Antes de que se pueda hacer rendir cuentas a los criminales de guerra, es necesario obtener pruebas y ponerlas a disposición del público y los expertos legales. En este artículo, el escritor de USIS Paul Malamud escribe sobre el Programa del Genocidio Camboyano, un programa que la Universidad de Yale lleva a cabo mediante el uso de tecnología moderna de comunicaciones y computadoras para traer a la luz los crímenes cometidos por el régimen de Pol Pot durante la década de 1970.Las opiniones expresadas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista del gobierno de Estados Unidos.
En 1975, tras décadas de caos y de guerra en el sudeste de Asia, el grupo guerrillero marxista Kmer Rojo se apoderó de Camboya y gobernó el país durante cuatro años.
Los nuevos gobernantes comenzaron a exterminar grandes cantidades de civiles camboyanos en un intento grotesco de crear una sociedad ideológicamente "perfecta". Personas de todas las edades y de todos los grupos étnicos fueron torturadas y asesinadas. Para 1979, cuando finalmente se desalojó al régimen de Pol Pot, entre un millón y medio y dos millones de personas habían sido torturadas, asesinadas o se las había forzado a trabajar hasta morir o a morir de hambre.
El genocidio cometido por el régimen de Pol Pot ha resurgido dos décadas después, en la forma de miles de documentos, fotografías y otras pruebas que se está recogiendo e incluyendo en un banco de datos de computadora en la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut. Porciones de este banco de datos computarizado estarán disponibles pronto en la Internet y en CD-ROM, y podrían servir de base a futuros tribunales de crímenes de guerra.
El nuevo banco de datos pronto estará a disposición del pueblo de Camboya y de los investigadores de todo el mundo. Permitirá identificar tanto a las víctimas como a los criminales de guerra, y podría ayudar a someter a estos últimos a juicio.
Al preguntarle cuál es la prueba histórica que conduce a la conclusión de genocidio, el jefe del Programa del Genocidio Camboyano de Yale, el profesor universitario Ben Kiernan, dijo: "El gran porcentaje de la población que murió o fue asesinada en un período breve, entre 20 y 25 por ciento de la población en cuatro años", lo cual representa alrededor de 1.700.000 personas.
"Lo que más me impresiona es la manera en que la violencia aumentó con el tiempo y siguió acelerándose mucho después que el régimen había establecido su control sobre los aspectos político, militar y económico de la vida del país", dijo el profesor Kiernan en la entrevista.
A pesar del control total, "el régimen continuó persiguiendo personas de categorías cada vez más amplias; no sólo a las minorías étnicas, sino también a grupos políticos o religiosos específicos de la mayoría kmer. Los campesinos del país también sufrieron en grandes cantidades, así como la gente de las ciudades".
El primer mandato del Programa del Genocidio Camboyano de Yale es preparar un gran banco de datos computarizado que contenga material de fuentes primarias y secundarias pertinente a los años del gobierno del Kmer Rojo en Camboya, una tarea enorme dadas las grandes cantidades de datos que continúan llegando.
El segundo mandato es adiestrar a los propios camboyanos en derecho penal internacional moderno; el tercero es preparar informes nuevos y a fondo sobre lo que ocurrió durante ese tiempo, incluso estudios de la cadena de mando del Kmer Rojo.
Finalmente, dice Kiernan, toda esta información se depositará en la propia Camboya --en el Centro de Documentación de Camboya-- para que las familias de las víctimas puedan hacer sus propias investigaciones.
Además, agregó, porciones de los datos, incluso fotografías de víctimas anónimas, se pondrán a disposición del público en la Internet, con la esperanza de que los sobrevivientes puedan proporcionar los nombres de estas víctimas no identificadas.
En 1994, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Justicia al Genocidio Camboyano, que estipula la creación de una Oficina de Investigaciones del Genocidio Camboyano en el Departamento de Estado de Estados Unidos. La ley requiere que esta oficina contrate "individuos y organizaciones" privadas para hacer preparaciones a fin de someter a la justicia a los perpetradores de este genocidio.
Tras una licitación competitiva, se escogió a la Universidad de Yale para iniciar la tarea y se creó el Programa del Genocidio Camboyano de Yale, coauspiciado por el Centro Yale para Estudios Internacionales y de Area y por el Centro de Derechos Humanos Internacionales Orville H. Schell, hijo, de la Facultad de Derecho de Yale.
Al preguntarle por qué razón se considera valioso el intento de exponer ahora los crímenes de Pol Pot y sus partidarios, Kiernan dijo: "Además del deseo de justicia del pueblo camboyano, creo que hay un interés internacional, un interés del resto del mundo a largo plazo, en que se rinda cuenta de estos crímenes; una señal a todo el que considere hacer algo similar de que también a ellos se les exigirán cuentas".
La Universidad de Yale dice que el banco de datos incluirá mapas computarizados de los lugares en que había prisiones y de los cementerios de víctimas; información sobre la élite camboyana de la época, muchos de cuyos miembros fueron asesinados; información sobre el liderazgo del Kmer Rojo; miles de fotografías de víctimas antes de su ejecución; archivos de documentos originales del régimen de Pol Pot y una bibliografía amplia.
Dos juristas estadounidenses, Jason Abrams y Steven Ratner, han terminado un estudio financiado por el Departamento de Estado en el cual llegan a la conclusión de que el régimen del Kmer Rojo fue realmente culpable de crímenes contra la humanidad y sugieren diversas clases de comisiones o de tribunales.
Kiernan dijo que se siente "bastante confiado en que se creará alguna especie de cuerpo legal o casi legal para que determine alguna forma de responsabilidad por lo que ocurrió en el período del Kmer Rojo". El informe de Abrams y Ratner llega a la conclusión de que "hay un caso prima facie de que el Kmer Rojo cometió genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra".
Kiernan dijo que el informe "recomienda ciertas opciones preferidas para que se haga justicia", incluso "una comisión de la verdad o una comisión investigadora que no involucraría declaraciones de culpabilidad o sentencias contra personas --especialmente en ausencia-- pero esos foros podrían conducir a un proceso legal más oficial en una fecha posterior".
Kiernan agregó que Abrams y Ratner han recomendado al Departamento de Estado que "los procesamientos o investigaciones o juicios deberían restringirse a los máximos dirigentes responsables de la política nacional (en esos días) y a los individuos de un nivel inferior que hayan sido responsables de crímenes atroces como los asesinatos en masa o encargados de centros de exterminio".
Kiernan también observó "el reciente compromiso firme del Rey de Camboya, Norodom Sihanouk, quien en los últimos dos meses ha formulado varias declaraciones en favor de un tribunal" y el hecho de que "el primero y segundo primeros ministros camboyanos apoyan firmemente el Programa del Genocidio Camboyano (que tenemos) aquí en Yale".
Una ola de brutalidad desorganizada siguió a la toma del poder por el Kmer Rojo, pero "la espontaneidad manifiesta en la brutalidad del primer o segundo año se vio eclipsada rápidamente por la creciente planificación centralizada de la matanza", explicó Kiernan.
Ejemplo: "En 1978 hubo una evacuación de toda la zona oriental (de Camboya), de manera muy parecida a la evacuación de Phnom Penh cuatro años antes.
"Centenares y centenares de miles de campesinos fueron evacuados del este del país y enviados al noroeste donde se les dio un uniforme que consistía con frecuencia en ropas azules, incluso una bufanda a cuadros de un color azul inusitado, y tenían que usarlas.
"No se lo dijeron, pero ellos pronto descubrieron que éste era un signo de que estaban marcados para ser discriminados y muertos. Eso es lo que les ocurrió a centenares de miles de ellos".
Kiernan dice que en los últimos seis meses ha entrado tanto material nuevo que su grupo tiene incluso dificultades para catalogarlo. Agrega que sin embargo el programa está bien encaminado y debería permitirle "al Centro de Documentación de Camboya que continúe y funcione autónomamente. Ello les permitirá a los camboyanos conducir sus propios estudios e investigar su historia por sí mismos, en 1997, y durante un período indefinido después de esa fecha.
"Lo que esperamos lograr al poner estas casi 5.000 fotografías de víctimas en la Internet es que sean identificadas por gente que las conoció", dijo. "Esperamos que la gente pueda escribir los nombres de las personas que reconozca en un casillero en blanco que estará disponible en el banco de datos, de manera que la información pueda recolectarse y ponerse a disposición de otros... por ejemplo, información sobre quién fue arrestado y llevado a (el centro de tortura de) Tuol Sleng y desapareció, como les ocurrió a 20.000 personas.
"También deseamos ser capaces de proporcionar ayuda a cualquier tribunal o comisión de la verdad que pueda establecerse. Esperaramos hacer eso desde Estados Unidos así como desde Camboya.
"En el genocidio camboyano, la mayoría de las víctimas fueron (del grupo étnico mayoritario) Kmer, pero, proporcionalmente, las minorías étnicas sufrieron en cantidades mucho más grandes.
"El impulso de ese régimen no fue solamente ideológico sino también racial. La acusación que con más frecuencia se formulaba contra las víctimas que eran de la mayoría étnica fue, por ejemplo, que eran 'cuerpos kmer con mentes vietnamesas'.
"El argumento racista fue decisivo; fue un factor importante de la ideología del régimen. También estaban hambrientos de poder. Nunca estuvieron totalmente satisfechos, incluso con el total poder político, militar y económico. No querían que nadie tuviera ninguna libertad. Fue quizás el ejemplo más fuerte de la historia de semejante régimen en un período tan breve; con la ambición no sólo de abolir el dinero, abolir las ciudades, sino también de matar cantidades tan grandes de gente. Creo que esto fue impulsado por la creencia ideológica de que era posible gobernar una sociedad que estuviera completamente controlada de arriba hacia abajo. Eso es lo que suponían, y creo que se les demostró que estaban equivocados".
----------
El libro más reciente del profesor Kiernan sobre este tema, The Pol Pot Regime, acaba de ser publicado por Yale University Press.