Publicaci・ electr・ica del Servicio
Informativo y Cultural de Estados Unidos
Vol. 3, No. 2, junio de 1998
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DE LOS EDITORESEste peri・ico se concentra en la funci・ de los grupos de promoci・ de causas -- en ocasiones llamados grupos de inter・ p・lico -- en una democracia. Estos grupos los forman ciudadanos que se unen para argumentar ante sus conciudadanos y sus representantes elegidos a favor de una causa en particular.
La promoci・ de causas es un t・mino de significado m・ estrecho que el de cabildeo, que se usa m・ ampliamente para incluir todos los intereses, tanto p・licos como privados, que tratan de influir en el gobierno. En otras palabras, el t・mino "cabildeo" describe por lo general las actividades de corporaciones y sindicatos obreros en defensa de sus intereses econ・icos, adem・ de la defensa que hacen los grupos de ciudadanos de causas particulares en las que pueden no tener un inter・ econ・ico.
Tal vez la caracter・tica m・ importante del cabildeo en Estados Unidos -- ya sea que involucre a intereses p・licos o privados -- es que est?protegido por la Primera Enmienda de la Constituci・, si bien leyes y reglas estrictas rigen esa actividad. Desde los primeros d・s de la rep・lica, el cabildeo ha sido protegido e incluso alentado por decisiones tribunalicias que han sostenido constantemente su legitimidad.
La justificaci・ pol・ica y filos・ica del cabildeo precede inclusive a la ratificaci・ de la Constituci・. James Madison, uno de los fundadores de la naci・, discute el tema en "The Federalist Papers" (Los Documentos Federalistas), la serie de ensayos que escribi?con Alexander Hamilton y John Jay para alentar a los estados a que ratificaran la Constituci・ como el principio rector del pa・.
Madison concluy?que, considerando sus aspectos positivos y negativos, los grupos de cabildeo son esenciales en cualquier democracia real y que las restricciones, de ser necesarias, deben conseguirse mediante la plena competencia entre los diferentes grupos y a trav・ de la aplicaci・ de frenos y contrapesos legales y por otros medios.
En tanto exista la competencia, los cabilderos pueden reportar importantes beneficios al sistema pol・ico, particularmente en t・minos de pericia y conocimiento. Este punto lo han venido recalcando a trav・ de los a・s pol・icos de todas las tendencias, pero tal vez nadie lo hizo con m・ fuerza que John F. Kennedy.
En 1956, antes de ser elegido presidente, Kennedy escribi?para plantear el caso de la funci・ de los cabilderos. "Los cabilderos son, en muchos casos, t・nicos expertos y capaces de explicar cuestiones complejas y dif・iles de una manera clara, comprensible", dijo. "Participan en discusiones personales con miembros del Congreso en las cuales pueden explicar con detalles la raz・ de las posiciones que promueven... Debido a que nuestra representaci・ congresional se basa en l・ites geogr・icos, los cabilderos que hablan en facvor de los diversos intereses econ・icos, comerciales y funcionales de otro tipo que tiene este pa・, sirven un prop・ito muy ・il y han asumido un papel importante en el proceso legislativo".
En el momento en que Kennedy expres?ese punto de vista, la mayor・ de los grupos de cabildeo representaban intereses econ・icos, principalmente de corporaciones y sindicatos obreros. Desde la d・ada de los 60, sin embargo, ha habido una explosi・ en el universo de la promoci・ de causas o grupos de inter・ p・lico.
Las organizaciones que representan los derechos civiles, el medio ambiente, la seguridad y protecci・ del consumidor, el cuidado de la salud y otras cuestiones se han disparado al primer plano, en parte debido a la propia participaci・ del gobierno federal en estos asuntos, que se expandi?grandemente durante la "Gran Sociedad" del presidente Lyndon Johnson y despu・ de ella.
Dos de los grupos m・ nuevos son organizaciones colectivas que merecen menci・ especial por su tama・ e influencia: Common Cause, que ha luchado por una amplia gama de causas, entre ellas el mejoramiento de la ・ica gubernamental y la reforma del Congreso, y Public Citizen, conglomerado de grupos de inter・ encabezado por Ralph Nader que trata de influir en todos los aspectos de la pol・ica p・lica, desde el medio ambiente hasta la reforma de las regulaciones.
La experiencia estadounidense con el cabildeo ha recibido, en general, un veredicto contradictorio de parte del p・lico norteamericano y los estudiosos del sistema pol・ico estadounidense. Algunos siguen sinti・dose esc・ticos en cuanto a las actividades de los cabilderos, y sienten que estos grupos poderosos influyen indebidamente en los representantes elegidos, particularmente a trav・ de las contribuciones a las campa・s electorales. Otros piensan que los grupos de cabildeo son un componente esencial de una democracia eficiente cuando est・ regulados adecuadamente.
Cualquiera que sea su opini・, pocos norteamericanos rechazar・n el derecho de los cabilderos de "peticionar al gobierno una reparaci・ de agravios", como reza la Primera Enmienda de la Constituci・. Para satisfacer la preocupaci・ acerca de la influencia indebida, sucesivas administraciones y congresos han tratado de ejercer un mayor control sobre las actividades de cabildeo.
Durante la administraci・ Clinton se ha aprobado una cantidad de iniciativas legislativas, de modo m・ significativo la Ley de Divulgaci・ del Cabildeo de 1995, tema de un art・ulo de este peri・ico de que es autor el senador Carl Levin (dem・rata de Michigan), uno de los principales proponentes de la ley. El representante Lee Hamilton (dem・rata de Indiana), quien tambi・ apoy?la ley, a・de sus propias reflexiones en torno a la relaci・ entre el cabildero y el legislador.
James Thurber, profesor de Administraci・ P・lica y director del Centro de Estudios Congresionales y Presidenciales en la American University de la ciudad de Washington, observa la aparici・ de los grupos de promoci・ de causas durante los ・timos 20 a・s y los instrumentos que emplean para convertirse en actores efectivos dentro del proceso pol・ico.
Una discusi・ de mesa redonda, franca y libre, sobre el tema de la promoci・ de causas, presenta a Richard Sachs, polit・ogo e historiador del Servicio Congresional de Investigaciones de la Biblioteca del Congreso, quien a escrito y dado conferencias abundantemente sobre el tema de los grupos de promoci・ de causas; a Eusebio Mujal-Le・, presidente del Departamento de Administraci・ P・lica de la Universidad de Georgetown, en la ciudad de Washington; y Bruce Adams, director de programas del Gran Washington, alianza de l・eres empresariales y comunitarios.
Para completar el peri・ico, el editor colaborador Stuart Gorin traza el perfil de la Chesapeake Bay Foundation, uno de los muchos grupos de promoci・ de causas que se han formado en las ・timas tres d・adas.
Temas de la democracia
Publicación Electr・ica de USIS, Vol. 3, No. 2, junio de
1998