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En una iniciativa que refleja al mismo tiempo el recorte de los presupuestos de ayuda y la convicción de que el comercio es el motor del crecimiento, dos miembros el Congreso de Estados Unidos abogan por lo que califican de cambio fundamental en la política económica de Estados Unidos hacia Africa al sur del Sahara."Queremos establecer una vía de transición de la dependencia de la ayuda para el desarrollo a la autosuficiencia para las economías comprometidas con la reforma económica", afirma Jim McDermott, representante demócrata por el estado de Washington.
McDermott y su colega republicano Philip Crane de Illinois dicen que su objetivo es formular una estrategia integral de comercio e inversión para Africa al sur del Sahara. Su propuesta autoriza 200 millones de dólares para fondos de inversión administrados por el sector privado, e incluye también una iniciativa para abrir los mercados textiles de Estados Unidos a las importaciones de Africa al sur del Sahara. El elemento principal de su estrategia es el establecimiento de una Zona de Libre Comercio de Estados Unidos-Africa para el año 2020.
Los legisladores dijeron que esperan presentar legislación al ese respecto en septiembre.
McDermott, que se define a sí mismo como un "amigo de Africa", ha viajado extensamente por la región y trabajó en Kinshasa, Zayre, como médico del Departamento de Estado en los años ochenta. Crane, como presidente de la subcomisión de comercio de la comisión de medios y arbitrios de la Cámara de Representantes, ha sido en el Congreso uno de los más ardientes defensores del comercio abierto.
En una entrevista realizada recientemente por los redactores de USIS Jim Fisher-Thomson y Berta Gómez, los dos legisladores discutieron su propuesta y el futuro de los programas de ayuda exterior de Estados Unidos.
Pregunta: Estados Unidos bajó este año al cuarto puesto en la lista de proveedores de ayuda internacional, detrás de Japón, Alemania y Francia. ¿Su iniciativa para Africa al sur del Sahara se ha debido a la sensación de que el presupuesto de ayuda va a seguir disminuyendo?
McDermott: No hay duda de que el Congreso está cada vez menos dispuesto a dar dinero para el presupuesto de ayuda. La Guerra Fría ha terminado. El orden de prioridades ha cambiado en todo el mundo y nuestra política de ayuda en general --no sólo hacia Africa-- está siendo cuestionada.
La gente no está satisfecha con la forma en que van las cosas en Africa al sur del Sahara y la manera en que se gastan allí nuestros dólares de ayuda. Lo que yo estoy haciendo es presentarles otra opción para su consideración. Aquí en el Congreso existe un apoyo decidido a liberar de la caridad a Africa al sur del Sahara y darle la función de socio comercial.
P: ¿Cómo logrará eso su proyecto de ley?
Crane: En nuestra propuesta se pide la negociación de un acuerdo de comercio libre con los países de Africa al sur del Sahara que adopten las medidas apropiadas para reformar sus economías. Además, para dar impulso a estas negociaciones y dirigir mejor la atención del sector privado hacia la región, se pide también el establecimiento de un Foro de Cooperación Económica Africa-Estados Unidos. Este foro brindará oportunidades regulares a los principales elaboradores de políticas y a los jefes de Estado de reunirse para discutir cuestiones de interés mutuo y mantener encaminadas las negociaciones de comercio.
Nuestra propuesta creará también fondos de inversión en acciones e infraestructura administrados por el sector privado con objeto de alentar a los inversionistas institucionales privados de los países desarrollados a reunir sus recursos para invertir en negocios establecidos y proyectos de infraestructura en Africa al sur del Sahara. Estoy convencido de que el efecto multiplicador de los fondos de los inversionistas institucionales privados conseguirá inyectar en la región miles de millones de dólares más que lo que jamás podrían hacer los programas de la USAID.
McDermott: Estados Unidos importa actualmente productos textiles por valor de 43.000 millones de dólares, pero sólo 350 millones de dólares de Africa al sur del Sahara. Eso no se debe a que los africanos no sepan hacer telas, sino al Arreglo de Multifibras que favorece las importaciones de otros países. Conforme al acuerdo de comercio mundial de la Ronda Uruguay, estas cuotas terminarán en 2005, pero mientras tanto, países como Kenya han sido afectados con cuotas que han dado como resultado la pérdida de 11.000 puestos de trabajo desde 1995.
Nuestra propuesta podría significar un enorme auge del comercio de textiles y contribuir a la creación de un mercado de 32.000 millones de dólares de exportaciones de los países de Africa al sur del Sahara en el transcurso de los nueve años del Arreglo de Multifibras.
P: ¿Cómo responde usted a quienes expresan su preocupación de que Africa al sur del Sahara no esté lista para establecer una relación de comercio libre con Estados Unidos?
Crane: La negociación de los acuerdos comerciales suele durar muchos años. El representante McDermott y yo hemos propuesto la fecha del año 2020 como objetivo para el establecimiento del comercio libre con Africa al sur del Sahara, plazo idéntico al que se fijó en el caso del foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC) para el comercio libre entre todos sus miembros. En mi opinión, los acuerdos de libre comercio no se materializan hasta que alguien fija un plazo para su consecución.
McDermott: Es verdad que mucha gente muestra apatía a la región debido a la creciente competitividad económica de Asia y América Latina, pero pensar que no se pueden hacer negocios en Africa es absurdo. Yo he visto la habilidad y la aptitud creativa de esas gentes con mis propios ojos, y no hay ningún motivo para dudar que lo que ha sucedido en Asia no pueda suceder también en Africa al sur del Sahara.
P: Algunos han calificado esta incitativa de cambio "radical" de las estrategias tradicionales de desarrollo a una orientación al sector privado y a incentivos de mercado. ¿Qué radical es, en realidad?
Crane: Aunque esta propuesta representa un cambio drástico en nuestra manera de abordar los problemas de Africa al sur del Sahara, en realidad, es muy consecuente con la forma en que Estados Unidos aborda sus relaciones con el resto del mundo. En la actualidad, Estados Unidos está realizando importantes iniciativas de liberalización del comercio en el hemisferio occidental, en la región de Asia y el Pacífico e incluso en la Unión Europea. De hecho, es obvio que la falta de una iniciativa comercial para los países de Africa al sur del Sahara, la mayoría de los cuales ya son miembros de la Organización Mundial de Comercio, revela una importante deficiencia en la política comercial actual de Estados Unidos.
En algunos aspectos, esta propuesta da, finalmente, a los países de Africa al sur del Sahara, la atención y el trato que ya habíamos dado a los países en desarrollo del resto del mundo. Si se considera la situación de los países de Asia y América Latina hace 20 años, se verá que la mayoría de ellos estaban en la misma etapa de desarrollo en que se encuentra ahora Africa al sur del Sahara. Hoy en día, esas economías tienen el crecimiento más rápido del mundo. La razón de ese cambio espectacular es que los sectores público y privado de estados Unidos han concentrado su atención y sus recursos en esas partes del mundo. Yo creo que el crecimiento económico que acompaña al comercio y a la inversión es la clave para que todos los países puedan aumentar su nivel de vida y que no haya más necesidad de los programas de ayuda.
P: ¿Qué opinión le merecen los programas estadounidenses actuales y anteriores de ayuda a Africa al sur del Sahara?
McDermott: Las estrategias de desarrollo que hemos seguido en Africa al sur del Sahara durante los últimos 35 años han sido de ayuda marginal, pero la mayoría han fracasado porque no eran autosostenibles. Sin gobiernos estables y sin un crecimiento impulsado por el sector privado, los programas de ayuda tradicionales estaban en peligro constante por los problemas que todavía aquejan a muchos países africanos al sur del Sahara: la corrupción, la ineficacia, los conflictos civiles, la deuda pendiente y los desastres naturales.
Necesitamos superar las políticas actuales y tratar de incorporar a los africanos al sur del Sahara en el mundo comercial integrado que se está creando.
Crane: La ayuda exterior tradicional por sí sola no ha hecho y no hará a los países autosuficientes. Sólo la inversión del sector privado puede provocar el tipo de desarrollo económico que todos deseamos. También es obvio que los recortes presupuestarios federales seguirán reduciendo los recursos de ayuda exterior tradicionales. Por este motivo, nuestra propuesta trata de extender la mano a los países de Africa al sur del Sahara y ofrecerles un curso de acción alternativo para el futuro.
En mi opinión, el mercado mundial ha ayudado a crea el impulso para las oportunidades económicas y de inversión que deben servir, inevitablemente, de catalizador para que los países en desarrollo pasen de la condición de beneficiarios de la ayuda a la de socios comerciales. No hay ayuda gubernamental en el mundo que pueda sustituir a la inversión del sector privado y la creación de empleos.
P: Sin embargo, su propuesta mantiene el financiamiento de la ayuda humanitaria básica prestada a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. ¿Es muy importante que continúen esos programas?
McDermott: No podemos eliminar la USAID. Eso lo sabemos. Hay partes de Africa que necesitan nuestra ayuda ahora mismo para cosas tales como la educación sobre el SIDA y otras cuestiones sociales y de cuidado de la salud importantes. Tenemos que seguir financiándolas, y específicamente hemos incluido eso en nuestro proyecto de ley.
Pero en cuanto a las partes de Africa al sur del Sahara que pueden adoptar programas estructurales de ajuste y hacer frente a sus problemas de deuda, no hay razón por qué no debamos alentarles a ser autosuficientes económicamente para que puedan competir con todos los demás.
Crane: En la propuesta se reconoce que algunos países de Africa al sur del Sahara pueden no estar en condiciones de emprender ahora las reformas económicas y políticas necesarias para atraer la inversión porque están consumidos por la lucha civil y la violencia. Por este motivo, será necesaria todavía la ayuda humanitaria y de emergencia.
Sin embargo, la cuestión fundamental es que Estados Unidos nunca ha formulado un plan para ayudar a los países de Africa al sur del Sahara a hacer la transición de la ayuda exterior tradicional a la autosuficiencia. El representante McDermott y yo esperamos ofrecer ese plan en nuestra propuesta. Al ofrecer a los países de Africa al sur del Sahara la posibilidad de optar por el comercio y la inversión frente a la ayuda exterior, creo que alentaremos el tipo de reformas económicas y políticas en la región que acabarán por hacer innecesaria la ayuda tradicional.
P: Los medios de información han dado mucha publicidad a las diferencias partidistas en el Congreso ¿Existen realmente esas diferencias en materia de ayuda exterior y comercio?
Crane: En el sector del comercio internacional siempre ha existido una tradición bipartidista, porque los dos partidos políticos tienen sus propias áreas proteccionistas. Sólo trabajando juntos los dos partidos podemos impulsar esas iniciativas de comercio libre para abrir nuevos mercados a los productos y servicios de Estados Unidos.
Creo que también existe un consenso bipartidista cada vez mayor en cuanto a la ayuda exterior, que reconoce tanto las restricciones presupuestarias federales actuales como el hecho de que nunca se pretendió que estos programas se convirtieran en características permanentes de los países a los que se quería ayudar. Estados Unidos debe tener una política para ayudar a los países en transición a dejar de depender de los programas de ayuda exterior a medida que van progresando en su desarrollo.
McDermott: Yo encuentro apoyo para nuestra propuesta en ambos partidos del Congreso. Incluso los defensores de la ayuda tradicional se entusiasman cuando ven una posibilidad de que el sector privado convierta en autosuficientes a los beneficiarios de la ayuda.
Por ejemplo, todos sabemos que, a la larga, los necesidades sociales de Uganda van a ser atendidas por una Uganda económicamente sólida -- no por 5 millones de dólares recibidos de Estados Unidos, 17 millones de Noruega y 10 millones de Suecia.
Los dirigentes africanos también lo saben, y por eso es que 23 embajadores africanos ha firmado recientemente en Washington una carta en la que afirman que, aunque todavía es necesaria la ayuda tradicional, el Africa al sur del Sahara está más interesada en disfrutar de las ventajas comerciales de que disfrutan otras regiones.
Perspectivas
Económicas
Publicaciones Electrónicas de USIS,
Vol. 1, No. 11, agosto de 1996.