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Charles Dallara, director general del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) desde 1993, fue director ejecutivo de Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional (FMI). El IIF, con 175 afiliadas que son instituciones financieras de todo el mundo, entre ellas muchos de los bancos más importantes del mundo, proporciona información detallada y confidencial y análisis de riesgo sobre 48 mercados en surgimiento. Es también uno de los foros de la comunidad bancaria internacional.Dallara opina que la gran mayoría de las corrientes financieras que en el futuro irán hacia las economías en surgimiento provendrán del sector privado, principalmente como inversión extranjera directa y otros tipos de financiamiento a través de acciones y títulos de capital. Los países con el mejor desempeño macroeconómico y las economías más abiertas se beneficiarán de la mayor parte de estas corrientes, dice. Sin embargo, advierte que a los países que quieran obtener una reprogramación de la deuda se les hará cada vez más difícil conseguir acceso a los mercados de capital privados.
La siguiente entrevista la realizó Jon Schaffer, redactor de USIS para asuntos económicos.
Pregunta: En 1996 los inversionistas y prestamistas del sector privado proporcionarán, según se estima, más del 75 por ciento de las corrientes financieras externas, a diferencia de la década de los 80, cuando los organismos de asistencia bilateral y multilateral eran los principales donantes. ¿A qué atribuye usted este cambio?
Dallara: Es un cambio drástico que atribuyo a tres causas. Primero, las economías, las latinoamericanas en particular, tenían que superar los problemas de la deuda de los años 80. Segundo, la tremenda corriente de capital privado ha tenido el apoyo de un cambio radical en el modo de pensar sobre la reforma económica y la liberalización que ha tenido lugar desde Asia hasta Europa Central y América Latina. Ha habido privatización, reducción de barreras arancelarias y subsidios y un movimiento en favor de políticas económicas basadas en el mercado. También tiene que ver con ello el progreso logrado en la estabilidad macroeconómica y financiera fundamental. Una economía liberal y abierta con una tasa de inflación de 200 por ciento no atraerá la inversión externa, ni tampoco lo logrará una economía estable bien administrada que no esté abierta al resto del mundo. Tercero, hay todo un nuevo mundo de inversionistas y prestamistas, fondos de pensiones, compañías aseguradoras e inversionistas al menudeo e institucionales, que intervienen ahora en los mercados en surgimiento.
P: Pero, ¿no se concentran estas corrientes privadas en un número muy reducido de países?
Dallara: Las cifras son un poco engañosas. Por ejemplo, a pesar de que una economía como la de la República Checa no ha atraído una cantidad asombrosa de financiamiento en relación con las corrientes mundiales, el monto que ha podido atraer es bastante considerable si se tiene en cuenta la economía checa. La República Checa recibió el año pasado 2.500 millones de dólares en inversión neta en títulos de capital, 2.300 millones en financiamiento neto de bancos comerciales y 1.000 millones en bonos. Comparadas con las de China, estas cifras son ínfimas, pero para la República Checa, con una economía de 10 millones de personas, son significativas.
Del mismo modo, en 1995 Colombia recibió un neto de 1.700 millones de dólares en activos, 1.500 millones en préstamos de bancos comerciales y aproximadamente 1.000 millones en financiamiento en bonos. En comparación con el mundo en su totalidad estas cifras no son considerables, pero dados los requerimientos de Colombia, son significativas.
Polonia, Tailandia y Malasia son otros tres países que comienzan a experimentar beneficios similares de la liberalización de su régimen de inversión.
P: ¿Qué hizo la República Checa para atraer esa inversión?
Dallara: Se adhirió al conjunto más riguroso de políticas orientadas por el mercado que hay en Europa Central. Si bien todavía necesita fortalecer la eficiencia del sector corporativo y ampliar más el mercado local de capital, la República Checa evitó la acumulación de deuda externa durante las décadas de los años 70 y 80, siguió políticas rigurosas para lograr déficits mínimos o nulos, mantuvo la inflación anual por debajo de 10 por ciento, administró bien su moneda y estableció un programa firme de privatización. Si a todo esto se le suma la estabilidad política, estoy seguro de que la República Checa continuará siendo un lugar atractivo para la inversión.
P: ¿Qué otros países están listos para atraer nuevas corrientes de capital privado?
Dallara: Creo que Hungría se prepara a atraer más corrientes significativas. En América Latina, Perú está dejando atrás sus problemas de la deuda. Si puede resolver su gran déficit de cuenta corriente, podría hacerse cada vez más atractivo para los inversionistas privados.
Aun la India, que se encuentra todavía en etapas relativamente tempranas de la apertura y reforma de su economía, tiene un tremendo potencial para atraer un nivel mucho más elevado de financiamiento privado, si continúa y acelera su proceso de reforma económica.
P: ¿Qué busca un banco importante o un centro financiero al tomar la decisión sobre dónde invertir sus recursos?
Dallara: Básicamente lo que busca es un ambiente macroeconómico estable; es decir, una economía bien dirigida en términos de la inflación, del déficit fiscal, de los déficits de las balanzas en cuenta corriente y comercial y tipos de cambio. Es obvio que esto es indispensable para mantener las corrientes de capital privado. Es probable que, aun en ausencia de estos factores, un país pueda atraer algunas corrientes privadas a corto plazo, pero a largo plazo tendrán que estar presentes. Segundo, a los bancos les interesa un régimen liberal y abierto de pagos que les permita repatriar el principal y los dividendos. Tercero, buscan una estructura legal e institucional que sea transparente, fácil de comprender y que incluya las reglas del juego. También habrá otros factores, dependiendo del tipo de inversión.
P: Si bien la relación entre corrientes privadas y corrientes mundiales va en aumento, en términos absolutos el financiamiento privado externo puede seguir una tendencia decreciente. ¿Cuáles son los estimados más recientes del IIF?
Dallara: Nuestros últimos cálculos revelan que no habrá una disminución, aunque un descenso en el financiamiento bancario a corto plazo sería beneficioso. Si hay mucho financiamiento bancario a corto plazo, se crea un problema y no una solución.
Cuando hay mucho capital a corto plazo se hace más vulnerable la balanza de pagos, como pasó con México. Se necesita una mezcla saludable de capital de corto y de largo plazo, tanto de deuda como de títulos de capital, para crear una corriente de capital estable de los mercados privados. La cantidad de deuda de corto plazo que se observó en países como Tailandia y Brasil el año pasado hubiera sido motivo de preocupación de haberse mantenido esta tendencia, porque se hubiera creado en estos países una enorme acumulación de obligaciones externas de corto plazo. Con este nivel de obligaciones, un colapso de la confianza del público como consecuencia de un problema macroenómico, político o estructural podría traducirse rápidamente en una presión descendente en los tipos de cambio, que podría desatar un movimiento en espiral autodestructivo.
Lo que se ha visto ha sido un retroceso del financiamiento bancario de corto plazo, contrarrestado mayormente por un financiamiento bancario de medio plazo, un fuerte financiamiento de bonos y la continuación de la entrada de fuertes corrientes de capital. Se calcula que el total de corrientes privadas se colocará en las cercanías de los 200.000 millones de dólares netos este año, lo mismo que el año pasado. Habrá una reducción del total de corrientes en 1996, sencillamente porque las corrientes oficiales son más pequeñas en comparación con los enormes desembolsos oficiales que se le hicieron a México el año pasado y, en menor grado, a Argentina, desembolsos que no se repetirán este año.
P: Si las economías en surgimiento atraen ahora pocos préstamos de bancos comerciales, ¿qué tipo de capital atraen?
Dallara: En 1981, poco antes de la crisis de la deuda, el financiamiento privado neto era de 75.000 millones de dólares, de los cuales un 80 por ciento lo financiaban los bancos comerciales. Durante la mayor parte de la década de los 90, el financiamiento de los bancos comerciales ha representado un 30 por ciento, como promedio, del total del financiamiento privado. Este cambio asombroso se debe realmente a los mercados de títulos de capital y bonos.
El activo neto -- la inversión extranjera directa y la inversión en cartera -- es la única parte de las corrientes de capital privado que ha crecido constantemente y en términos absolutos cada año durante la década de los 90. Todos los demás componentes, particularmente el mercado de bonos y la deuda comercial, han sido inestables. Ello refleja dos fenómenos. Primero, el creciente reconocimiento de parte de las multinacionales de que deben fortalecer el alcance de sus instalaciones mundiales de producción si es que han de competir en el mercado internacional de hoy. Los productores de todo el mundo buscan el lugar más eficiente para establecer su próxima planta manufacturera. Segundo, hay una mayor disposición de parte de los países en desarrollo a permitir que la inversión directa extranjera tome el lugar de las empresas estatales y abra instalaciones de producción totalmente nuevas para todo, desde papel hasta automóviles. Hay un movimiento constante del capital del mundo industrializado hacia el mundo en desarrollo que adopta la forma de inversiones directas.
Además, el crecimiento de los fondos mutuos hace ahora de intermediario entre el ahorro privado y también el corporativo en los mercados locales de capital, a medida que los países abren sus mercados. Hace cinco años era poco factible una inversión en acciones en la India. Hoy hay una serie de vehículos para la inversión en acciones en la India, y esta situación se repite en otra veintena de economías de mercados en surgimiento.
P: ¿Cómo cree usted que se distribuirá por regiones la corriente de capital privado?
Dallara: Este año se prevé que de los 200.000 millones de dólares a que llega el total neto de corrientes privadas, la región de Asia y el Pacífico absorberá 101.000 millones, o un poco más de la mitad, lo que refleja el dinamismo y el crecimiento relativo de estas economías. Una cuarta parte del total, alrededor de 50.000 millones, se destinará a América Latina, unos 20.000 millones a Europa Central, y quizás unos cuantos miles de millones irán al Oriente Medio y a otros países.
P: Después de la crisis financiera de México a finales de 1994 y principios de 1995, el mercado de bonos de las economías en surgimiento sufrió una caída. ¿Se ha recuperado ese mercado?
Dallara: Los inversionistas han recuperado la confianza y los gobiernos se han comprometido a seguir políticas prudentes que ayudan a consolidar esta confianza. El año pasado los mercados mundiales de bonos se mantuvieron prácticamente cerrados durante cuatro meses a todos los prestatarios de los mercados en surgimiento. De haber continuado esta tendencia, se hubiera visto un importante revés en las corrientes de capital porque habían vencido los pagos de los bonos emitidos a principios de la década del 90. La reapertura de estos mercados de bonos a mediados del año pasado puso de relieve dos tendencias:
Primero, los inversionistas reconocieron que lo sucedido en México era un acontecimiento relativamente fuera de lo común. Segundo, muchos gobiernos interpretaron la situación de México como una señal de que había que fortalecer sus propias políticas económicas. Países tan diferentes como Filipinas, Argentina y Hungría reforzaron todos sus compromisos para reducir los déficits fiscales, evitar la sobrevaloración de sus divisas, disminuir la inflación y abrir más sus economías. Estas medidas potenciaron otra fuerte corriente de dinero a los mercados de bonos del mundo en desarrollo. Otro factor ha sido que las tasas de interés se han mantenido relativamente bajas en el mundo industrializado. Los inversionistas buscan otras oportunidades de inversión que generen una tasa de rendimiento más alta y están dispuestos a correr más riesgos para conseguirla.
P: ¿Qué le sucede a un país que intenta refinanciar su deuda externa comercial mediante una reprogramación del "Club de Londres"?
Dallara: Creo que las reprogramaciones del Club de Londres -- las reuniones de acreedores privados que tratan de llegar a posiciones comunes de reprogramación de la deuda, después de estudiar cada caso --, serán cada vez menos necesarias. Si se hacen le será más difícil a un país conseguir acceso a montos considerables de capital a corto plazo. La estructura del Club de Londres se estableció para un mundo dominado por el financiamiento de los bancos comerciales. No se puede tratar de la misma manera los mercados de bonos y las corrientes de títulos de capital. Los inversionistas y prestamistas opera ahora con instrumentos líquidos. Si comienzan a dudar de la capacidad de un país de cumplir sus obligaciones a tiempo, venderán esos instrumentos. La conclusión es que los países deben tener cuidado de reprogramar en el mundo de hoy porque, si lo hacen, les será mucho más difícil conseguir nuevamente acceso a los mercados de capital privado. Ciertamente, las reprogramaciones de Club de París de la deuda oficial de los países de bajos ingresos seguirán siendo necesarias.
P: El FMI inició hace poco un programa que alienta a los países a recopilar y publicar voluntariamente una serie de datos económicos. ¿Qué importancia tiene esto para los países en desarrollo?
Dallara: Opino que las economías en surgimiento deberán satisfacer algunos requisitos de transparencia. Tendrán que publicar datos sobre reservas, desequilibrios fiscales, posiciones monetarias y comerciales, y otra serie de variables importantes. Si no lo hacen, creo que pagarán el precio en el mercado. Ese precio puede ser un tipo de interés más alto en sus instrumentos de deuda o que, en determinado momento, vean que les han bloqueado el acceso a los mercados de capital de una forma más generalizada.
P: ¿Qué ve en su bola de cristal sobre el futuro de las corrientes de capital privado?
Dallara: Veo que continúa la tendencia fundamental hacia la reforma, la liberalización y la continuación de una diversificación cada vez mayor de la oferta de capital al mundo en desarrollo, y veo montos cada vez mayores de capital privado dirigido a estos países.
Los países que con más energía abran sus mercados, se hagan transparentes y establezcan normas, y que con más ahínco se dediquen a seguir políticas macroeconómicas prudentes, se beneficiarán de esta tendencia. El mundo se ha hecho más competitivo en cuanto al capital, así que vamos a ver una creciente separación de los países según están en la vía rápida, la vía moderada y la vía lenta. Las autoridades deben tener presente el hecho de que no compiten únicamente en un ambiente nacional sino también en un ambiente internacional.
Perspectivas
Económicas
Publicaciones Electrónicas de USIS,
Vol. 1, No. 11, agosto de 1996.