Bruce Adams, fundador y presidente de A Greater Washington, alianza de l・eres empresariales y de la comunidad que tiene como fin promover el fortalecimiento del ・ea metropolitana de la capital nacional, fue miembro del Consejo del Condado de Montgomery, estado de Maryland. En este ensayo, que induce a reflexionar, Adams habla de la evoluci・ que ha tenido lugar a nivel de los gobiernos locales en Estados Unidos durante las dos ・timos siglos, otea el futuro y formula ideas que pueden seguir las comunidades en todas partes en el nuevo milenio. |
En su libro, La democracia en Am・ica, Alexis de Tocqueville sintetiz?lo que es el estadounidense de la siguiente manera: "En una comunidad local un ciudadano piensa que hay alguna necesidad que no ha sido atendida. ・u?hace? Cruza la calle y lo discute con sus vecinos. Comienza as?a funcionar un comit?sobre dicha necesidad... Todo lo cual lo hacen los ciudadanos privados por su propia iniciativa".
Ciento sesenta y cuatro a・s m・ tarde esta habilidad pregonada por de Tocqueville, esa caracter・tica estadounidense "de arremangarnos la camisa" para solucionar el problema, todav・ es el aspecto m・ admirable de nuestro experimento estadounidense con la democracia. Y todav・ sirve de gran incentivo a nivel comunitario.
A pesar de la tendencia esc・tica de los medios de informaci・ y del p・lico, la actitud estadounidense de "puedo hacerlo" ha sobrevivido y florece en muchas comunidades en todas partes del pa・. Sin embargo, leyendo los peri・icos o viendo los noticiarios nocturnos uno podr・ disentir con la evaluaci・ que hiciera de Tocqueville. En este caso el observador podr・ concluir que en Estados Unidos no le importa a nadie nada y pocos tratan siquiera de cambiar las cosas.
"No obstante, esa conclusi・ ser・ equivocada", dice John W. Gardner, fundador de Causa Com・, organizaci・ de presi・, no afiliada, sin fines lucrativos, formada por ciudadanos que promueven un gobierno abierto, honrado y responsable. "Hay nuevas muestras de vitalidad en todo Estados Unidos. Hay mucha gente que trabaja arduamente por el bien p・lico en todas las comunidades de este pa・", agrega. "Y en algunos lugares el n・ero de estas personas ha alcanzado masa cr・ica y ha cambiado el entorno pol・ico de su comunidad".
Reformulaci・ de la participaci・ ciudadana
Con contadas excepciones, los ciudadanos estadounidenses tienen acceso a los documentos p・licos y el derecho a atestiguar en audiencias p・licas sobre decisiones legislativas y presupuestarias importantes. Los funcionarios p・licos convocan audiencias p・licas regularmente (y se estimula la participaci・ de los ciudadanos) con el fin de realizar reuniones sobre asuntos de la comunidad. La televisi・ por cable cubre en directo muchas de las sesiones legislativas de los gobiernos locales. Este aspecto formal de los gobiernos locales garantiza el proceso accesible y abierto que es la esencia de nuestro sistema democr・ico; no obstante ・te ha llegado a ser problem・ico, en ciertos casos.
Las audiencias p・licas dan pie para una excesiva simplificaci・ y polarizaci・ de los asuntos por parte de los grupos de inter・, los medios de informaci・ y los funcionarios elegidos. Generalmente se pone sobre el tapete una soluci・, por ejemplo, un proyecto de ley o una propuesta de presupuesto. Los individuos a quienes importa m・ profundamente el asunto concurren a las audiencias, listos a promover su causa. A menudo ・e es el problema. Las audiencias p・licas en Estados Unidos se convierten, con demasiada frecuencia, en campos de batalla para adversarios que luchan por sus soluciones preferidas. Y, en muchos casos, en lugar de examinar qu?es lo que conviene m・ para el bien p・lico, cada participante piensa que ・icamente su soluci・ es la que sirve.
Una y otra vez he encontrado que la mejor manera de solucionar un problema es provocar un torrente de ideas, es decir, reunir un grupo de gente de diferente opini・ y hacer que llegue a una soluci・ con la que todos puedan estar de acuerdo. Desafortunadamente, ello no sucede con frecuencia en la interacci・ entre el ciudadano y el gobierno. En un mundo en el que el p・lico y los medios de informaci・ vuelven pedazos cualquier declaraci・ controvertible, pocos funcionarios elegidos o nombrados y los mismos ciudadanos, est・ dispuestos a sentarse a discutir las cosas.
Y con la llegada de cosas como la televisi・, las encuestas de opini・ p・lica y la posibilidad de obtener informaci・ de todas partes del mundo en forma instant・ea, nuestra capacidad para frustrarnos mutuamente ha aumentado espectacularmente. Aparentemente estamos corriendo muy r・ido, hablando muy alto, escuchando muy selectivamente y pensando muy poco. A medida que los asuntos de pol・ica p・lico se complican, nuestra pol・ica se hace m・ simplista, nuestros problemas m・ irreductibles.
Los aspectos negativos de los factores positivos que han servido bien a Estados Unidos, gobierno abierto y participatorio, prensa libre y p・lico esc・tico, sugieren la necesidad de reformular nuestra noci・ de la participaci・ ciudadana.
Reconstrucci・ de las relaciones
La meta de la democracia es mejorar la calidad de vida del individuo. La creaci・ de comunidades sanas tiene que ver menos con la estructura gubernamental que con la creaci・ de relaciones. El hecho de que esta creaci・ de relaciones sobrepasa los linderos y barreras ya establecidos es la clave para salir de los atolladeros pol・icos y poder tomar medidas en beneficio p・lico.
Nuestra tendencia natural es pasar el tiempo con quienes piensan y act・n m・ o menos de la misma manera que lo hacemos nosotros. La creaci・ de relaciones a trav・ de linderos tradicionales es, por definici・, un acto no natural. Tiene que ser aprendido. Requiere trabajo constante y arduo. El ・ito se da en comunidades donde hay comunicaci・, coordinaci・ y colaboraci・ por parte de muchas entidades, como instituciones, organizaciones, organismos e individuos. Cuando se trata de asuntos espec・icos, las comunidades que aciertan son las que tienen la capacidad de reconocer tal conexi・ y actuar como corresponde.
Para que un l・er pueda atraer el inter・ de la gente sobre un asunto determinado, debe hacer el esfuerzo de inspirar confianza y establecer credibilidad con representantes de todas las facciones e intereses. Ello contrasta con la idea tradicional de "liderazgo heroico". Queremos que nuestros l・eres sean en・gicos y decisivos y que tomen las riendas. Sin embargo, estos rasgos est・ re・dos con las habilidades que demanda el nuevo tipo de l・er dispuesto a colaborar.
En mi ・oca de concejal constantemente me encontraba tratando de unir a la gente fuera del proceso formal de audiencias p・licas. Individuos que estaban en desacuerdo en un foro abierto a menudo hallaban que ten・n m・ en com・ en un ・bito neutral. En lugar de conflicto forjaban una soluci・ favorable para todos. Estos esfuerzos informales me dieron la esperanza de que pod・mos reconformar nuestros procesos democr・icos para ajustarlos a las necesidades de nuestros tiempos.
La tarea dif・il para el pr・imo siglo es, entonces, la de reinventar la democracia para nuestros tiempos modernos, respetando los elementos esenciales de una ciudadan・ informada y participante. La pregunta que debe formularse es: ・odemos conformar un proceso en el que discutamos los asuntos unos con otros en lugar de unos contra otros?
Ejemplos de liderazgo
En Boundary Crossers: Community Leadership for a Global Age, Neal Peirce y Curtis Johnson describen los complejos problemas del liderazgo q que se enfrentan las comunidades al aproximarse el siglo XXI. En su estudio sobre regiones en Estados Unidos que han tenido ・ito, Peirce y Johnson encontraron ejemplos de liderazgo fuera del gobierno. El an・isis de las regiones estudiadas ofrece una visi・ breve de la forma en que las comunidades tendr・ que funcionar para lograr lo que quieren en el pr・imo siglo.
En 1969, por ejemplo, el gobierno federal anunci?que Chattanooga, Tennessee, ten・ el aire m・ inmundo de Estados Unidos. En 1996, transport・donos r・idamente en el tiempo, las Naciones Unidas incluyeron a Chattanooga entre las doce ciudades del mundo m・ sostenibles. En los 33 a・s del ・terin, la ciudad cre?"Vision 2000", con la participaci・ de 1.700 ciudadanos, para ayudar a forjar un nuevo futuro. La limpieza del aire contaminado fue s・o un aspecto del programa "Vision 2000.
En Cleveland, Ohio, profesionales talentosos que sirvieron de intermediarios en organizaciones no gubernamentales, fundaciones, corporaciones de desarrollo comunitario y organismos de planificaci・ de las ciudades, crearon redes de relaciones de confianza, salvando las barreras de sector y raza.
En Charlotte, Carolina del Norte, el diario Charlotte Observer, lanz? en asocio con tres estaciones locales de radio que transmiten para la comunidad afroestadounidense, una iniciativa de periodismo comunitario llamada "Recuperaci・ de nuestros vecindarios". El periodismo comunitario se propone informar las noticias de tal manera que ayude al p・lico a participar en la vida de la comunidad.
Diez lecciones para los constructores de comunidades
Seg・ el estudio de Peirce y Johnson, podemos concluir que no es realista esperar que los funcionarios elegidos tomen la delantera en la reinvenci・ de la democracia. El peso de tomar la delantera hacia un esfuerzo nuevo de colaboraci・ basado en el ciudadano recae en gran parte en el ciudadano privado. Por consiguiente Peirce y Johnson ofrecen 10 lecciones importantes para los constructores de comunidades del siglo XXI.
Lecci・ 2: La ・ica cosa que quiz?presenta un reto m・ grande que una crisis es la ausencia de ella. La satisfacci・ puede llevar al descuido de los problemas. Las regiones que suelen acertar solucionan los problemas antes de que cobren mucha importancia.
Lecci・ 3: El orden del d・ se hace m・ dif・il. La revitalizaci・ de los cascos de las ciudades es f・il comparada con la tarea de mejorar la vida de la gente atrapada en ciclos de pobreza y desesperanza.
Lecci・ 4: No existe una estructura m・ica de liderazgo, s・o individuos y relaciones. M・ que la estructura para el ejercicio del poder, es la relaci・ entre los individuos lo que hace que se hagan las cosas.
Lecci・ 5: Nadie puede ser excusado. Universidades, profesionales, comunidades religiosas y los medios de informaci・ son candidatos m・imos para enriquecer la mezcla de comunidad y liderazgo.
Lecci・ 6: Algunas veces las pr・ticas viejas todav・ valen. Individualmente los l・eres todav・ pueden hacer que las cosas sucedan. Respeto y acogida para los l・eres de esp・itu c・ico que pueden cambiar las cosas.
Lecci・ 7: La colaboraci・ es desordenada, frustrante e indispensable. Hoy las ciudades y las regiones avanzan a tropezones hacia la colaboraci・, cometiendo errores pero comenzando a formar instituciones nuevas, incluyentes que pueden solucionar problemas y fortalecer las comunidades.
Lecci・ 8: Los gobiernos siempre tienen necesidad de reformas, pero todas las reformas necesitan el gobierno. Los gobiernos desempe・n nuevas funciones como enlace c・ico. El gobierno, en sus innumerables formas y a pesar de todas sus deficiencias y defectos, sigue siendo un socio esencial para el cambio real, duradero y a largo plazo.
Lecci・ 9: Las comunidades son importantes. A pesar del r・ido desarrollo y aceptaci・ de la Internet, las comunidades todav・ son importantes. Las que tienen m・ importancia son las regiones, los centros de las ciudades y los vecindarios.
Lecci・ 10: Nunca se termina. Ning・ ・ito es total. Ninguna comunidad, no importa su ・ito, puede descansar sobre sus laureles.
La restauraci・ de la esperanza y el establecimiento de comunidades m・ fuertes requieren mucho m・ que palabras. Las audiencias p・licas tradicionales no nos llevar・ adonde necesitamos ir. En cambio, se requerir?voluntad c・ica y trabajo arduo. Aprender a trabajar juntos salvando los linderos y las barreras que nos separan es la tarea esencial del liderazgo del siglo XXI.
La construcci・ de comunidades no es una actividad pasiva. El proceso democr・ico garantiza que todos tengan la posibilidad de hacer un aporte al liderazgo de nuestras comunidades. La tarea que tenemos ante nosotros requiere que el ciudadano individual participe y contribuya.
Peri・icos electr・icos del USIS | Temas de la Democracia -- Abril 1999 | P・ina principal del USIS en espa・l