. A lo largo de todo el año, se están realizando negociaciones sobre la venta de una pequeña fracción de los 40.000 millones de dólares en reservas de oro del FMI para financiar el ESAF durante los próximos cinco años. Según un portavoz del FMI, los ingresos de la venta se invertirían y las utilidades se destinarían a contribuir a financiar el alivio de la deuda, no sólo de la contraída con el FMI sino también, posiblemente, con acreedores privados. La modalidad del alivio variaría de un país a otro, pero podría incluir la compra de una porción de la deuda, la renovación de un crédito vigente del ESAF, o la ampliación del plazo de vencimiento de un crédito del ESAF, del plazo actual de 10 años a 15 ó 20 años. Se espera que estas cuestiones se sometan a la votación de la junta ejecutiva del FMI en los próximos dos meses.
La tercera parte de la iniciativa consistiría en un fondo fiduciario de cerca de 2.000 millones de dólares para el alivio de la deuda, que se administraría en el Banco Mundial. Todavía faltan por finalizar muchos detalles para que este fondo pueda empezar a funcionar. En general, se proporcionarían recursos del ingreso neto del fondo para el pago anticipado de una parte de las obligaciones de los países en desarrollo más pobres fuertemente endeudados o para ayudar a dichos países a servir su deuda en el grado necesario para lograr la sostenibilidad de ésta, según un portavoz del Banco Mundial.
El Banco Mundial está dispuesto a dedicar 500 millones de dólares a la reducción de la deuda en 1997, afirmó el portavoz, quien añadió que el Banco todavía está trabajando con otros bancos multilaterales de desarrollo --en particular con el Banco Africano de Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo-- así como con acreedores bilaterales para decidir la contribución de cada uno de ellos al fondo. Señaló que una opción que se está estudiando permitiría a los donantes hacer contribuciones a fondos fiduciarios con destino a países específicos. Se espera haber llegado a un acuerdo para la reunión anual del Banco Mundial y el FMI a principios de octubre. Hasta ahora, pocos países han ofrecido contribuciones bilaterales, aparte de los países escandinavos, Suiza y los Países Bajos, y éstos las han condicionado a que los principales países industriales también hagan contribuciones, dijo el portavoz.
Ya existe en la AIF un mecanismo de reducción de la deuda que compra la deuda con bancos comerciales de los países más pobres, a veces por sólo 15 ó 20 centavos al dólar. Establecido en 1989, el mecanismo ha comprado 840 millones de dólares de deuda en Bolivia, Guyana, Mozambique, Niger, Santo Tomé, Uganda y Zambia. Se espera que la actividad se extienda también a Senegal, Etiopía, Guinea y Nicaraguua informó el portavoz.
Aparte de este nuevo enfoque de la deuda de los países más pobres, Estados Unidos está poniendo en práctica un programa para Latinoamérica que permitirá al gobierno recomprar o intercambiar deuda contraída con el gobierno de Estados Unidos. Los funcionarios afirmaron que el programa, incorporado en la legislación de asignaciones presupuestarias para operaciones extranjeras de este año, se enfoca en la deuda concesionaria contraída principalmente con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El programa se basa en la legislación de la Iniciativa para las Américas, que ofrece oportunidades de intercambio de la deuda no concesionaria, como la contraída con el Banco de Importación y Exportación de Estados Unidos. La administración Clinton lleva a cabo actualmente un proceso interagencial para decidir qué países serán elegibles con arreglo a la nueva ley. Jamaica y Perú son los primeros países que están siendo considerados, dijo un funcionario.
DEUDA EXTERNA A MEDIANO Y LARGO PLAZO DE 41 PAISES POBRES FUERTEMENTE ENDEUDADOS(en millones de dólares de E.U.)
EVALUACION GENERAL DE LA SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA DE 41 PAISES POBRES FUERTEMENTE ENDEUDADOS
Perspectivas
Económicas
Publicaciones Electrónicas de USIS,
Vol. 1, No. 11, agosto de 1996.