ENTREVISTA CON EL EMBAJADOR JEFFREY LANG

Vicerrepresentante de Comercio de Estados Unidos.



Las gestiones para llegar a un acuerdo mundial que liberalice el comercio de servicios básicos de telecomunicaciones antes de la fecha límite del 30 de abril de 1996, han sido claramente insuficientes, dice el embajador Jeffrey Lang, vicerrepresentante de Comercio de Estados Unidos.

"Aunque en este momento el estado de las negociaciones no es bueno, todavía hay tiempo para llegar a un arreglo", dice Lang, quien afirma que un acuerdo mundial sería beneficioso para los exportadores de servicios y productos de telecomunicaciones y ofrecería un incentivo para invertir en la infraestructura de este sector en los países en desarrollo.

Esta entrevista estuvo a cargo de John Shaffer, corresponsal de USIS para Asuntos Económicos.

Pregunta: Se ha programado que las conversaciones mundiales para la liberalización del comercio de servicios de telecomunicaciones terminen el 30 de abril de 1996. ¿Podría delinear brevemente las últimas propuestas de la administración Clinton?

Lang: En el campo de los servicios y la inversión en telecomunicaciones, Estados Unidos ofreció originalmente permitir la competencia extranjera sólo en lo servicios de larga distancia e internacionales. Lo que hemos hecho ahora es ofrecer además acceso a los servicios locales y la posibilidad de ser dueño del 100 por ciento de la propiedad de cualquier proveedor en el país. Por otra parte, hemos ampliado nuestra oferta de manera que el personal directivo de compañías estadounidenses de propiedad extranjera que tienen licencia de radiotelecomunicación pueda constar de ciudadanos extranjeros.

P: ¿Qué hace que esta oferta sea comercialmente atractiva para los países industrializados y en desarrollo?

Lang: Es atractiva para todo país competitivo en la exportación de servicios de telecomunicaciones porque le permite proveerlos, ya sea revendiendo el tiempo o mediante "instalaciones", es decir, mediante inversión en instalaciones físicas en Estados Unidos. También es importante para los países que no son exportadores de estos servicios porque muchos de ellos fabrican productos para las redes de telecomunicaciones. Si las negociaciones tienen éxito, construiremos redes de reemplazo en todo el mundo, como se ha hecho con la variedad de redes que hay en Estados Unidos. Y ello ampliará el mercado los productos de telecomunicaciones. Además, los países que actualmente no son exportadores competitivos de servicios en este sector pueden serlo en el futuro. La gran mayoría de los servicios de telecomunicaciones requerirá enormes inversiones, unos 600.000 millones de dólares al año durante los próximos cinco años, según el Banco Mundial. La mitad de estas inversiones tienen que provenir de los mercados privados de capital, los que estarán mucho más dispuestos a invertir en países en desarrollo, que necesitan nuevas infraestructuras de telecomunicaciones, si tienen la garantía de la competencia verdadera y los procedimientos equitativos y transparentes que ofrecería un buen acuerdo mundial.

P: ¿Como llamaría las ofertas hechas hasta la fecha por otros países?

Lang: Inadecuadas. Las ofertas de los países industrializados tienen limitaciones severas. Y varios países en desarrollo importantes, como Malasia, Indonesia, Argentina e India, no han sometido ofertas. Hay además un grupo de países en desarrollo que han sometido ofertas que tienen menos alcance que el que podrían tener: incorporan la propiedad extranjera de modo gradual y muy lento, en algunos casos hasta 11 años después, y no ofrecen toda la liberalización que han aprobado en su legislación interna. Algunos de ellos, como Filipinas, han propuesto la "verificación de necesidad según la economía" que socavaría los beneficios de cualquier concesión de liberalización comercial, ya que pondrían al gobierno o a la entidad normativa en posición de denegar licencias arbitrariamente. Estos países en desarrollo importantes deben mejorar sus ofertas para que las negociaciones puedan tener éxito.

P: Algunos países en desarrollo arguyen que los países industrializados deben ser los primeros en avanzar hacia la liberalización.

Lang: No creo que les convenga adoptar esa posición, pues creo que, para contar con las redes, necesitarán la inversión de que hablamos. Hay países en estas negociaciones que tienen menos de un teléfono por cada 75 habitantes. Y cuando uno de esos habitantes consigue un teléfono, el costo es demasiado alto y el servicio es malo. Esa situación puede solucionarse sólo mediante la competencia basada en instalaciones.

P: ¿Por qué son tan importantes los compromisos que se refieren a las instalaciones?

Lang: Los compromisos en este sentido son vitales. Hay básicamente dos formas de competir en servicios de telecomunicaciones. Se puede comprar tiempo en gran cantidad y, por consiguiente, con descuento y luego revenderlo a compradores individuales. Ese es el primer paso hacia un mercado competitivo. La otra forma es que las compañías telefónicas tengan derecho a invertir en instalaciones: cables, fibras ópticas, postes telefónicos, servidumbres de paso, respondedores de radio, y lo que sea necesario para transmitir mensajes. A menos que se puedan ofrecer redes sustitutas, no es posible reducir los costos con una mejor administración e instalaciones más eficientes. En Europa y Japón subsisten reservas en cuanto a la inversión basada en instalaciones. Creemos que nuestros amigos europeos y japoneses necesitan abordar esta cuestión antes de que terminen las negociaciones.

P: ¿Si las ofertas de los países en desarrollo no se hacen pronto, habrá suficiente tiempo para negociar?

Lang: Creo que llega un momento en que los gobiernos de los países en desarrollo requieren tanto tiempo para tomar estas decisiones que quizá no puedan recuperar el tiempo perdido. Por otra parte, estos países, en su mayoría, han sido observadores o participantes en las negociaciones desde el comienzo. Realmente no existen excusas para que los gobiernos no estén preparados a negociar seriamente en las semanas que quedan.

P: ¿Si no se concluye un acuerdo, ¿qué significaría en términos del acceso extranjero al mercado estadounidense de telecomunicaciones?

Lang: Significaría que Estados Unidos no tendría obligaciones internacionales de permitir acceso extranjero ni inversión extranjera. En cuanto a los países que ya ofrecen acceso abierto a los proveedores estadounidenses de servicios de telecomunicaciones y tiene mercados competitivos, de acuerdo con la práctica y reglamentación recientes de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) no verían limitado su acceso al mercado estadounidense. Sin embargo, debido a que la mayoría de los países del mundo tienen el monopolio de estos servicios, podría haber algunas limitaciones a su acceso a Estados Unidos.

P: ¿La Ley de Telecomunicaciones, recientemente promulgada por Estados Unidos, ha estimulado mayor colaboración de otros países en las conversaciones mundiales sobre telecomunicaciones?

Lang: La Ley de Telecomunicaciones coloca a Estados Unidos firmemente en la ruta de la competencia en todos los tipos de servicios: local, larga distancia, internacional, vía satélite, celular, de todo. Queremos ver si el resto del mundo puede llegar a un acuerdo para extender ese modelo de competitividad en todo el mundo. Creo que existe un consenso generalizado en Ginebra de que la última oferta de Estados Unidos es de gran alcance, en el sentido de que liberaliza todos los tipos de servicios y en mayor grado que cualquier otro país. La Ley de Telecomunicaciones acrecentó nuestra capacidad para hacer esa oferta. Hemos puesto la oferta sobre la mesa bajo la condición de reciprocidad. Si recibimos reciprocidad de una masa crítica de países, tendremos un excelente arreglo y reforzaremos el sistema mundial de comercio.

P: ¿Quiere decir que espera un nivel de apertura de otros países equivalente al que ofrece Estados Unidos?

Lang: Esperamos un nivel de apertura de los países industrializados conmensurable con el de Estados Unidos en la fecha en que deba comenzar la liberalización según el acuerdo. No sé si esa fecha va a ser la del 1o. de junio de 1977 o el 1o. de enero de 1998. En cuanto a los países en desarrollo, les hemos pedido que se comprometan a ofrecer un nivel de apertura de mercado que ya hayan aprobado según sus propias leyes, y a un programa que lleve a la apertura total dentro de un período de tiempo razonable. Desde luego que la aplicación inicial, el tipo de programa y su duración son negociables.

P: La oferta de la UE, si he comprendido bien, permite a países como España, Portugal, Grecia e Irlanda períodos más largos para remover sus barreras a las telecomunicaciones. ¿Cuál es la posición de Estados Unidos respecto de este enfoque gradual?

Lang: Tenemos reservas al respecto, en parte porque muchos de esos países son exportadores considerables de servicios de telecomunicaciones. Por ejemplo, la FCC acaba de aprobar la adquisición de una parte substancial de uno de los proveedores estadounidenses de servicios de larga distancia, por dos importantes proveedores europeos. Y otra compañía europea de telecomunicaciones es inversionista importante en redes en América Latina. Han pedido estos períodos más largos para adaptarse a la competencia. En algunos casos, los plazos son más largos que los que solicitan los países en desarrollo, como Venezuela.

P: ¿Cuál es la situación en cuanto a Japón y Canadá, países que tienen barreras importantes a la inversión extranjera en este tipo de servicios?

Lang: Japón limita la inversión extranjera a un tercio; las restricciones de Canadá estipulan el 46 por ciento; Suiza no tiene acceso basado en instalaciones. No hay duda de que necesitamos compromisos mayores de estos países para que haya un acuerdo.

P: ¿Estados Unidos negociaría después del 30 de abril? Si no se concluye el acuerdo, ¿la administración Clinton consideraría reanudar las conversaciones dentro de un año o en otro momento, como los países decidieron hacerlo el año pasado, cuando las conversaciones sobre servicios financieros terminaron sin un acuerdo?

Lang: No, no creo que las negociaciones se prolonguen más allá del 30 de abril. Hay que recordar que en las conversaciones sobre los servicios financieros todos los países, incluso Estados Unidos, asumieron compromisos de la nación más favorecida y dejaron varias cuestiones sin acordar. En ese caso, tuvimos un éxito que vamos a aprovechar en negociaciones futuras. En las negociaciones sobre telecomunicaciones no tenemos lo suficiente sobre la mesa para juzgar si inclusive esa decisión es posible. Las negociaciones actualmente no están en buen estado en cuanto a las ofertas, por las razones que acabo de exponer.

P: ¿Hay algún país que trata de vincular su disposición a hacer ofertas en las conversaciones sobre telecomunicaciones con la disposición de Estados Unidos a presentar ofertas en las negociaciones mundiales sobre servicios marítimos, que concluirán el 30 de junio?

Lang: En ninguna de mis negociaciones bilaterales se hizo tal conexión. No obstante, hay países que ocasionalmente han planteado estas preocupaciones a miembros del Congreso y otros funcionarios del gobierno estadounidense. Desde nuestra perspectiva, el vínculo no es apropiado en estas negociaciones.

P: Sólo quedan tres meses de conversaciones sobre servicios marítimos; ¿por qué la administración Clinton no ha puesto una oferta sobre la mesa?

Lang: En este momento simplemente no estamos preparados para hacer una oferta porque no consideramos que somos un problema o que tengamos un problema en esas negociaciones. Nunca hemos estado entre los que demandan; el 95 por ciento de nuestro tráfico marítimo se realiza en barcos extranjeros, de manera que no constituimos un problema para nadie.