En sus 200 años de historia, Estados Unidos ha aprendido que "una prensa libre y sin restricciones es el mejor apuntalamiento de una sociedad libre para ser liberal o conservadora", dice Marvin Kalb en la siguiente entrevista con el director del periódico electrónico Mark Smith. Kalb, quien durante 30 años fue corresponsal diplomático galardonado de dos de las principales cadenas noticiosas de televisión de Estados Unidos, dirige en la actualidad el Centro sobre la Prensa, Política y Política Pública Joan Shorenstein en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.
Pregunta: Alexander Hamilton, uno de los próceres que fundaron los Estados Unidos, dijo en una ocasión que la libertad de la prensa, "cualesquiera que sean las declaraciones elegantes que se puedan insertar en toda constitución que la respete, debe depender en su totalidad de la opinión pública". ¿Está usted de acuerdo con eso?
Kalb: Hamilton tenía razón y al mismo tiempo estaba equivocado. Tenía razón en el sentido de que el valor de la labor de un periodista, cuando es repudiada por el público, cuando se la considera cínica y mandona, cae en la duda y en la confusión. ¿Después de todo, para quién escribe el periodista o, en tiempos más recientes, transmite por televisión, si no es para beneficio del público? Si él periodista o la periodista pierde al público, entonces pierde su mandato. Puesto en términos puramente comerciales, si el público deja de comprar un periódico, el periódico quiebra. Por lo tanto, el apoyo público ese crucial en el mercado. Pero Hamilton estuvo equivocado --aunque reflejó con precisión las opiniones conservadoras de su época-- al implicar que es crucial la aprobación del público y/o del gobierno a la labor de un periodista. La opinión pública puede cambiar hacia la izquierda o hacia la derecha, pero el periodista debería buscar una presentación imparcial de la verdad sin consideración por los humores populares. Lo que hemos aprendido en Estados Unidos al cabo de más de 200 años es que una prensa libre y sin restricciones es el mejor apuntalamiento de una sociedad libre para ser liberal o conservadora. El periodista no debería ser influido por la opinión pública, sino sólo por la búsqueda de la verdad, tan cerca de ella como pueda llegar.
Pregunta: ¿Es la libertad de prensa en Estados Unidos consecuencia de las garantías de la Primera Enmienda solamente?
Kalb: Una prensa libre debe tener una garantía constitucional, legal, pero eso no es todo lo que necesita. Necesita un poder judicial independiente y una legislatura independiente... independientes del poder arbitrario del presidente o del primer ministro o del presidente de un partido político. La clave es la independencia de la autoridad gubernamental. Hay que reconocer que esto es muy difícil de conseguir sin los medios económicos para comprar espacio y tiempo.
Pregunta: La mayoría de nosotros está de acuerdo en que uno de los pilares de la libertad de prensa en Estados Unidos es la abundancia de medios de comunicación social lucrativos y de propiedad privada. Pero, ¿el deseo de lucro hace difícil que los medios de prensa privados, particularmente la televisión, cubran las noticias con la profundidad y seriedad que se merecen?
Kalb: Parecería haber una contradicción entre las noticias serias y las demandas del mercado... cada vez más a medida que uno mira las revistas noticiosas de los horarios centrales de la televisión e incluso los noticieros de la noche. La salvación, sin embargo, está en la propia tecnología, que produce un vasto menú de selecciones. Ahora el televidente puede mirar no solamente los tres noticieros nocturnos, cuyos índices de audiencia conjuntos han bajado a menos del 50 por ciento, sino también muchos otros programas en la televisión por cable, como CNN, CNBC, MSNBC, y tener un acceso directo, más inmediato, al Internet. Inicialmente al televidente le toma más tiempo y esfuerzo encontrar programación de calidad, pero existe. Simplemente está esperando que el televidente la descubra.
Pregunta: ¿Cómo definiría usted la relación apropiada de la prensa con el gobierno y el proceso político?
Kalb: La prensa no debería ser adversaria ni amistosa, aunque si yo tuviera que escoger una u otra preferiría que sea adversaria. La prensa debería dedicarse a su tarea de conseguir e informar las noticias sin temor ni favor del gobierno. Debería mantener la distancia. Lo que me preocupa es que el cuerpo de prensa de Washington, sin duda el más poderoso e influyente del mundo, está demasiado cómodo con los funcionarios del gobierno. La competencia es tan severa que los periodistas sienten la necesidad de cultivar y nutrir fuentes, y las fuentes se aprovechan de la situación para poner a un periodista contra otro. ¡Hay que tener cuidado con todas esas sonrisas!
Pregunta: ¿Bajo qué circunstancias se justifica que los gobiernos limiten el acceso a la información y que los periodistas por su propio derecho publiquen esa información?
Kalb: Los gobiernos están plenamente justificados en limitar el acceso a información considerada demasiado sensitiva para la distribución general, y los periodistas están plenamente justificados en buscar esa información, y en publicar o difundir dicha información. Esta es una pugna interminable entre dos derechos: el derecho del gobierno --en efecto, su obligación-- de proteger la seguridad nacional; y el derecho del pueblo a saber, fundándose en la habilidad del periodista para conseguir la noticia. Al final de la jornada, sin embargo, la teoría se retira ante la realidad. Si en opinión del periodista la publicación de la información corre el riesgo de poner vidas en peligro, debe decidir entonces no publicarla o difundirla. Pero la decisión debe pertenecer al periodista, no al gobierno. Es un terreno muy resbaloso.
Pregunta: En un editorial reciente usted preguntó si la prensa podía seguir funcionando como observadora independiente "en una época de megafusiones sin precedentes y de adelantos tecnológicos que están cambiando la base económica de toda la empresa del periodismo". ¿Se atrevería a arriesgar una respuesta preliminar a su propia pregunta?
Kalb: El interrogante que presenté en un número reciente de The Harvard International Journal of Press/Politics es crucial para el futuro de una prensa libre, y la respuesta honesta es que no lo sé. Pero espero, ruego y últimamente creo que el mercado encontrará un equilibrio entre las compañías megafusionadas y las nuevas oportunidades proporcionadas por la alta tecnología a nuevas empresas. Lo glorioso del mercado libre es que no tiene favoritos. Se recompensa una buena idea. Finalmente, lo que podría parecer horrible y aterrador hoy podría ser completamente diferente mañana. El mundo está cambiando muy rápidamente en esta era de la revolución de las comunicaciones, abriendo puertas, pero lo que es más importante, abriendo mentes a nuevas ideas. Hoy es solamente el preludio de la excitación de mañana.
Temas de la
Democracia
Publicación Electrónica de USIS, Vol.
2, No. 1, febrero de 1997